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Investigan si parte del arsenal de Feldman es traficado a Brasil

Tráfico de armas. Inteligencia indaga si armas de guerra son contrabandeadas a Brasil para grupos narcos. Diputado colorado pidió informes a Interior y Defensa

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DANIEL ISGLEAS/PABLO MELÉNDREZ

Los Servicios de Inteligencia estatal investigan el contrabando de armas de guerra a Brasil, las que han venido siendo sustraídas de dependencias militares y policiales. Parte de esas armas pertenecieron al arsenal del economista Saúl Feldman.

Casi tres años después de hallado el enorme arsenal del contador Saúl Feldman, los servicios de Inteligencia estatal manejan información que apunta a que ese armamento sustraído a varias reparticiones militares y también a alguna policial ha tenido como destino el Brasil. Los investigadores manejan algunas hipótesis sobre el tráfico de armas desde Uruguay, una de las cuales es que están alimentando con ese armamento a bandas de narcos en el país vecino, según admitieron a El País fuentes militares y del ámbito político.

En conocimiento de aspectos del caso y preocupado por ello, el diputado colorado José Amy (Vamos Uruguay) cursó dos pedidos de informes a los ministerios de Defensa Nacional y de Interior, requiriendo información sobre los hurtos o extravíos de armas, municiones, explosivos y chalecos antibalas en ambas carteras desde 2002 al presente.

Pidió que se detalle la fecha, repartición del hurto o extravío, los diferentes tipos de armas, calibre y numeración correspondiente, y si faltan municiones, explosivos y chalecos antibalas.

Su consulta incluye si se dio cuenta a la Justicia y si se comunicó el hecho a otras agencias nacionales de Inteligencia de Argentina, Brasil o Paraguay.

También preguntó a Interior si han habido procedimientos y recuperación de armas o explosivos en reparticiones del Ministerio de Defensa. Si fuera así, preguntó qué tipo de armas se pudo ubicar y si hubo procesamiento de personas.

EL ARSENAL. El 30 de octubre de 2009 la Policía participó en Shangrilá de un operativo en el cual una persona resistió la acción de las autoridades en una casa del balneario. Se produjo un tiroteo y el atrincherado abatió a un policía, tras lo cual fue ultimado. Era el economista Saúl Feldman, quien fue requerido por la policía porque la noche anterior se le descubrió, en una vivienda de Montevideo y gracias a un incendio accidental, un verdadero arsenal compuesto por unas 700 armas. Había 500 granadas, 110.000 municiones, 200 kilos de pólvora, seis fusiles de asalto, cuatro de los cuales lucen el escudo nacional -señal de que pertenecían a las Fuerzas Armadas- fusiles FAL de fabricación argentina y subametralladoras Kalashnikov, o conocidas también como AK-47. Además, ese arsenal constaba de chalecos antibalas, gases y explosivos.

Parte de este armamento, quizás la mayoría, era antiguo y con escaso valor en el mercado. Tras los procedimientos legales, las armas tuvieron por orden judicial dos destinos: las que no servían fueron enviadas al Servicio de Material y Armamento (SMA) del Ejército para su destrucción, y las útiles, junto con los chalecos antibalas y gases, fueron a parar a la Guardia Metropolitana, dependiente del Ministerio del Interior, en vez de ir al SMA como corresponde.

En su momento, la Metropolitana utilizó algunos de los fusiles para realizar prácticas de tiro. Fuentes judiciales indicaron que nunca se denunció la desaparición o faltante de armas del arsenal de Feldman.

Si bien hubo organizaciones que reclamaron esas armas porque el economista les legó sus bienes, el juez que dirigió la investigación, Jorge Díaz (actual fiscal de Corte) rechazó esos pedidos. Por otro lado, cerca de una decena de armas que se comprobó que habían sido robadas fueron reintegradas a sus dueños, entre ellos, la Policía, la Armada y particulares, según dijeron a El País fuentes que tuvieron contacto con la investigación judicial, que se archivó en septiembre de 2010 luego de que Díaz y el fiscal Ricardo Perciballe, tras casi un año de investigación, no encontraran elementos que vincularan a Feldman con actividades ilícitas como el terrorismo o el tráfico de armas.

TREINTA Y TRES. Por otra parte, la Justicia indaga la desaparición de unas 60 armas de la Jefatura de Policía de Treinta y Tres que, se presume, fueron enviadas a Brasil para ser vendidas a grupos de narcotraficantes, dijeron fuentes del caso a El País. La señal de alarma se encendió a principios de junio, cuando en el marco de un operativo de la Policía Federal brasileña, se incautó un arma en manos de un narcotraficante.

Tras seguir el origen del arma, se descubrió que pertenecía a la Jefatura de Policía de Treinta y Tres, lo que motivó que las autoridades brasileñas pidieran colaboración al Ministerio del Interior, que derivó el asunto a la Dirección General de Información e Inteligencia.

La indagatoria permitió determinar no era el único caso sino que decenas de armas de la Policía de Treinta y Tres podrían estar en manos de narcotraficantes brasileños.

En Uruguay, la investigación por estas maniobras está a cargo de la jueza de Treinta y Tres Ada Siré y la fiscal Sandra Fleitas, que ya tomaron declaraciones a varios testigos. Por este caso, Interior relevó a fines de julio al jefe de Policía de Treinta y Tres, Tabaré Gordiola.

La sustracción de armas a las unidades militares por parte de efectivos infieles tiene antecedentes recientes que abonan la investigación de Inteligencia.

En 2007, en la Brigada Aérea III de la Fuerza Aérea (FAU) se constató la desaparición de once fusiles semiautomáticos FAL calibre 7.62 mm y dos subametralladoras FMK 3 calibre 9 mm, así como varios cargadores con municiones.

La investigación judicial, que terminó con el procesamiento de cuatro soldados de la FAU y otros tantos civiles, avanzó en dirección al contrabando de las armas a Brasil para nutrir a las bandas de narcos.

Dos años más tarde, en 2009, un procedimiento de la Brigada Antidrogas de la Policía derivó hacia un faltante de fusiles y pistolas del navío ROU 26 Vanguardia, de la Armada Nacional. Esta vez se trató de cuatro fusiles FAL y dos pistolas Browning 9 mm. Por su responsabilidad, dos marinos fueron a prisión.

El caso Feldman

El arsenal de más de 700 armas que estaban depositadas en la casa del economista Saúl Feldman ubicada en la calle Elba 4210 ( barrio Aires Puros) fue descubierto por casualidad, tras un incendio que afectó a la vivienda.

El curioso descubrimiento tuvo lugar el 30 de octubre de 2009. Tras ubicar a Feldman, efectivos de Inteligencia se dirigieron hasta la casa del economista en Shangrilá.

Allí, Feldman esperó a los policías atrincherado y se resistió a tiros. Uno de los disparos terminó con la vida del agente Mario Morena, de 32 años. Tras varias horas de tensión, la Policía ingresó a la vivienda y abatió Feldman.

El juez especializado en crimen organizado Jorge Díaz (actual fiscal de Corte) y el fiscal Ricardo Perciballe iniciaron una investigación en el marco de la cual declararon más de 60 personas para determinar el destino de las armas.

Sin pistas, el caso se archivó. Se concluyó que Feldman las almacenó durante 40 años.

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