SANTA CRUZ | El empresario neoyorquino Jacob Ostreicher lleva 10 meses detenido en una de las cárceles más revoltosas de Bolivia sin haber sido instruido de cargos. Ha bajado más de 13 kilos ante la impotencia mientras, asegura, observa cómo lo despojan de un negocio de producción de arroz en el que invirtió millones.
Luego de más de dos docenas de audiencias judiciales, los fiscales no han presentado evidencia que respalde sus declaradas sospechas de que el estadounidense de 53 años haya lavado dinero proveniente del narcotráfico.
"Esta es la estafa del siglo", se queja vía telefónica Ostreicher, angustiado, desde la prisión de Palmasola. "Es como si me hubiese secuestrado gente amparada por la ley", dijo.
Los problemas comenzaron cuando Ostreicher, propietario de un negocio que instala pisos en Brooklyn, y un grupo de socios suizos decidieron invertir 25 millones de dólares en la compra de tierras para cultivar arroz en Bolivia hace cuatro años.
Parte de las tierras que Rodríguez compró para la empresa resultaron ser propiedad de Ozzie Dorado, hermano de un narcotraficante que escapó. AP