Desde 2005 a la fecha, educación, salud y seguridad han recibido los mayores incrementos presupuestales. Sin embargo, los resultados no guardan relación con el esfuerzo realizado. "Hay carencias, hay que admitirlo", dijo el ministro Lorenzo.

Al margen de logros alcanzados, la tríada educación-salud- seguridad tiene a mal traer al gobierno. Allí se han posado las más ácidas críticas y, aunque parezca una paradoja, son los sectores en los que los gobiernos de izquierda más han invertido. En 2004 Anep ejecutó 9.280 millones de pesos y en 2011 pasó a 27.972 millones, un aumento real del 88%. En el caso del Ministerio del Interior se pasó en ese período de 4.460 millones de pesos a 12.772 millones, un incremento real de 78%. En tanto que ASSE ejecutó 4.499 millones de pesos en 2004 y 16.166 en 2011, un aumento de 124%.

Los problemas de gestión se advierten en el Frente Amplio y la oposición, y la exigencia de resultados acordes a los recursos que se destinan es uno de los ejes del debate de la Rendición de Cuentas que se encuentra en el Parlamento.

El gasto por alumno en términos presupuestales en todos los subsistemas de enseñanza casi se duplicó desde 2005 y es hoy el mayor de los últimos treinta años. En el caso específico de ANEP, los recursos que se le destinaban en 2004 representaban un 2,36% del PBI, mientras que en 2012 esta cifra asciende a 3,20%. Este incremento sostenido tuvo un fuerte componente de crecimiento de la masa salarial, que alcanzó a 117% real en 2004-2012.

En su globalidad, la educación recibe hoy 4,6% del PBI y sin embargo su conducción es blanco de duras críticas porque las tasas de abandono y repetición estudiantil siguen siendo altas, la matrícula cae año a año, los docentes consideran insuficientes los aumentos salariales y los problemas edilicios son una constante.

En materia de salud ocurre algo similar. Entre 2004 y 2011 la población atendida por la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) se redujo de 1,5 millón a 1,2 millón mientras que el gasto mensual por usuario se triplicó. Entre 2004 y 2012 los recursos para inversiones se multiplicaron por 5,2 y ascienden a 893 millones de pesos.

En 2004, el costo de cada persona atendida en ASSE representaba el 30% del valor de la cuota mutual, o sea que atender a un paciente costaba menos de un tercio de lo que costaba atenderlo en el sistema mutual. Hoy, esa cifra ha subido a 83%. No obstante, aumentó la tasa de mortalidad infantil, faltan camas en los CTI, las emergencias están desbordadas, hay acentuadas carencias de personal no médico y especialistas como pediatras. Algunos hospitales, fundamentalmente en el interior, como en el caso de Colonia, presentan graves deficiencias tanto edilicias como de equipamiento.

La tercera pata es la seguridad pública, prioridad absoluta para el actual gobierno. El presupuesto del Ministerio del Interior experimentó un crecimiento del 78% entre 2004 y 2011. En materia salarial, el aumento fue del 125%. Un agente de segunda que en 2010 recibía $ 12.102, ganará $ 22.400 en 2014. Asimismo, la Ley de Presupuesto creó 3.200 cargos. En cárceles también se hizo un gran esfuerzo presupuestal para abatir el hacinamiento.

Sin embargo, los resultados muestran que los homicidios aumentan -este año pueden marcar un récord- y las rapiñas no caen mientras que para la población la seguridad pública constituye el primer tema de preocupación.

CARENCIAS. "Es cierto que hay mayor dedicación presupuestal por usuario de la salud y por alumno en la educación, pero también es cierto que en algún momento tendremos que discutir presupuesto por resultados", disparó el diputado Jorge Gandini (Partido Nacional) el pasado miércoles cuando en la comisión de Presupuesto y Hacienda compareció el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, para explicar la Rendición. En igual sentido se manifestó el diputado Richard Sander (Partido Colorado), para quien las carencias se mantienen en educación y salud "pese al enorme esfuerzo presupuestal".

Lorenzo no evitó la alusión. "Se dice que hay carencias en ASSE y ANEP, y tenemos que admitirlo, pero menos que las que había, y esto obliga a seguir haciendo esfuerzos y a preocuparnos cada vez más por la eficacia con la que actuamos con los recursos públicos. Sin embargo, lo que no podemos decir es que hoy hay más carencias que hace siete años; no las hay. Habrá nuevos problemas y hasta se pudo haber complicado algún problema; puede ser, porque la realidad es así".

No resulta novedoso que en la izquierda, y fundamentalmente en los sectores afines al vicepresidente Danilo Astori, la gestión de los recursos y los resultados obtenidos en educación, seguridad y salud es motivo de discrepancia. Los problemas exponen al gobierno a críticas a nivel de la opinión pública y a enfrentamientos con la oposición, y obligaron a reforzar en la Rendición de Cuentas los créditos presupuestales para esos tres sectores en 1.441 millones de pesos.

Millones de pesos de aumento previstos en la Rendición de Cuentas que está sujeta a estudio y aprobación parlamentaria.

El vicepresidente Danilo Astori admitió que los problemas edilicios en los centros educativos, que impidieron el inicio normal de las clases, se deben a "problemas de gestión que tienen que ver con la actuación humana", informó El País en abril. Astori reconoció que estaba el dinero para las refacciones edilicias y que se sabía desde hacía meses que los liceos tenían problemas. En diciembre de 2011, Astori ya planteaba la necesidad de rediscutir los conceptos de autonomías educativas. En un acto del Frente Líber Seregni reconoció que el problema en la educación "es grave" y expresó que el 40% de los jóvenes que tienen problemas de comprensión lectora van camino a ser "analfabetos funcionales".

El diputado José Carlos Mahía (Asamblea Uruguay) dijo a El País que con respecto a la inversión destinada a la educación, "la sociedad uruguaya naturalmente siempre espera más y mejores resultados en materia educativa". En ese sentido, el legislador dijo que "evidentemente algunas áreas de gestión están en problemas y el aspecto más importante del problema está en la educación media". Mahía recordó que en lo que refiere a infraestructura "se han tenido los recursos financieros, pero no se han aplicado en tiempo y forma". Por otra parte, el diputado astorista consideró que el Plan Ceibal es parte de la Rendición de Cuentas en general y sus resultados "son muy exitosos".

El vicepresidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado, Enrique Soto, admitió en un documento que el organismo es un "gigante maniatado" por sus restricciones presupuestales y por sus propias debilidades internas. Además señala que esperar cinco años para presentar correcciones a la reforma es demasiado tiempo, por lo que advierte que "seguiríamos con una salud pobre para pobres". Soto plantea la necesidad de "solucionar las situaciones propias de la dinámica sanitaria (factores estacionales y emergencias) que no admiten demoras". También se reconoce "un déficit en la cobertura de recursos humanos con el consecuente resentimiento de la asistencia".