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PABLO BESÓN

El faltante de agua en las represas dedicadas a regar el arroz, principalmente en el norte y este del país, provocará un descenso en el área a plantar. Frente al año pasado, el área bajaría cerca de 40.000 hectáreas, según estimaciones primarias.

Al día de hoy las represas están en promedio con sólo el 50% de su capacidad, aunque en zonas de Artigas y en prácticamente la totalidad de los departamentos de Treinta y Tres y Rocha, el problema es aún más grave. Allí el agua sólo alcanza el 40% del total", indicó a El País Hernán Zorrilla, vicepresidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA).

El gremialista explicó que con la actual situación, la superficie estimada para el cereal, que para esta zafra se ubicaba en torno a las 180.000 hectáreas, bajaría 40.000 hectáreas. Las siembras ya comenzaron en el norte y en pocos días lo harán en el este.

Rómulo Gamarra, también directivo de la ACA, indicó que incluso si lloviera de gran forma, se daría un problema importante, dado que posibles precipitaciones intensas complicarían la siembra. La fecha óptima para plantar es hasta mediados o fines de octubre, según la zona de la que se trate.

Lo que se plante luego tendrá rendimientos más bajos de lo esperado, afectando la ecuación económica de los productores. Por este motivo es probable que aumente el porcentaje utilizado de arroz de la variedad INIA Tacuarí, el cual requiere de un ciclo más corto, y baje el de "El Paso 144" e INIA Olimar, las más utilizadas cuando no existen inconvenientes hídricos.

"El área ya se perdió, el tema es cuánto es lo perdido. Cada cual va a sacar sus cuentas para ver cuánto planta fuera de la fecha óptima. Antes los arroceros sembrábamos todo lo que el agua nos permitía, pero con los actuales costos hay que ser mucho más cuidadosos y trabajar sólo las chacras que den buenos rendimientos", sostuvo Gamarra.

Según cálculos de la ACA el costo de siembra por hectárea en la zafra pasada fue de US$ 2.012, uno de los más altos que se hayan registrado. Eso complicó a muchos productores que quedaron con los números en rojo.

Según los gremialistas, estos costos, sumados a que algunos productores optaron por hacer soja en tierras tradicionalmente arroceras, debido a la mejor rentabilidad que ofrece esta oleaginosa, tendrían como resultado la citada baja.