Dos edificios centenarios

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César J. Loustau

EN EL 2006 dos edificios celebraron sus cien años de existencia: el Centro Uruguayo, en la ciudad de Mercedes (departamento de Soriano), y el Dispensario Antituberculoso Dr. Joaquín de Salterain. Ambos fueron concebidos dentro de los lineamientos del Art Nouveau, aunque responden a distintas variantes.

El Art Nouveau nació en Bélgica. Anunció su aparición en el mundo un precoz ejemplo, aunque ya plenamente maduro: la vivienda del ingeniero Tassel, en Bruselas, proyectada por el arquitecto Víctor Horta en 1893.

Este estilo arquitectónico pretendió ser original, nuevo, no deudor de ningún otro anterior. Y por cierto lo logró. Se caracterizó por utilizar formas curvas, alabeadas, y arabescos entrelazados, realizados casi siempre en hierro. Este material, utilizado hasta entonces sólo en construcciones de carácter utilitario, empezó a considerarse también artístico gracias al nuevo arte.

Se introdujo en el mobiliario de las casas y, en general, en la decoración de interiores (azulejos, vitrales, lámparas, o telas de tapicería). También en joyas, afiches y hasta en la tipografía. Su auge se extendió desde 1893 hasta 1914, es decir, hasta que empezaron los primeros cañonazos de la Primera Guerra. Por supuesto, hubo gente que no gustó de esta novedosa tendencia, y peyorativamente la bautizó coup de fouet (golpe de látigo) por las formas sinuosas que utilizó.

El Art Nouveau se extendió rápidamente en Europa y lo curioso es que en cada país adoptó un nombre distinto: en Francia se lo llamó Art Moderne, en Austria Wiener Sezession, en Alemania Jugendstil, en España fue Modernismo Catalán, en Italia el Liberty, y en Gran Bretaña, Glasgow School. Cada una de estas tendencias tuvo su individualidad y fueron lideradas por distinguidos cultores que se hicieron famosos dentro y fuera de sus respectivos países. En Bélgica -además de Víctor Horta- se distinguieron Henri van de Velde, el mueblero Gustave Sérrurier Bovy y los pintores James Ensor y Willy Finch. En Francia, Héctor Guimard y los artífices en vidrio Émile Gallé y René Lalique, y el mueblero de Nancy, Eugène Vallin. En Austria, Otto Wagner, José María Olbrich y Joseph Hoffmann. En Barcelona fue Antonio Gaudí y, en Escocia, Charlie Rennie Mackintosh.

DE ESTE LADO DEL MUNDO. El Centro Uruguayo se halla ubicado en la calle Padre Castro y Careaga esquina Sarandí, de la ciudad de Mercedes. Fue construido entre 1906 y 1910. Como autor figura en la fachada el ingeniero Manuel Milans.

Este ejemplo se inscribe dentro del Art Moderne, es decir de la vertiente francesa del Art Nouveau. Es evidente la influencia que ejercieron las obras del arquitecto Guimard sobre quien lo proyectó. Hay que destacar que el discípulo aprendió muy bien la lección ya que la sede de este club es una verdadera joya que engalana la ciudad a orillas del Hum y, más allá, al país todo. En especial el finísimo diseño de los balcones puede sostener sin desmedro un cotejo con el de los mejores que ornan los inmuebles que construyó el reputado arquitecto galo en la avenue Mozart o en la rue La Fontaine en París.

La altísima calidad del proyecto hace dudar acerca de quién fue su autor: no se conocen otros edificios del ingeniero Milans que avalen la paternidad de esta extraordinaria concepción. Por ello es posible pensar que de alguna manera haya intervenido el arquitecto francés Alfred Massüe (1860-1923), autor del Palacio de Arturo Heber Jackson y Margarita Uriarte (actual Museo del Gaucho, Palacio de la Moneda y sede de una sucursal del BROU), en la esquina de 18 de Julio y J. Herrera y Obes en Montevideo (1896). Y también creador de la casaquinta para quien fuera Presidente de la República, don Juan Idiarte Borda, en la avenida Lezica Nº 5912 (villa Colón), construida entre 1895 y 1897.

Al finalizar sus estudios, Alfred Massüe vino a Uruguay y se afincó en Mercedes, donde conoció a Dolores Mernies, con quien se casó y tuvo once hijos. Allí se inició profesionalmente y, entre otras obras, realizó la capilla para las hermanas de Nuestra Señora del Huerto, el teatro Politeama Colón, el Hospital, la estancia Arenal Grande -propiedad de su suegro- y la Casa Municipal, proyecto de gran envergadura que no se llegó a concretar.

Massüe fue un arquitecto ecléctico: transitó por el neoclasicismo y, en Buenos Aires y Río de Janeiro, dejó abundantes y excelentes muestras de su adhesión al Art Nouveau.

En Montevideo. El Dispensario Antituberculoso Dr. Joaquín de Salterain, en la calle Magallanes Nº 1320, entre Guayabo y José E. Rodó, fue obra del arquitecto Leopoldo J. Tosi (18775-1968). Este edificio responde a una modalidad diferente a la del inmueble mercedario: en este caso se detecta un parentesco con la línea austríaca de la Wiener Sezession. Se nota que el autor conocía hasta en sus mínimos detalles las obras de Hoffmann y de Olbrich.

En 1907, también en clave Art Nouveau -pero dentro del Modernismo Catalán-, Tosi construyó la casaquinta del Presidente de la República, Dr. Claudio Williman, en avenida Brasil Nº 2916, esquina Ellauri. La verja que rodea el predio y los pilones de sostén merecen ser observados con atención.

Otras obras destacadas dentro del estilo son: la vivienda para el Sr. José Pedro Rodríguez (1905), en la calle Bartolomé Mitre al Nº 1410-1414 casi Rincón, del arquitecto Horacio Acosta y Lara y el ingeniero Augusto Guerra Romero; los Pabellones de la Asociación Rural (1909) del arquitecto catalán Cayetano Buigas Monrav(obra notoriamente influida por las que efectuara su coterráneo Antonio Gaudí en Barcelona); y la Escuela Brasil (1908), de Américo Maini, en Av. Brasil Nº 2963, la cual posee una verja de hierro típica de este movimiento.

Siete años después del fin de la Primera Guerra se realizó en París una gran exposición internacional dedicada a las Arts Décoratifs et Industriels Modernes (conocida popularmente con el apócope Art Déco). Mucha gente confunde ambos movimientos: sin embargo nada tienen que ver. Es más: los cultores del Art Déco consideraban el Art Nouveau como un estilo perimido. Líneas rectas y un arte abstracto sustituyeron las formas curvas extraídas de la observación de la naturaleza que caracterizaban la temática del estilo antecesor. Ambos movimientos nacidos del otro lado del Atlántico, dejaron valiosas muestras en nuestro país que deslumbran a los extranjeros que nos visitan.

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