MARÍA INÉS LORENZO
La chica pobre y el joven rico se enamoran. Pero el malo pone cien trabas y engaños a su amor y así, capítulo a capítulo los protagonistas van sorteando los obstáculos, sus propias dudas y cumplen con lo que el televidente quiere: el triunfo del bien. En los últimos seis años, esta misma trama se ha repetido 188 veces que es la cantidad de telenovelas que se emitieron en Uruguay desde 2001. Sos mi vida, El clon, Gasoleros, Betty la fea… todos sus episodios suman 21.706 horas de programación lo que equivale a 904 días seguidos de género melodramático, según cifras de la consultora Ibope.
Las telenovelas en América Latina tienen una historia de más de 50 años. Mucho ha cambiado desde aquel inicio: el género se perfeccionó, han mutado un poco las tramas, se incorpora el humor o la problemática social pero lo que se mantiene invulnerable es el éxito rotundo en Uruguay y la región. Es más, las historias melodramáticas lograron traspasar las barreras culturales como si fueran aire y llegaron a convertirse casi en el género televisivo preferido por todo el globo. Según números de Ibope, la cobertura de las telenovelas alcanza hoy el 100% a nivel mundial. Sos mi vida, por ejemplo, llegó a doblarse al japonés.
A la vez, el público de telenovelas se diversificó, según los entendidos. Antes, el género parecía dirigido a la ama casa, en general mayor de 50, pero ahora hombres y también jóvenes se lanzan a este mundo y también lo reconocen. Como prueba, basta con recordar que antes el horario usual de la "comedia" era la tarde, mientras que hoy van en horario central. Son de fierro, por ejemplo, es uno de los programas más vistos de Uruguay y se emite a las 21:00.
LA FORMA. La comunicadora Rosario Sánchez, quien ha realizado una investigación sobre las telenovelas brasileñas, señala que uno de los motivos por los cuales este género de ficción suele atraer a las personas, tiene que ver con que es una forma de expresión cultural que recoge una vieja y placentera práctica: la de contar y que a la vez nos cuenten historias. Además, a la corta o la larga, toda historia de telenovelas se trata del combate entre el bien y el mal y finalmente, el triunfo del primero. Esa estructura narrativa ya la empleaban "con éxito los antiguos griegos", asegura Sandra Atijas, experta en comunicación que ha estudiado el fenómeno.
Se suma que la novela logra insertarse de manera fácil, con naturalidad y eficiencia en la rutina de la gente y en cada uno de sus hogares porque tiene una estructura que ya de por sí está fragmentada tanto en capítulos como en pausas publicitarias, lo que resulta cómodo para el televidente.
"Se puede estar mirando la novela y aprovechar el corte para realizar cualquier otra tarea corta por ejemplo", dice Sánchez. Si bien el gusto por el melodrama responde a motivos subjetivos, las características de su contenido influyen a la hora de engancharse. Sánchez explica que una de las razones que generalmente llevan a que las personas se interesen por las telenovelas, se relaciona pura y exclusivamente con el placer que sienten los espectadores al mirarlas.
"Ellos participan a través de la pantalla en el desarrollo de un conflicto en el que ya se sabe lo que va a suceder", dice Sánchez. Ello significa que las personas reconocen los códigos o estereotipos de la historia, como por ejemplo que se va a castigar al malo y premiar al bueno, o que la chica pobre se va a convertir en rica, lo que de alguna manera hace que uno no se tensione, se distraiga de las exigencias diarias y pase un buen rato.
SOCIAL. A su vez, existe otra razón que también hace atractiva a las telenovelas y es la capacidad de reflexión sobre los problemas cotidianos que puede despertar en la gente. Hay telenovelas, sobre todo las brasileñas por ejemplo, que incluyen en sus tramas problemáticas de carácter social, temas vinculados al alcoholismo, las enfermedades o adicción a las drogas, además de la clásica historia de amor, siempre latente.
"Si bien los contenidos siguen teniendo ficción, hoy están construidos sobre una base más realista y ello lleva a que muchas veces el espectador se sienta identificado con los personajes o con la historia y consecuentemente le atraiga más", dice Sánchez.
Según datos de 2005, más de la mitad de las personas que miran telenovelas en Uruguay son mujeres (68%). El 50% de la audiencia pertenece a niveles socioeconómicos bajos, 37% a medios y 13% a los más altos. Los más fanáticos de este género, es decir, aquellos que más horas pasan frente a la tv mirando novelas son los mayores de 60 años (26%), seguidos por los de 35 a 49 años (19%), los de 25 a 34 años (13%), los de 4 a 11 años (12%), y de 12 a 17, 18 a 24 y 50 a 59 (todos con 10%), según Ibope.
De algún modo, las cifras confirman el estereotipo de audiencia de telenovelas, aunque de a poco la audiencia se hace más diversa. Incluso, hay propuestas de telenovelas para adolescentes u otras para jóvenes.
Sánchez asegura que cada vez hay más jóvenes y también hombres que disfrutan su tiempo libre de la mano de alguna telenovela. Y no tienen problema en reconocerlo en reuniones de amigos, por ejemplo, lo que antes no ocurría. "Hay hombres, chicos y grandes interesados por las telenovelas", dice la especialista Sánchez.
Las más vistas
EL CLON. La telenovela brasileña que emitió canal 12 encabeza el ranking elaborado por Ibope; fue la más vista entre 2001 y 2007. En 2003, obtuvo un rating promedio de 15,2 puntos. El año anterior, la marca fue de 14, 7.
BETTY LA FEA. Emitida por canal 4 en 2001 y 2002, esta telenovela obtuvo un promedio de rating de 12 puntos en su primer año de emisión y 14 en el segundo.
SOS MI VIDA. La dupla de Facundo Arana y Natalia Oreiro logró en 2006 un rating promedio de 13,7. La emitió canal 12.
MACHOS. La telenovela de canal 4 consiguió en 2004 un promedio de rating de 13,6 puntos, lo que significa una audiencia de 140.000 personas.
LA OVEJA NEGRA. De Ruben Rada y elenco, tiene un rating promedio de 12,2. Se emite actualmente en canal 12.
SON DE FIERRO. Cosecha un promedio de 12, 2 de rating.
Las cifras
21.706 Horas de telenovelas que se transmitieron en los canales abiertos uruguayos en los últimos seis años. Equivale a 904 días de continuo.
20,1 El rating más alto que registró una telenovela en Uruguay. Fue en el capítulo 91 de "Machos", el 28 de julio de 2004. En números, 200.000 personas lo miraron.
68% De la audiencia de telenovelas en Uruguay eran mujeres en 2005, según un sondeo de Ibope. Expertos señalan que crece la cantidad de hombres y también de jóvenes.
Personajes que cambian
En la recordada Celeste o La extraña dama el mal lo encarnaba un personaje definido que así se comportaba durante todo el ciclo. Ahora, los malos no son tan malos y los buenos lo mismo. Rita, de Son de fierro, puede llegar a tener alguna actitud noble, aunque seguramente su destino en la historia será que la descubran como un personaje terrible y caiga en desgracia.
Esa es otra novedad de las telenovelas. Sandra Atijas, especialista en comunicación, lo dice así: "Hay novelas más tradicionales, pero siempre los personajes son más ricos, tenés una serie de ambigüedades que antes no había, no es solamente uno bueno o uno malo, sino una vida detrás de cada una de esas personas".
En tanto, la comunicadora Rosario Sánchez asegura que las telenovelas venezolanas y argentinas siempre se caracterizaron por incluir distintos niveles sociales de personajes y que la historia central siempre giraba en torno a los roles protagónicos.
En cambio, con las novelas brasileñas sucede que muchas veces los personajes secundarios adquieren mayor relevancia que los protagónicos. Sin embargo, ambas tienen en común una tensión melodramática de fondo que apela a la emoción y que coloca a la telenovela latinoamericana en primer plano a diferencia de las novelas norteamericanas, porque tienen el amor como centro.