Los templos cristianos han sido un espacio donde la música ha estado presente atendiendo por igual a las exigencias del culto y a las del arte. Esta verdad histórica concierne no solamente a la Iglesia Católica sino también a las que se apartaron de Roma. Es evidente el peso de esta circunstancia en la Iglesia Luterana, en la cual la sola mención de J.S.Bach es suficien- te para medir la importancia de la música en las naves.
A pesar que las formas y géneros que los templos albergaron han sido múltiples, como también los medios vo- cales e instrumentales, el órgano ha sido el medio de mayor peso en es- ta trayectoria que se desarrolla a través de las edades.
En el Uruguay, hubo la presencia regular de organistas como Ángel Turrizziani en el ámbito protestante y Manuel Salsamendi en el dominio católico. En los tiempos presentes la actividad de García Banegas cubre con sus festivales de órgano y en el dominio coral la totalidad del espectro sonoro en el ámbito del templo y también fuera de él.
Pero fuera de estas referencias, se anuncia la presencia de una destacada organista argentina, la hermana Myriam Cecilia López, que ofrecerá el sábado próximo, 14 de julio, a las 16 horas un concierto en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, del barrio Cordón. El programa comprende obras de J.S. Bach y Max Reger y habrá bonos de colaboración destinados a la reparación del templo parroquial. La concertista es licenciada en órgano, piano y dirección coral por la Escuela Superior de Música de la Universidad Nacional de Cuyo. Ha fundado en 1986 el coro "Santa Cecilia" y actúa como organista o directora de coros a lo largo de toda la hermana República Argentina. Ha sido invitada por la U.Nal. de Cuyo para ocupar la cátedra de Canto Gregoriano.
El domingo 15 de julio a las 11 horas, volverá a actuar la hermana Myriam Cecilia López en la Misa Solemne de la citada parroquia, acompañada de un cuarteto vocal, interpretando entre otras obras el Ave María de Arcadelt, Ave Verum de Mozart, Jesus bleibe de Bach.
Por lo expuesto se trata de dos ocasiones en las cuales los aficionados podrán disfrutar de la audición de obras que no se oyen a menudo, a pesar de integrar el mejor patrimonio de la historia de la música.