La obra de Quiroga resurge en una película

Presentaron en Montreal el film "A la deriva"

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MONTREAL | El director argentino Fernando Pacheco presentó A la deriva, largometraje conciso e intenso ambientado en la provincia fronteriza de Misiones, programado con carácter de estreno mundial en el Concurso Mundial de Óperas Primas del 36º Festival de Filmes de Montreal. A la deriva es una película casi espartana, que no alcanza los 70 minutos. Sin embargo no es pequeña. Contiene mucho cine y seguramente muchas horas de reflexión para contar la vida diaria de gentes sencillas de Misiones, provincia del norte de Argentina vecina con Brasil y Paraguay.

El protagonista pierde el empleo en una serrería con el que mantiene a su familia. Ante la falta de perspectivas, acepta la propuesta de su mejor amigo de trabajar como meros peones del contrabando fronterizo de marihuana que el traficante del lugar hace llegar luego hasta Buenos Aires. Y la cosa acaba mal, muy mal.

En su debut en el largometraje de ficción, el director Fernando Pacheco trata con mimo a sus personajes. Más que valorar lo que se llama un mundo de hombres, lo describe sin echarse atrás a la hora de filmar sin aspavientos escenas duras, y más por banales, de la vida diaria, como puede ser el sexo que el marido practica de forma ruda y mecánica cuando se mete ebrio en la cama donde su esposa duerme.

Fernando Pacheco viene de Misiones. "Quería exorcizar sin duda vivencias familiares, por parte de mis abuelos, que tienen esta experiencia de países limítrofes, el abuelo de Brasil y la abuela de Paraguay", explica el cineasta a la AFP.

"Inmigrantes que llegaron con lo puesto, han trabajado y se han criado en una provincia que puede ser muy amable y hostil a la vez, hermosa pero también muy dura", agrega. A la deriva lleva el título de un cuento de Horacio Quiroga, que el cineasta debutante admira. "La suya es una literatura escueta, sin adjetivos, y eso es lo que yo busco en la película, una mirada directa pero solapada, sin que se sienta la mano del director detrás del espectador", explica el director. Precisamente, preparar esa simpleza es lo que más tiempo lleva. Primero fue un cuento que el cineasta escribió en su adolescencia y más tarde transformó en un guión.

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