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La dirección del Liceo Nº 4 "Eduardo Víctor Haedo" de Maldonado notificó a la Justicia que 25 alumnos abandonaron sus estudios y que sus padres no los obligaron a ir a clases.

La situación fue informada a la jueza de Familia, Julia Domínguez, por el director del liceo, Ángel Ramos.

Este liceo fue inaugurado en 2001y en el mismo se dictan clases para los primeros cuatro años de Secundaria. Concurren 1.204 alumnos de los cuales solo 20 repitieron el año.

La tasa de repetición es de 1,66%, el mismo nivel de los países más desarrollados. El promedio de repetición en los liceos uruguayos es del 40%.

"Nuestra meta es la excelencia", se lee en la parte superior del sitio www.liceo4maldonado.com. Allí se encuentra una reseña del liceo. Fue el primero en Uruguay en participar de los concursos organizados por la NASA en Estados Unidos, uno de los cuales fue ganado por sus alumnos.

Ayer, en diálogo con El País, el director Ramos explicó por qué notificó a la Justicia sobre la inasistencia de 25 alumnos.

"Esto no pasa solo por la responsabilidad de una sola persona. Es una cadena de responsabilidades. Nosotros tenemos que tomar en cuenta que la ley establece la obligatoriedad del Ciclo Básico. Incluso, si somos mucho más finos, la ley prevé la obligatoriedad de todo el ciclo educativo medio. En esa obligatoriedad está involucrado el sistema educativo y también la familia, cuyos responsables deben velar para que sus hijos asistan a los establecimientos educativos", indicó Ramos.

El director agregó que la notificación a la Justicia no se hizo con el mero objetivo de que se constataran las faltas de los estudiantes. "Cuando los chicos dejan de venir, nosotros tenemos mecanismos que pasan por llamar a la casa, buscar a las padres, hasta recurrimos a la Policía Comunitaria para que vaya a la casa a ver qué pasa con el joven, entre otras medidas. En algunos casos desde la propia familia se nos indicó que no los llamáramos más, que los molestábamos. Ante esta situación resolvimos llegar al siguiente procedimiento después de múltiples veces de tratar de buscarlos. Por eso decimos que es el Poder Judicial el último garante de que se cumpla efectivamente con lo que establece la Patria Potestad, como el hecho de mandar a sus hijos a estudiar. Así confeccionamos la nómina de 25 alumnos que dejaron de cursar sus estudios", precisó Ramos.

En años anteriores, en el Liceo 4 de Maldonado se daba cuando mucho un caso de abandono, que "quedaba perdido", según Ramos. El director explicó que la notificación judicial fue el último paso al recordar que hasta los propios profesores fueron a buscar a sus alumnos a sus casas para tratar de convencerlos de que volvieran a clase.

"Tenemos anécdotas que son graciosas y tristes al mismo tiempo. Una vez la orientadora pedagógica fue a buscar a un chico a su casa. En la puerta de la misma fue atendida por el propio adolescente. `¡Váyase, váyase!`, le gritaba el joven. `¡No me voy a ir hasta que tú no me abras la puerta!`, le contestaba la profesora, quien luego de hablar con el joven logró que volviera a estudiar. Por eso siempre decimos que en el liceo tenemos una especie de taxi", expresó Ramos.

El Liceo Nº 4 cuenta con un sistema de contención y de ayuda a los jóvenes provenientes de hogares de contexto crítico. "Hay chicos que vienen al liceo cuatro veces por semana porque tienen realidades muy complejas. A esos chicos los tenemos con un grupo de profesores a parte. Se trata de lo que llamamos `corredor pedagógico`, conformado por uno de los subdirectores y por una profesora de orientación pedagógica, que se encargan de ayudar a esos chicos que no pueden venir en los horarios que le corresponden porque trabajan o porque no tienen a quién dejar a sus hermanos. Otros porque provienen de situaciones muy complejas socialmente. Como su conducta puede afectar una clase con muchos chicos, entonces los atendemos de forma personalizada. Hay hasta grupos de cuatro o cinco chicos con este tipo de problemática", enfatizó Ramos.

El director reveló que en la lista de alumnos presentada a la Justicia en las últimas semanas hay jóvenes que pertenecen a familias de todo tipo. "No siempre son de las clases sociales que corresponderían al denominado perfil socio-económico del quintil primero. Hay chicos de clase media", sostuvo.

"Cuando el chico decide no venir más resiste la fuerza familiar que intenta que vuelva a clase. El gurí dice: `no voy más`. Y se acabó porque la familia termina por aceptar esa situación. A veces los padres vienen al liceo para decirnos que no saben qué hacer con sus hijos. `Yo quiero que venga pero él no quiere venir. ¿Cómo hago para traerlo?`. Acá les decimos que es obligación enviarlos", expresó Ramos.

Aceptar al otro.

Ser humano solidario y sensible.

Comprometido (en desarrollar competencias, capacidad, destreza y habilidades).

Democrático.

Trabajo profesional: razón.

Construir un proyecto institucional: la socialización positiva. Esto es formar personas para convivir.

Planificación que refleje la realidad que deseamos modificar. Conocimiento, capacidades y valores individuales aplicados a la vida real.

Compromiso con el joven, familia y una realidad concreta.

En cierta ocasión una estudiante de tercer año se vio envuelta en un conflicto con otra compañera y esto motivó una reunión con el director. Entonces la estudiante le dijo al director Ángel Ramos: "No se preocupe… si al final igual somos basura". Tras el director pedirle una explicación para tal afirmación, la estudiante le explicó: "Cuando nos trajeron a este liceo no nos consultaron, ni siquiera nos preguntaron si queríamos venir, si queríamos alejarnos de nuestros compañeros y de todo lo que teníamos allá".

Esta situación determinó que la dirección del liceo entrara en un compromiso de revertir la imagen que tenía la sociedad sobre estos estudiantes e incluso la que ellos tenían de sí mismos, contó el director del Liceo 4. El programa les está dando buenos resultados, dijo Ramos.