Marihuana: expertos contra el registro estatal de los usuarios

Riesgo del modelo es el aumento de los consumidores

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Expertos de la Fundación "Transform", dedicada a políticas sobre drogas con sede en el Reino Unido, consideran que en un mercado de producción y venta regulado de marihuana no es conveniente que el Estado registre a los consumidores.

Invitados por la Junta Nacional de Drogas, los analistas en políticas sobre estupefacientes, Steve Rolles (Reino Unido) y Lisa Sánchez (México) han mantenido contactos con el gobierno y operadores privados para dar su visión sobre la experiencia que llevará adelante el gobierno al regular la producción, distribución y venta de marihuana.

Los expertos pertenecen a una fundación con sede en el Reino Unido y presencia en diversos países de Europa y América Latina que apoya un cambio de estrategia en el combate al narcotráfico.

Sánchez y Rolles coinciden en señalar que el gran desafío para el modelo que aplicará Uruguay es encontrar el "equilibrio justo", pues debe ser lo suficientemente abierto para lograr su cometido de reducir daños y separar los mercados de las drogas pero, al mismo tiempo, muy restrictivo para evitar el estímulo del consumo de cannabis y que aumente el número de usuarios. Opinan que el modelo uruguayo requerirá de un escrutinio y evaluación permanente a efectos de medir su impacto y reorientar las políticas cuando no se cumplan los objetivos trazados.

Los expertos entienden que un registro de consumidores administrado por el Estado no es aconsejable.

"Sí puede haber un registro pero no ante el gobierno. La evidencia sugiere que cuando la gente debe registrarse ante el gobierno como usuario de drogas sufre otras consecuencias. ¿Qué pasa con el manejo del dato y su transparencia? Para muchas áreas del desarrollo humano el ser usuario de drogas es una limitante. Entonces, mucha gente podría preferir permanecer en el mercado ilegal antes de registrarse ante el gobierno. Tampoco redunda en un gran beneficio que el gobierno disponga de esa información", señalaron Sánchez y Rolles.

En ese sentido, señalaron que no es necesario el registro pero que de instrumentarse podría ser ante clubes de membresía que distribuyan la marihuana y estén "muy bien" regulados en cuanto a sus derechos y obligaciones.

Estiman que la regulación también debe limitar el consumo de cannabis (fumado) en ciertos espacios (centros educativos, edificios públicos, etc.) tal como ocurre hoy con el tabaco y el alcohol.

Afirman que no hay evidencia suficiente que permita asegurar que la legalización del mercado generará un trasiego de los consumidores de pasta base hacia la marihuana. Indicaron que es muy difícil porque los efectos y las motivaciones entre unos usuarios y otros son muy diferentes. No obstante, entienden que sí podría evitar que el inicio del consumo se realice con drogas más duras.

Rolles y Sánchez también advierten sobre la calidad del producto y su potencia. Destacan que el Estado podrían ofrecer "tres o cuatro" variedades de cannabis con diferentes concentraciones y precios con el propósito de contemplar todas las características de la demanda.

Para impedir que la legalización genere un aumento de consumidores, los expertos ponen especial énfasis en la necesidad de que el empaque del producto sea sencillo, libre de marcas y con todas las recomendaciones y advertencias necesarias. Consideran que no es necesario que se incluyan pictogramas tan agresivos como los del tabaco porque con ellos se intenta combatir un historial de marcas y marketing muy afianzado, algo que no ocurre con el can-nabis. Además, señalan que los efectos en la salud son diferentes. Los centros de venta deben ser fácilmente identificables pero no tan vistosos como para atraer a nuevos consumidores.

Rolles y Sánchez comparten fijar un límite para la venta a partir de los 18 años, sin perjuicio de que con el tiempo dicha edad pueda bajar o subir. Estiman que el modelo uruguayo debe ir acompañado de políticas para reducir daños y evitar el consumo de drogas por parte de adolescentes, donde está comprobado que causan el mayor daño.

"Prohibir todo consumo de drogas es imposible, la evidencia lo demuestra. La guerra al narcotráfico fracasó, hay que buscar nuevos modelos. Uruguay está innovando con esta experiencia que no tiene antecedentes. Si el sistema es muy restrictivo los problemas de criminalidad continuarán, si es muy laxo el consumo puede incrementarse, ese es el equilibrio a cuidar", afirman los expertos.

Restricción. Aconsejan que se limiten los espacios para fumar cannabis

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