Cuatro de diez pacientes depresivos no responden al medicamento que su psiquiatra les prescribe. Un estudio genético que podría realizarse en Uruguay detectaría las causas del fenómeno y aumentaría la eficacia de los tratamientos.
Si su especialista le receta un fármaco seguramente usted dé por descontado que le hará efecto. Lamentablemente no siempre es así. De acuerdo a cifras internacionales de cada 10 pacientes depresivos hay cuatro a los que el medicamento que les indican no les hace efecto.
La realidad no solo la viven quienes sufren depresión. Dentro de las enfermedades psiquiátricas también hay personas con trastorno bipolar o esquizofrenia a quienes los fármacos convencionales no dan el resultado esperado.
Para las tres enfermedades mencionadas existen genes que alteran la respuesta del cuerpo. Si el paciente supiera que los porta o tiene una variante específica, podría ahorrarse meses de intentos frustrados y efectos secundarios desagradables.
En concreto, se trata de seis genes de los que en Uruguay se estudia solo uno. Sin embargo, según Enrique Pera, psiquiatra del Hospital Vilardebó, a nivel nacional existe infraestructura para estudiar todas las variantes involucradas.
Para Pera, el punto de partida es que los especialistas uruguayos integren el concepto de que antes de administrar un medicamento existen aspectos específicos de la biología del paciente que es necesario tener en cuenta.
"Lo que se trata de hacer es un tratamiento cada vez más personalizado", señaló Pera, quien también se desempeña en la Asociación Española, Médica Uruguaya, Hospital Militar y la mutualista Cudam (Centro Uruguayo de Asistencia Médica).
DISCIPLINA. En los últimos meses Pera realizó en la Clínica Mayo (Estados Unidos) un curso de especialización en Farmacogenómica aplicada a Psiquiatría. Por Farmacogenómica se entiende, justamente, el empleo de la información genética para guiar el tratamiento farmacológico.
Con base en este concepto los especialistas estadounidenses trabajan, desde hace unos cinco años, en dos procesos del cuerpo. El primero, cómo el organismo reacciona frente al medicamento y qué procesos activa para metabolizarlo. Y el segundo, qué efectos genera en su cuerpo.
Dentro del primer proceso analizan la participación de proteínas (citocromos) que participan en la metabolización. Y en cuanto a los efectos, estudian receptores celulares que actúan en el cerebro y facilitan efectos específicos. Ambos procesos están condicionados por los seis genes en cuestión.
"Hay algunos que determinan que el cuerpo metabolice mal un fármaco", comentó Pera. "Si yo no lo sé y voy al psiquiatra, él me manda un remedio pero me cae mal, no me hace nada, me da sueño o lo tomo un montón de tiempo y no me curo", ilustró Pera.
Años atrás, Hernán Silva, psiquiatra chileno líder en la temática admitió en la Revista Chilena de Neuro-psiquiatría que "los diagnósticos psiquiátricos se basan más en agrupaciones de síntomas que en la Neurobiología".
"El psiquiatra prescribe con base en la información obtenida en estudios clínicos controlados y de acuerdo a su propia experiencia con los fármacos", escribió entonces Silva. "No obstante, todo tratamiento tiene un componente de ensayo-error", aseguró.
Dentro de los factores que inciden en el "error" puede haber aspectos del trastorno que se combinen con la edad, el género o la dieta del paciente, o una falta de rigor al momento de cumplir la prescripción. Trabajar sobre los aspectos genéticos ayudaría a minimizar la posibilidad de errores.
Pero ¿qué habría que buscar en los pacientes y en qué consistirían los estudios en cuestión? Dependerá del trastorno pero "puede ser que tenga un gen de más, que le falte o que tenga un gen diferente, una mutación", indicó el psiquiatra uruguayo. El estudio o los estudios para detectarlos podría realizarse mediante un raspado de mucosa o una muestra de saliva o sangre.
Según Pera, la Sociedad de Psiquiatría Biológica del Uruguay ya ha manifestado su interés en integrar este tipo de estudios a las consultas psiquiátricas realizadas en el país. La medida implicaría un proceso de trabajo previo con las autoridades de la salud y las instituciones de atención.
Con base en los resultados obtenidos al estudiar los genes en cuestión, los pacientes podrían recibir una suerte de sistema de alerta. Pera lo ilustró con la imagen de un semáforo.
Se le podría decir "usted tiene luz roja para este remedio, amarilla para este y verde para este otro. Entonces, le mandamos el medicamento para el que tiene luz verde". Ese esquema podría quedar en su historia clínica para evitar efectos adversos si le prescriben otro fármaco. En los próximos meses clínicos locales mantendrán encuentros con especialistas extranjeros para avanzar en la temática.
"Si el paciente desconoce el gen que tiene, el remedio le cae mal, le da sueño o lo toma por un tiempo pero no lo cura".
El periplo desde el diagnóstico hasta la cura
El 40% de las personas depresivas no responden a los fármacos que les prescriben; intentan sucesivas veces.
El diagnóstico se combina con la Genética
Una de las tendencias internacionales es estudiar los genes de las personas antes de indicar un fármaco.
Un sistema de alertas para los especialistas
Según los genes analizados el paciente puede saber para qué medicamentos tiene riesgo alto, bajo o nulo.