Editan el diario juvenil de Idea Vilariño

Literatura. En casi 500 páginas se arma una nueva semblanza de la gran poetisa del 45

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Cal y Canto acaba de editar "Idea Vilariño. Diario de juventud", un libro de casi 500 páginas que permite ir más a fondo sobre la vida y obra de la gran poeta uruguaya.

El mismo cuenta con edición, estudios preliminares y notas de Ana Inés Larre Borges y Alicia Torres, y será presentado en la Mediateca Idea Vilariño, del Ministerio de Educación y Cultura (San José 1116), luego de Semana Santa, en fecha y horario todavía no fijados.

"Idea llevó un diario toda su vida. Fue una diarista precoz, que según cuenta, empezó su diario a los 11 años, pero esos cuadernos primeros se perdieron en la infancia. El que recibimos empieza en 1937, cuando ella tiene 16 años, y termina en 2007, un mes antes de cumplir los 87. Ella nos dejó por testamento la custodia de su archivo y el mandato de que publicásemos estos diarios", explicó Larre Borges.

La totalidad de los diarios de la poetisa ocupan 17 libretas: se trata de agendas perpetuas, y están escritas en letra manuscrita con diversos colores de tinta. "La letra redonda y pareja de Idea parece difícil a primera vista, pero todo investigador termina por familiarizarse con la caligrafía de su autor. Hay una peculiaridad en los diarios de Idea: y es que ella los pasó, según dijo sin alterarlos, eliminando repeticiones. En el verano de 1987 pensó en quemarlos, y quemó algunas hojas sentada junto al fuego, pero luego -eso se lo cuenta a Onetti en una carta que está en su archivo- vio que no podía hacerlo y resolvió pasarlos".

"Eso que pasó, más lo que siguió escribiendo hasta dos años antes de su muerte, es lo que hay. El Diario de juventud que se publica ahora es, tal vez, un tercio de todo lo que dejó, aunque en años sea menos. Pero en la juventud ella era una diarista más consecuente", agrega Larre Borges.

Consultada la investigadora sobre el tono del diario, responde: "Es íntimo y narcisista, o tal vez debería decir, muy íntimo y muy narcisista. Los primeros años son más pueriles, adolescentes, los bailes, los amorcitos de esquina, pero a partir de 1941, en sus 20 años, después de la muerte de su madre, algo cambia. Aparecen las experiencias amorosas hondas, complejas. La reflexión sobre el sentido de la vida, sus deseos de muerte. Además la rara enfermedad de Idea, que la condena al encierro, una enfermedad a la piel que cruelmente la afea, humilla su belleza".

Sobre el aporte que el libro, muy bien editado, hace al estudio de la escritora, Larre Borges es tajante: "Algo radical: otra Idea Vilariño. Una Idea desconocida, ajena al mito reconocido. Este Diario de juventud revela a la muchacha que se va convirtiendo en la gran poeta, muestra cómo se fragua su vocación, cómo descubre el amor, cómo se conforma su elección por la soledad. Cambia todo".

El tramo del diario que ahora sale a la luz va hasta 1945. "Lo cortamos ahí porque entendimos que era imposible publicarlo todo de una vez: estos años ya hacen que el libro alcance 496 páginas. Ella ha cumplido recién sus 25 años. No es en ningún aspecto la mujer cuya imagen comenzó a ser conocida en los ochenta, después de la dictadura. No es la profesora de literatura, ni la militante política, ni la autora de libros sobre el tango, ni la autora de canciones inolvidables, ni la crítica literaria que fundó revistas culturales, junto a sus compañeros más próximos de la Generación del 45: Emir Rodríguez Monegal, Mario Benedetti, Ida Vitale, Ángel Rama… Pero la está preparando", sostiene Torres, quien afirma que en este gran segmento del diario de Idea se asiste a "una historia de aprendizaje."

UNA IDEA VILARIÑO SIN ONETTI

"Durante gran parte de su vida Idea había sido renuente a los medios, a las apariciones públicas, era una mujer solitaria y misteriosa. En realidad lo siguió siendo pero en sus últimos años el aislamiento fue haciendo concesiones. El del "Diario de Juventud" es un tiempo en que aún no conoce a Juan Carlos Onetti. Hay otros amores, dos de ellos muy intensos y duraderos. Digo esto porque siempre se la vincula a Onetti, que, claro, le inspiró algunos de sus poemas más bellos y desolados, los que marcaron una parte de nuestras vidas, como el inolvidable "Ya no". Pero él no aparece en estos años de la vida de Idea. Aún no se conocen. También por eso la figura que aquí se construye es la de una desconocida, la de una chiquilina y una mujer muy joven, que está aprendiendo a vivir y que desde muy temprano se movió -en la vida y en la escritura- con una gran libertad", puntualiza Torres.

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