1/2:  20120918 609x600 ()

2/2:  20120918 600x438 ()

La compra de sillones para el despacho de la intendenta Ana Olivera generó una andanada de críticas. La Intendencia aclaró que pagó US$ 5.500 por tres sofás y no por uno. Sin embargo, otro sillón "Senior Bossa" tuvo un costo de US$ 5.768.

La denuncia del edil nacionalista Edison Casulo, publicada ayer por El País, de que la Intendencia de Montevideo había gastado US$ 5.500 en la compra de un solo sillón, generó un alud de críticas y comentarios en los medios de comunicación y en las redes sociales.

Según la resolución municipal 384/12/1000 (del 10 de julio de 2012), la administración municipal gastó US$ 5.537 por "la compra de sofá de un cuerpo, CD. 259669/1", realizada en Bertoni Muebles de Oficina.

Fuentes municipales dijeron ayer a El Observador que esa cifra se gastó "para comprar tres sillones nuevos y no uno solo, como se notificó por error en el Presupuesto" que el lunes fue abordado en la Junta Departamental. En este caso, se trataría de tres sillones pequeños, de US$ 1.845 cada uno.

Las fuentes agregaron que los muebles se ubicaron en el despacho de la intendenta y que los anteriores sillones "tenían 15 años; tenían hasta agujeros, estaban en malas condiciones y con mucho desgaste".

Sin embargo, esta no fue la única compra directa de sillones realizadas en los últimos tiempos por la Intendencia a la conocida mueblería céntrica.

La resolución N° 368/12 /1000, del 2 de julio de 2012, menciona el pago de "la suma de US$ 5.080 por la compra 257744 (sofá)". En este caso, se trata de un sillón de US$ 3.234 y de otro de los individuales, de US$ 1.845.

EL "SENIOR BOSSA". El director de Recursos Financieros de la Intendencia, Arturo Echevarría, dijo ayer a radio Carve que, en caso de que se hubiera destinado US$ 5.500 a la compra de un solo sofá, se haría "una denuncia penal interna".

Si bien en la redacción de la primera resolución se habría incurrido en un error -de acuerdo a las explicaciones de la comuna- y la segunda abarca la compra de otros dos sillones, por un monto similar, la IMM hizo otra compra más.

Una tercera resolución (la 610/11/1000 del 14 de diciembre de 2011) confirma el pago de "US$ 5.768 a favor de Bertoni Muebles de Oficina", por la adquisición de un "sillón Senior Bossa, cuero negro". En total, las tres compras de muebles superan los US$ 16.000.

Todas las resoluciones refieren a "reiteraciones de gasto", porque las compras fueron originalmente observadas por el Tribunal de Cuentas.

Fuentes de la mueblería consultadas por El País dijeron que han vendido varios sillones y sofás tipo Chesterfield a la IMM, aunque ninguno de una plaza por US$ 5.000. A su vez, señalaron no recordar la compra del sillón Senior Bossa.

Los sillones Chesterfield que se vendieron son de cuero negro de vaca, de fabricación nacional. La firma tiene a la venta sillones más caros, de origen italiano, tipo Versace, que pueden costar hasta US$ 11.000.

El edil Edison Casulo recordó que las mejoras en el despacho de la Intendenta, ubicado en el segundo piso del Palacio Municipal, se iniciaron con la pintura de las paredes, que también tomaron notoriedad, aunque en este caso por un hecho delictivo: el robo de un Figari y de una estatuilla. Este episodio tuvo lugar en octubre de 2011, cuando el pequeño óleo (de 30 por 50 centímetros) fue descolgado del despacho para hacer el "lavado de cara" a las paredes.

Sobre principios de diciembre, la jefa comunal advirtió que el cuadro no había sido restituido a su lugar. Tras constatar que la obra no aparecía por ningún lado Olivera ordenó que se presentara denuncia ante la Jefatura de Policía.

La obra pertenecía al Museo Juan Manuel Blanes, tal como las otras 187 que hasta ese entonces estaban en salones municipales. Como diera cuenta El País, tras un relevamiento de un conjunto de 188 cuadros que la Intendencia de Montevideo tenía en calidad de "préstamo" se confirmó el faltante de 9 obras. A su vez, continúan desaparecidas cuatro esculturas y dos juegos de piezas ornamentales.

La polémica sobre la compra de los sillones recuerda a la generada en el año 2009 cuando la Universidad de la República decidió gastar US$ 217.000 en 250 butacas para su Paraninfo, lo que motivó importantes cuestionamientos a la forma de administrar los recursos públicos.

En aquel momento, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) no compartió el gasto, que representaba US$ 850 por butaca.

La intendenta de Montevideo, Ana Olivera, explicó ayer que los sillones que compró la comuna por US$ 5.537 son los que se encuentra en la sala contigua a su despacho del segundo piso del Palacio Municipal. Entrevistada por el programa Malos Pensamientos, de Azul FM, Olivera dijo que los sillones son "de cuero negro, muy sobrios". Olivera salió al aire junto con el edil nacionalista Edison Casulo, quien denunció la compra por "excesiva".

El edil Edison Casulo criticó la administración de los dineros públicos por parte de la IMM, "que viene reclamando desde hace años una ley de capitalidad". Estas normas existen en países como Francia, donde el gobierno otorga mayores partidas a París por albergar, por ejemplo, la mayor cantidad de atractivos turísticos, lo cual trasciende al ámbito de la ciudad. "La compra de los sillones no refleja una política de recorte de gastos o de austeridad", sentenció.

El director de Recursos Financieros de la IMM, Arturo Echevarría, dijo ayer que si se destinaron US$ 5.500 a la compra de un solo sofá, hará "una denuncia penal interna" (sic). Si bien en la redacción de la primera resolución se habría incurrido en un error -de acuerdo a las explicaciones de la comuna- y la segunda abarca la compra de otros dos sillones, la IMM realizó una tercera compra, de una sola unidad, por US$ 5.768.