El Poder Ejecutivo y el Frente Amplio avanzan en la ley que regulará la venta y consumo de marihuana. Habrá autocultivo a nivel de clubes y, probablemente, individual. El cultivo estatal se realizará en invernaderos y se venderá en dispensarios.
La instrumentación de un sistema que regule el cultivo, distribución y venta de marihuana resulta compleja. En el Parlamento, el proyecto de ley de artículo único enviado por el Ejecutivo se transformará en una ley muy elaborada. En principio, el Ejecutivo había contemplado solamente el monopolio de la marihuana, pero en la negociación con diputados frenteamplistas aceptó el autocultivo, que quedará en manos de clubes de membresía y, muy probablemente, también se habilite a particulares.
El secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND), Julio Calzada, dijo a El País que los detalles del autocultivo no han sido definidos totalmente todavía, pero es seguro que será regulado por el Estado, que limitará el número de plantas y las variedades permitidas. "Se va a controlar", indicó Calzada. Señaló que ese control no tiene por qué ser "policíaco" y puede tener un perfil "agronómico". Están en proceso de trabajo tres informes técnicos para determinar "de la mejor manera posible" la regulación del autocultivo.
Calzada dijo que el autocultivo no fue contemplado inicialmente por el Ejecutivo porque con la venta regulada se pretende incidir decididamente en el mercado del minitráfico, algo que el autocultivo (que será más marginal en número) no garantiza.
Días pasados, el experto del Reino Unido, Steve Rolles, recomendó que el Estado ofrezca diferentes tipos de marihuana cuyo efecto varíe en potencia de manera de evitar que se ofrezca un producto muy blando y una parte del universo de consumidores busque en el mercado ilegal un cannabis con efecto más potente que, como señalan los expertos en el tema, produzca un "viaje" más intenso. Calzada dijo que la oferta de variedades está dentro de los temas a definir, pero que seguramente se introduzcan distintos tipos de cannabis con efectos más y menos fuertes.
La potencia del cannabis depende de la proporción de THC y CBD, cuando más potencia más riesgo. Al estar en manos del Estado, se asegura que la sustancia será de calidad y que la más dura no llegará al extremo de causar daños extremos.
Por otra parte, está definido que la marihuana se venderá en una red de dispensarios (pueden ser estatales o privados) en base al modelo que aplica California y que se cultivará en invernaderos, un sistema que ofrece más seguridad para evitar fugas de la droga y se adapta a las características de una planta que requiere mucha humedad. Asimismo, también se definió que quienes quieran acceder a la marihuana estatal deberán tener un carné o licencia aunque se evitará que ese registro sea ante el Estado para garantizar la protección de los datos. Se entregarán 30 o 40 gramos de marihuana al mes para fumar, inhalar o consumir en alimentos.