El asentamiento Los Eucaliptus crece como sombra de Punta del Este. Ahí se instalan decenas de familias que van al balneario buscando empleo y no pueden pagar el costo de vida, pero también se ocultan delincuentes y bocas de pasta base.
Ubicado entre Maldonado y San Carlos, detrás de los talleres de Obras de la Intendencia fernandina y casi sobre la ruta 39, Los Eucaliptus crece sin pausa y es el asentamiento "más problemático" para el departamento. Hace un año y medio unas 40 o 50 familias vivían ahí, ahora, ya son entre 200 y 300 y se prevé que en la temporada habrá otro pico de crecimiento.
En dos horas, unas tres personas pueden levantar un rancho en el lugar, como ocurrió el lunes pasado. Colocaron unas chapas, lonas como techo y se instalaron. Ahí, la Intendencia ya no puede hacer nada para sacarlos, salvo recurrir a un largo proceso en la Justicia como el que tramita actualmente. La comuna tiene planeado para antes del próximo invierno un "redireccionamiento" temporal del barrio, dado que en el terreno municipal que hoy ocupa se prevé construir 900 viviendas.
El director de Integración y Desarrollo Social de la Intendencia de Maldonado, Carlos López Tironi, dijo a El País que los habitantes de Los Eucaliptus "son gente trabajadora que se encuentra con una situación a nivel departamental donde el mercado de alquileres se disparó" y "se les fue de las manos", por lo que les resulta inviable poder pagar un precio que normalmente se encuentra por encima de los $ 10.000. Los pobladores del asentamiento se emplean en la construcción y en los servicios, muchas mujeres, además, trabajan como empleadas domésticas y cuidadoras de niños. Sin embargo, gran parte de esos puestos existen sólo durante la temporada de verano, lo que hace que en el año las dificultades en el asentamiento aumenten. Ahora, ante el comienzo del verano la preocupación de la Intendencia crece: "Prevemos que en la temporada habrá un incremento de población, la temporada pasada ya aumentó un montón y en esta esperemos que no sea tanto", dijo Tironi.
A la misma vez, el jerarca admitió que "últimamente hubo una cantidad de procedimientos policiales" dado que en el asentamiento hay un desorden urbanístico que se presta para que vendedores de droga instalen bocas de pasta base. La misma situación es advertida por la jueza de Maldonado, Adriana Graziuso. En Los Eucaliptus "hemos tenido varios problemas y procesamientos; que sea un asentamiento lleva consigo toda una falta de regularidad y es campo fértil para todo eso". "Lo que vemos en la parte judicial es que muchas de las personas que viven en esos lugares son los que han cometido delitos. El asentamiento en sí lleva a otras problemáticas por la falta de regularización; hace que la parte delictiva también vaya a esos lugares, es una de las estrategias del delito. Como no hay calles, no hay infraestructura y es difícil el acceso policial, se vuelve un lugar para guardar objetos hurtados, para desguazar motos. Es lógico que hay gente que se esconde en estos lugares", dijo Graziuso a El País.
HACER LA AMÉRICA. Los habitantes de Los Eucaliptus por lo general llegaron a Maldonado procedentes desde otros departamentos e incluso desde el exterior -hay una pequeña colonia de colombianos- en busca de trabajo. Todos quisieron acercarse a la riqueza que exhibe Punta del Este. Sin embargo, las autoridades explican que el ser "extranjero" los hace más vulnerables si el anhelo del empleo no se concreta, dado que no tienen un núcleo familiar que los contenga.
Estos problemas fueron advertidos por el Mides en reuniones recientes en el departamento. En Maldonado "se presenta la problemática de la inmigración de personas de otros departamentos que llegan porque creen que van a encontrar trabajo fácilmente y bien remunerado. Se trata de un tema que existe en el imaginario colectivo, lo que provoca que la gente se mueva con toda su familia, cortando los vínculos con su lugar de origen. Luego, cuando no les va tan bien como esperaban, se van quedando, formando grandes asentamientos irregulares", señaló el Ministerio en el marco de la elaboración de planes departamentales de desarrollo social. Tironi, por su parte, coincidió en que "hoy en día el hombre llega al departamento con toda la familia", algo que "antes no ocurría". "Eso crea toda una distorsión, crea bastantes dolores de cabeza. Muchas veces trabajan en la temporada y después quedan desempleados durante el año", opinó el jerarca municipal.
A comienzos de noviembre, El País había informado sobre lo que la propia Justicia calificaba como un "récord" de delitos en Maldonado y su vinculación con delincuentes primarios y familias que llegaban para instalarse en los asentamientos. La jueza Graziuso señaló, por ejemplo, que en el turno anterior hubo más de 30 arrebatos y que esos fueron protagonizados por "mucha gente sin antecedentes". "Últimamente en los delitos más violentos, y en los arrebatos y las rapiñas está delinquiendo gente sin antecedentes y muy jóvenes, de 18 o 19 años. Es una característica que se está dando, muy triste y lamentable", comentó.
Según su experiencia, Graziuso indicó que a muchos delincuentes primarios "no les importa ir a la cárcel cinco años por una rapiña" y entendió que "se creen impunes". "Con toda la información que hay que no me digan que ellos no saben que van a ir presos tanto tiempo (...) En Maldonado pueden cometer delitos, pero a la larga o a la corta se los detiene", opinó. Graziuso dijo que hay quienes creen que van a Punta del Este a "hacerse la América", pero que eso no es así en los hechos. Por su parte, el jefe de Policía de Maldonado, Juan Balbis, no quiso "focalizar" comentarios sobre un sólo barrio y dijo que en todos hay operativos antidrogas. Igual, admitió que en Los Eucaliptus "se actuó" y dijo que los asentamientos, por las características que poseen, pueden servir como refugio de delincuentes.
"No hubo otra que optar por esto"
Un habitante del asentamiento Los Eucaliptus que prefirió no ser identificado contó a El País que hace un año y medio debió mudarse a ese barrio porque si bien tiene trabajo en Punta del Este, no puede pagar el precio de un alquiler. "Hace 10 años que estoy en Maldonado y tengo trabajo, pero no puedo acceder a un terreno ni a un alquiler. Te piden un disparate, te matan con las cuotas", dijo y agregó: "Lamentablemente tuve que optar por el asentamiento, no tuve otra".
Según contó, "en Maldonado te piden por una pieza con baño $ 5.000 de alquiler" y por una casa chica para cuatro personas como la que necesitaría "piden entre $10.000 y $12.000", por lo que entendió que "si pagás alquiler no comés o no te vestís".
En el asentamiento hay una sola canilla con agua y la mayoría de los vecinos se "enganchan" de la línea principal para llevar agua a sus casas. El vecino consultado por El País contó que esperan a después de las 12 de la noche para bañarse y lavar porque antes sólo tienen "un hilo" de agua. Sobre la luz eléctrica dijo que están todos colgados de UTE. "Las casas son de madera y de chapa y entre los vecinos nos ayudamos para construir", comentó y dijo que se ve cómo el barrio crece a diario. "Muchos venimos con la necesidad de una vivienda y otros de vivos, porque tienen casa en otro lado pero arman rancho acá", contó. Además, dijo que en el barrio hay gente que "está en la droga".