Decenas de miles de españoles se manifestaron ayer en las principales ciudades del país en apoyo a una huelga general contra el gobierno conservador del Partido Popular. En Barcelona la policía reprimió y hubo heridos.
Las marchas transcurrieron generalmente sin incidentes, salvo en esta ciudad, donde la policía cargó contra un centenar de manifestantes que quemaron contenedores y destrozaron algunos escaparates del centro de la capital catalana.
La jornada se saldó con 176 personas detenidas en todo el país y 104 heridos de carácter leve, según informó el Ministerio del Interior.
El paro de 24 horas, convocado por los sindicatos mayoritarios de izquierda, buscó la derogación de la reciente reforma laboral que abarató considerablemente las condiciones de despido en un país que soporta un desempleo cercano a 23% y está al borde de su segunda recesión en cuatro años.
Los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO) calificaron la huelga de exitosa, con un seguimiento medio del 77% (en sectores como industria, transportes y construcción la adhesión llegó a 97%).
En el aeropuerto de Madrid-Barajas, se operaron 1.700 vuelos, menos de la mita de los 4.500 de una jornada laborable.
En el sector servicios, grandes almacenes y pequeños comercios decidieron mayoritariamente abrir sus puertas a pesar del paro.
"Ofrecemos al gobierno iniciar un camino distinto en busca de un gran consenso de país", dijo el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. "Si no, habrá un conflicto social creciente".
Pero el gobierno de Mariano Rajoy consideró "escasa" la participación y recalcó que no se tocará una coma de la reforma del mercado laboral, que entre otras medidas rebajó de 45 a 33 días por año trabajado la indemnización por despido.
La nueva norma revisa la flexibilidad laboral y el llamado despido objetivo o procedente. En ese sentido, las empresas que registren pérdidas o tres trimestres consecutivos de caída de ingresos podrán despedir empleados con una compensación de 20 días por año.
Para los sindicatos la nueva ley, ya en vigor aunque sujeta a modificaciones menores en el Parlamento, abre la puerta a despidos masivos, reducciones de salarios y la desprotección total del trabajador frente al empresario.
"La senda reformista es imparable", señaló la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
El consumo eléctrico, uno de los factores más o menos objetivos para medir el impacto del paro, cayó el 16,3% al finalizar la jornada laboral con respecto a un día normal, según datos difundidos por la Red Eléctrica Española.
En la huelga general del 29 de septiembre de 2010, entonces con los socialistas en el poder, el descenso fue de 16,9% y la participación en aquella huelga se calificó de desigual.
MASIVO. Madrid, Barcelona y Valencia vivieron las manifestaciones más numerosas, bajo una estricta vigilancia policial. En la capital española, miles de personas ondeando banderas recorrieron el centro de la ciudad detrás de una gran pancarta que decía: "Quieren acabar con todo. Con los derechos laborales y sociales".
"Cómo no voy a protestar. Llevo 45 años trabajando en la misma empresa y ahora me van a poder despedir casi gratis", dijo José Jiménez, de 60 años, quien trabaja en una textil.
"La reforma supone un retroceso de 60 años. Los trabajadores perdemos todos los derechos y salen beneficiados la banca y los empresarios", añadió Fidel Martín, un conductor de autobuses de 57 años.
A lo largo del día, grupos de bulliciosos piquetes intentaron convencer a aquellos que no se sumaban a la huelga. En la Gran Vía, una de las principales zonas comerciales de Madrid, un piquete de unas 500 personas hizo sonar silbatos mientras avanzaba lentamente por la avenida, bloqueando el tránsito durante una hora.
A medida que la multitud se hacía camino, sin oposición policial, muchos comerciantes cerraron sus negocios.
"Pasamos por tiempos verdaderamente difíciles, estamos padeciendo", dijo Ángel Andrino, un desempleado de 31 años que fue despedido poco después de entrar en vigor la reforma laboral.
La policía utilizó pelotas de goma, palos y botes de humo en Barcelona para hacer frente a grupos de jóvenes que incendiaron contenedores y dañaron mobiliario urbano y comercios, al margen de la masiva manifestación,
"Esto responde a minorías que aprovechan este tipo de manifestaciones para hacer barbaridades", afirmó el portavoz del gobierno catalán, Francesc Homs.
LA CIFRA
23%
Es el porcentaje de desocupados en España; trabajadores dicen que reforma laboral del Partido Popular lleva a más despidos.