La policía de Canelones realizó pericias caligráficas a los tres hermanos de Nadia Cachés, la joven cuyo crimen está pendiente de resolución, luego de hallar en la tumba de la chica una esquela escrita a mano que solo decía: "Perdoname hermanita".
La urna donde descansan los restos de la estudiante desde el 4 de mayo, y que está en el Cementerio de Santa Lucía, se ha convertido en lugar de peregrinaje, rezos y pedidos de forma constante.
"Jóvenes, adultos, hombres y mujeres van de forma permanente a visitar su última morada". Fueron funcionarios de necrópolis que confirmaron ese dato a la policía.
"Nos explicaron que el peregrinaje es constante y que no hay un solo día en que no se acerquen personas a visitar la tumba de Nadia", indicaron a El País fuentes de la investigación, tras el hallazgo de la misiva, el viernes pasado.
Los restos de Nadia Cachés recibieron sepultura en ese camposanto el 4 de mayo pasado, tras 14 días de ser hallados. Hubo una misa previa a la colocación de la urna en el osario general. Unas 40 personas se hicieron presentes en el lugar. "Nadie esperaba que, posteriormente se convirtiera en un lugar recurrente de visitas", apuntaron.
ANONIMATO. El pasado viernes, llamó la atención un cartel pegado a la urna y escrito a mano. "Perdoname hermanita", rezaba. Y fue la propia familia la que pidió que se investigara, confiaron los efectivos.
Los peritos expertos tomaron pruebas a los tres hermanos de la joven -dos mayores de edad y un adolescente-, y aunque hasta ayer no estaban los resultados de la pericia "no se descarta que pueda aportar algo a la causa", indicaron los consultados.
Ayer, 13 de agosto, se llegó al mes 20 con el caso sumido en el misterio. Más cerca de los dos años desde el momento de la desaparición, el 13 de diciembre de 2010, no hay a nivel policial nada que haya cambiado el curso salvo esa pequeña carta. "Pero no olvidemos que también hubo un anónimo circulando por Canelones que nada reveló", advirtieron las fuentes con la cautela de la caso.
MARCHA AL JUZGADO. Un asesino está libre. Identificarlo y encarcelarlo es el pedido de los parientes de la joven que ayer se acercaron al Juzgado Penal reclamando el esclarecimiento del caso.
"Justicia para Nadia", rezaba un cartel artesanal, escrito a mano, con fotos de la joven.
La tía, de nombre Gladys, cree que el autor no es una sola persona. "Mi sobrina pesaba 60 kilos, no es fácil tirar un cuerpo así", dijo ayer en la puerta de la sede. Los familiares consideran que el homicida está "cerca" y que le conocen.
A través de la prensa pidieron que, quien sepa algo, se acerque. "Por pequeño que sea el dato (que lo diga) para aportar a la investigación".
La situación les lleva a pensar que "hay gente que sabe más y que por no meterse en problemas" no lo dice.
Consultada por El País, la madre dijo que hay un elemento nuevo que no quiso revelar y que surgió hace un mes.
"Esa persona sabe de qué hablo. Quiere detener la investigación", dijo hablando en clave y para alguien a quien no quiso identificar. También existe convencimiento de que la investigación "va lenta pero creo que segura", dijo la madre.
POLICÍA. En la policía hay cinco biblioratos con información del caso. Debe ser de los expedientes más voluminosos, junto a otros casos complejos que han sucedido en el departamento.
"Han desfilado cerca de 200 personas"; algunas, más de una vez. En el juzgado, hubo decenas de interrogatorios. "Estamos convencidos que vamos a resolverlo; hay elementos que seguimos trabajando" expresaron los entrevistados.
El 13 de diciembre de 2010, Nadia salió de su casa en Canelones, con rumbo a Santa Lucía, ciudad ubicada a 17 kilómetros rumbo al oeste. Fue en bicicleta a casa de una parienta lejana a quien casualmente encontró en una de las tantas clases de las que participó en su corta vida.
Al volver comenzó a tejerse el misterio. Nunca más se supo nada de ella. A los dos días, en Paraje Margat, a medio camino entre las dos ciudades, la policía halló su bolso y bicicleta en las aguas del arroyo allí existente. Pasarían 16 meses hasta que un grupo de monteadores que limpiaban predios al otro lado de la ruta, hallaron los restos óseos y parte de la ropa. También una pulsera de características únicas formada entre ella y su amiga Sofía Vanoli. "Cuando fui a reconocer las cosas ya sabía que era de Nadia. No tenía esperanza de encontrarla con vida" dijo Susana Pérez, madre de la joven.
La cifra
20 meses se cumplieron desde el día de la desaparición de Nadia Cachés, cuyo asesinato sigue siendo un gran enigma policial.