El récord absoluto de depósitos en el Banco Central Europeo (BCE) y el poco entusiasmo mostrado hoy por los inversores en la última emisión de deuda alemana, siguen siendo síntomas de la prudencia ante la falta de soluciones a la crisis de deuda.
Este retorno del pesimismo era visible en los mercados europeos. Todas las plazas del Viejo Continente cerraron en rojo; Milán y Madrid lideraron las caídas con 2,05% y 1,72%, seguidas por París (1,59%), Fráncfort (0,89%) y Londres (0,55%).
Wall Street también abrió en rojo (-0,22%) y el euro perdía terreno ante el dólar cayendo brevemente por debajo de US$ 1,29 en la tarde.
El primer motivo de preocupación es el nuevo récord que registraron los depósitos de los bancos de la zona euro en el BCE, con 453.180 millones de euros. Con intereses del 0,25%, estos enormes depósitos ponen en evidencia un disfuncionamiento del mercado de préstamo interbancario.
El mercado de liquidez funciona en un circuito cerrado. El BCE presta masiva y generosamente a los bancos, como lo hizo en diciembre al conceder 489.000 millones a tres años a unos intereses del 1%, pero las entidades bancarias prefieren aparcar el exceso de liquidez en la institución europea a prestarse entre ellas o a la economía real.
De hecho, los créditos de urgencia del BCE en 24 horas, último recurso de los bancos con problemas para financiarse, se mantiene también a niveles altos: de ayer a hoy se elevaron a 15.000 millones de euros, no lejos de su máximo nivel en junio de 2009.
La crisis de la deuda pública, la amenaza de una rebaja general de las notas soberanas de la zona euro por las agencias de calificación financiera, el aumento del ratio de fondos propios de los bancos europeos y la preocupación sobre la coyuntura en la zona euro son las principales causas de este fenómeno.
Cédric Tellier, economista de Natixis, relativizó los depósitos récord en el BCE al recordar que los bancos los multiplicaron a finales de año para el cierre del balance el 31 de diciembre, y este efecto se está "diluyendo progresivamente".
El hecho de que los bancos retengan su liquidez ilustra sin embargo su falta de apetito por los títulos de deuda soberana de la zona euro. Y es que los europeos esperaban que este apetito resurgiera gracias a las operaciones de crédito masivo del BCE.
Alemania logró hoy colocar una emisión de deuda a 10 años, pero la operación no suscitó demasiado entusiasmo: la oferta fue de 5.140 millones de euros, prácticamente igual a la demanda de 5.000 millones de euros.
Concretamente, el Bundesbank colocó directamente 4.000 millones de euros y emitió 1.000 millones en reserva para colocarlos en el mercado secundario, lo que es una práctica habitual.
"La emisión no fue tan mala como la de finales de noviembre pero muestra que los operadores son muy prudentes", incluso para el segmento de lujo del Bund a 10 años, que es considerado un valor sumamente seguro, declaró Annalisa Piazza, economista de Newedge.
A finales de noviembre, una emisión de deuda a diez años fue prácticamente ignorada por el mercado que impidió que Alemania lograra captar el dinero que necesitaba.
Alemania sigue financiándose a tasas de interés muy bajas aprovechándose de la preocupación de los inversores sobre sus vecinos. El jueves, Francia se verá sometida a un nuevo test pues prevé captar entre 7.000 y 8.000 millones de euros a largo plazo.
En este contexto, las consultas entre jefes de Estado europeos se reanudarán en los próximos días: la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, recibe al presidente francés, Nicolas Sarkozy, el día 9 en Berlín y a su homólogo italiano, Mario Monti, el 11 de enero.
AFP