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"El Zorro", un hombre con profuso historial delictivo, de quien dicen es "dueño" de Paysandú, cayó junto a una vasta red de prostitución que operó durante años en el país y en Europa. Muchas de las jóvenes que reclutó declaran ahora ante la Justicia.

La Operación "La Palmera" comenzó hace casi dos años. Su nombre fue tomado por los agentes de la Dirección de Crimen Organizado e Interpol del prostíbulo ubicado en la ciudad de Young que era la primera escala de las jóvenes empujadas a la prostitución.

Pero no fue sino durante el último año que la paciente y reservada investigación de los agentes de Crimen Organizado comenzó a sumar información, dato tras dato. Fotografías, escuchas telefónicas, seguimientos entre Paysandú y Río Negro les permitió a los investigadores policiales tener una imagen nítida de la extendida organización liderada por un hombre con profuso historial delictivo -según informaron fuentes del caso cuenta con un antecedente por homicidio, entre otros- oriundo de Paysandú y conocido por el apodo de "El Zorro". De este hombre se dice que es "dueño" de los bajos fondos de la capital sanducera.

"El Zorro" operaba la organización junto a sus hermanos y hermanas. La actividad consistía, básicamente, en identificar y reclutar jóvenes que luego, mediante falsas promesas, engaño, y finalmente mediante coacción y violencia, eran empujadas a ejercer la prostitución. En algunos casos, los investigadores llegaron a comprobar que las jóvenes habían sido reclutadas aún siendo menores de edad.

"Algunos de los integrantes de la organización hacían de `novios` de las jóvenes, de ese modo las engañaban, las llevaban a fiestas, les compraban cosas y cuando querían acordar ya estaban viajando", resumió uno de los investigadores del caso.

De hecho, de los 29 detenidos, a 14 se los considera como directamente implicados o con algún grado de involucramiento, en tanto las 15 restantes eran jóvenes reclutadas. Durante el operativo fulminante coordinado por la Dirección de Crimen Organizado con las Jefaturas de Policía de Río Negro y de Paysandú, además de las detenciones incautaron ocho vehículos, dos motos, algunas armas. La mayoría de estos bienes pertenecían a la familia liderada por "El Zorro".

Todos ellos fueron conducidos ante el juez especializado en Crimen Organizado, Néstor Valetti, y la fiscal de Crimen Organizado, Mónica Ferrero. El magistrado tomó declaraciones ayer, principalmente, a las jóvenes que en su mayoría declararon en calidad de testigos. Cabe recordar que, en el marco de la legislación sobre trata de personas con fines sexuales, dichas jóvenes revisten la calidad de víctimas de la actividad ilegal.

Desde el ámbito judicial se indicó que el juez continuará hoy interrogando a los involucrados y adoptará resolución. Según indicaron fuentes de la investigación las evidencias reunidas son firmes, aunque aún hay extremos por averiguar y personas por ubicar e indagar. Entre los aspectos que los investigadores procuran establecer vía Interpol es de qué modo ingresaban las jóvenes a los países europeos.

CONEXIONES. Tanto "El Zorro" como otros implicados en el caso habían hecho sus contactos en España e Italia, con vistas a explotarlos luego en su tierra natal.

Si bien "El Zorro" no contaba hasta ahora con antecedentes por proxenetismo, los investigadores creen que vio la veta del "negocio" y se lanzó de lleno. Creen que hace años venía operando y extendiendo su influencia, que comenzó siendo muy fuerte en el Litoral Oeste del país y llegó a tener presencia en Punta del Este y en Argentina.

"Lo que se sabe es que se aprovechaban de jóvenes de un nivel sociocultural bajo o muy bajo para reclutarlas", señaló una fuente del caso.

Una vez que conseguían atraerlas, en algunos casos bajo total engaño, las convencían de viajar a la ciudad de Young. Una vez allí comenzaban a trabajar en un antiguo prostíbulo de la ciudad, conocido por todos como "La Palmera". Las jóvenes pupilas eran "instruidas" por mujeres de más edad y experiencia. "Era como una especie de entrenamiento, en el que les enseñaban a satisfacer a clientes de alto nivel", explicaron las fuentes de la investigación.

Luego de cierto tiempo en esas condiciones las jóvenes recibían su destino. En algún caso hacían una primera temporada en Punta del Este o en Argentina. Luego continuaban viaje a Europa.

Las chicas quedaban bajo la supervisión de otros integrantes de la banda, que les retenían su pasaporte y diariamente les quitaban el dinero que habían recaudado.

De acuerdo con el testimonio recabado ayer por Subrayado en la puerta de la sede judicial de la calle Buenos Aires, una madre contó que una de sus hijas había permanecido cinco meses "secuestrada" en España, lapso en el que fue sometida a apremios y abusada para obligarla a ejercer el meretricio.

"Algunas víctimas nos contaron que sufrían algún tipo de violencia, algo que se está investigando, lo que sí sabemos que era de rigor el retirarles los documentos", dijo la fuente consultada.

Si bien durante la investigación el prostíbulo "La Palmera" aparece como un lugar clave de la trama, no es claro aún su papel en la trama. El local cuenta con años de establecido en Young, según consultas realizadas por El País en el lugar, que indicaron que el sitio era conocido como un lugar "tranquilo". Desde el punto de vista legal el establecimiento cuenta con las habilitaciones en regla y su dueño es ampliamente conocido en la zona. Su papel en las actividades de la organización era uno de los puntos que anoche procuraba determinar el juez Valetti.

En cambio el papel de los principales implicados parece bastante claro, según confiaron fuentes del caso.

CÓMO FUNCIONAN. El actual jefe de Policía de Río Negro, Milton Rodríguez Tito, fue antes de asumir allí director general de Crimen Organizado e Interpol. De hecho, en una entrevista concedida a una emisora local, el inspector Rodríguez Tito reconoció que la investigación del caso comenzó cuando él estaba al frente de esta unidad especializada.

"Hoy por hoy estas organizaciones son dueñas de rutas para la droga, son dueñas de destinos para el caso de la trata con fines sexuales, realizan una cantidad de actividades delictivas que forman parte de la razón de ser de la organización. Cuando alguna de ellas les fallan se dedican a la otra, sin más", explicó el jerarca acerca de su funcionamiento.