La poesía del mentiroso

Compartir esta noticia
 20120315 426x600

Patricio Pron

MURIÓ EN Buenos Aires en 1946 en la miseria; había nacido en Briesen bei Thorn (hoy Wabrzézno, Polonia) en 1881 como el tercero de veintidós hermanos. Después de trabajar como minero en Bélgica y Francia y participar en la Primera Guerra Mundial y hacerse pacifista, Paul Zech se había convertido en uno de los poetas y dramaturgos alemanes más importantes de su época. En 1918 había obtenido el prestigioso Premio Kleist, y en 1919 doce de sus poemas habían aparecido en Menschheitsdammerung (Crepúsculo de la Humanidad), la antología definitiva del expresionismo realizada por Kurt Pinthus.

En 1926 Erwin Piscator había montado su obra El barco ebrio (Das trunkene Schiff), basada en la vida y la obra de Arthur Rimbaud, en la Volksbühne de Berlín. Pero Zech tenía una personalidad contradictoria y difícil y había acabado por distanciarse de sus amigos y valedores. A pesar de que más tarde argumentaría que su exilio se debió a razones políticas (una de las tantas ocasiones en que el autor embelleció su biografía o la reescribió por completo), el hecho es que en marzo de 1933 había sido despedido de la biblioteca en la que trabajaba y estaba procesado por un hurto de unos dos mil libros y por el uso indebido del título de doctor. Sobre él pesaban varias acusaciones de plagio de obras que había publicado para solventar su siempre inestable economía y que habían llevado a que lo expulsaran del órgano colegial de los escritores alemanes. Aunque no había sido perseguido por razones políticas, su última poesía es política y critica explícitamente al nacionalsocialismo y a sus principales figuras.

La primera, en cambio, se inspiraba en la naturaleza: Waldpastelle (Cuadros del bosque al pastel), 1910; Schollenbruch (Desterronamiento), 1912; Der Wald (El bosque), 1920; La de su período intermedio es declaradamente expresionista: Das schwarze Revier (El negro distrito), 1913; Die eiserne Brücke (El puente de hierro), 1913; Die rot durchrasten Nachte (Las noches raudamente atravesadas en rojo), 1914; Der feurige Busch (El arbusto ígneo), 1919, y otros. Al morir en Buenos Aires, donde había malvivido colaborando en la prensa alemana en el exilio y especialmente en el Argentinisches Tageblatt, Zech había sido olvidado por sus lectores alemanes. Las dos colecciones que publicó en Argentina (Baume am Rio de la Plata [Árboles en el Río de la Plata], 1930, y Neue Welt. Verse der Emigration [Nuevo mundo: versos de la emigración], 1939) pasaron desapercibidas y son un saldo exiguo para un autor alguna vez prolífico que escribió cientos de poemas, treinta y tres dramas, más de cien trabajos en prosa, numerosos ensayos literarios y una docena de novelas.

EL HOMBRE DESPROTEGIDO. A pesar de eso, su obra permaneció prácticamente inédita en español hasta la aparición de Yo soy una vez Yo y una vez Tú, la antología bilingüe que le ha dedicado Héctor A. Piccoli. El académico y poeta argentino recorre en ella el camino menos transitado al realizar una traducción prodigiosa que no se contenta con la literalidad sino también con la adopción de ciertas soluciones formales empleadas por el autor alemán, en especial su uso del soneto. Se trata, como apunta, de salvar "aunque sea parcialmente, los elementos cohesivos esenciales del poema" mediante una traducción que, sin violentar el sentido del original alemán, lo adecua a la tradición literaria en español en un ejercicio insólito pero muy logrado de traslación. También, de periodizar la producción de Zech, que Piccoli distribuye en apartados que se corresponden con los acontecimientos principales de la vida del alemán: la estancia en Elberfeld hasta 1912, la residencia en Berlín y la participación en la Primera Guerra Mundial, la posguerra, el período berlinés de 1920 a 1933 y el exilio argentino.

Su selección de los poemas sigue la realizada por Henry A. Smith en 1983 con el título de Paul Zech: Vom Schwarzen Revier zur neuen Welt (Paul Zech: Del distrito negro al nuevo mundo) y permite observar en la obra del autor alemán la influencia de Rainer Maria Rilke y la de cierta tradición baladística alemana habitualmente dedicada a narrar hechos trágicos en un estilo narrativo y accesible a todos los públicos. Los temas de Zech son el trabajo en las minas y la vida en la gran ciudad, que el autor contrapone a una naturaleza idealizada. Para el autor, sólo la hermandad entre todos los hombres puede salvar al hombre individual de lo que el ensayista estadounidense Marshall Berman llamó en una ocasión "la terrible realidad desnuda del `hombre desguarnecido`", que Paul Zech conoció bien.

ETNOGRAFÍA IMAGINARIA. Además de poeta, ensayista y narrador, Zech fue un mentiroso: muchos de sus poemas fueron publicados bajo seudónimo o atribuidos por su autor al francés León Deubel o a Francois Villon. También su obra miscelánea sobre la etnografía argentina era imaginaria por completo y sólo supuestamente basada en viajes al interior del país que su autor nunca había realizado. De ellos emergía una imagen idealizada de la naturaleza argentina y de sus habitantes. Sus leyendas locales son completamente falsas, no así su novela autobiográfica Michael M. irrt durch Buenos Aires (Michael M. vaga por Buenos Aires), 1985, en la que el autor se compadece ante la eventualidad de tener que vivir en un país miserable y estúpido. Al igual que buena parte de la obra que produjo en su exilio, Michael M. fue publicada tras su muerte, cuando Zech alcanzó el éxito que probablemente mereciera. Fue un pequeño bestseller en la República Democrática Alemana, donde era considerado un autor antifascista, su volumen Die lasterhaften Balladen und Lieder des Herrn Francois Villon (Las baladas y canciones libertinas del señor Francois Villon) 1930, vendió en el Oeste más de trescientas mil copias y tuvo veintinueve ediciones. El importante crítico Marcel Reich-Ranicki incluyó dos de sus poemas en su versión personal del canon de la literatura alemana, Der Kanon. Hoy en día es considerado, aunque marginal, todo un clásico de esa literatura.

Astillero

Paul Zech

Si recorres aguas arriba el puerto,

oh, cómo ronca y gime: astillero y la- /minado,

rieles y chimeneas, galpón y acelera- /do

ritmo de máquinas en un coro más /que yerto.

Como rompiente silba de vapor blan- /co espuma

saliendo de canales y la grúa se que /ja,

colosal, en el remolque. De humo la /guedeja

en que crepita un fuego que jamás se /esfuma.

Cascos se elevan en filas toscas, como /rocas.

Hormigas trepan costillas de acero:

la ralea de esclavos, que el vértigo no /apoca.

Muy debajo de ellos, su caos el mun- /do estiba

y sobre ellos, en punzó soleado desde /arriba,

se cierra el horizonte: un puño de /carnicero.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

El backstage de fotos de Giannina Silva embarazada
La conductora protagonizó una jugada producción para Sábado Show.
0 seconds of 1 minute, 48 secondsVolume 90%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Next Up
Fiesta de Canal 12: el momento de la foto
00:14
00:00
01:48
01:48