Una "rara avis" en el Solís

| El legendario restaurante El Águila ya tiene su heredero. En el mismo lugar se inaugurará el próximo domingo un ambicioso complejo gastronómico y cultural.

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El País

Por décadas y hasta 1998, El Águila fue "el" restaurante de Montevideo. No era sólo su menú ni sus especialidades, como el arroz de la casa (con trufas, champiñones, pollo y crema doble) o el omelette surprise. Era también un punto de encuentro de políticos y empresarios, ahí donde se cerraba un negocio o se tejía una alianza. A una cuadra de la ex Casa de Gobierno y cerca del centro financiero en la Ciudad Vieja, la esquina de Buenos Aires y Juncal, en una de las alas del Teatro Solís, era mucho más que un emblema gastronómico de la ciudad: era un punto neurálgico.

En ese mismo lugar abre en siete días, el próximo Día de la Madre, el complejo Rara Avis. Se trata de una nueva propuesta gastronómica y cultural con tres niveles habilitados para el público: restaurante, bar y sala de eventos. Pero a lo largo de esta semana se realizarán varios "preestrenos" para 150 invitados.

La terminología teatral no es casual. El asesor de mar- keting de este emprendimiento, Roberto Acosta, señala que "la temática del restaurante, que estará en la planta baja, se creó asociada e integrada al concepto de entretenimiento y cultura que representa el Teatro Solís". El objetivo es que el comensal tenga la idea de que "está siendo parte de algo". No sólo con los toques teatrales de la decoración, sino con performances en sí. Éstas estarán a cargo del director teatral Álvaro Ahunchain. "El factor sorpresa y el suspenso se manejarán como una constante fundamental y diferencial del servicio. Ahunchain estará a cargo de las distintas actividades lúdicas a desarrollar proponiendo `flashes` interpretativos que se puedan suceder de manera inesperada y no invasiva durante las co- midas", explica Acosta. No se asombre si alguno de los 60 empleados de Rara Avis, tal vez el mismo que minutos atrás lo atendió, lo sorprenda a usted y al resto de los comensales con sus habilidades escénicas.

A la hora de definir cuál será el estilo del restaurante, Acosta menciona el "aire cosmopolita". Esto significa, al mismo tiempo, toques clásicos y de vanguardia, toques casuales y elegantes. Lo que se busca, explica, es que tanto el look sport informal como la etiqueta puedan mezclarse sin que parezcan estar fuera de lugar.

Hay antecedentes en la combinación de luces y diseño para el proyecto Rara Avis. Sus responsables mencionan al restaurante madrileño Teatriz, construido en la platea de un antiguo teatro. Otros links pueden hallarse en el Bon parisino, del arquitecto Philippe Starck, o el hotel St. Martins Lane de Londres. Pero más allá de cualquier experiencia sensorial, en un restaurante el gusto sigue siendo el sentido más mimado.

El chef ejecutivo de Rara Avis es Sébastian Fouillade. De acuerdo con Acosta, su desafío fue presentar un menú "que haga énfasis en lo esencial de cada producto, realzando sus virtudes naturales". Su política, añade, se basó en "aprovechar lo mejor que ofrece la tierra y el mar uruguayos para elaborar platos creativos". De la carta no quiere adelantar detalles (estos serán revelados en el estreno y los preestrenos), aunque la base provenzal e italiana permite hacerse una idea.

El precio por comensal, por tres platos (entrada, principal y postre) se estima desde 700 pesos. Esto no incluye bebidas. En el subsuelo se ubica una cava de piedra con más de 600 variedades de vinos, nacionales y extranjeros. El restaurante tendrá una capacidad de 150 personas y funcionará como un local polifuncional para almuerzo, té y cena, cada uno con sus características distintivas.

El bar funcionará en el subsuelo, tiene una capacidad para 60 personas sentadas, y estará gobernado por una barra de cuatro lados. También están dispuestas dos salas privadas para entre 15 y 30 asistentes. A la vista del público estará la cocina. El entorno estará compuesto de paredes de piedra a la vista, arcos de ladrillo y techos de bovedilla. Como en el restaurante, se le puso especial atención a los juegos de luces y a la ambientación musical. El bar comenzará a funcionar a las 9.00 horas y estará abierto hasta las dos de la madrugada.

Más abajo, en un segundo subsuelo construido por debajo de la cimentación, se encuentran las cámaras frigoríficas y funcionarán las áreas de servicios operativos. Este es el cuarto nivel del complejo, el único no habilitado para el público.

Eventos. El vínculo con el Solís fue fundamental a la hora del diseño. Para ambientar la sala de eventos -un salón para 300 personas ubicado en el primer piso- se utilizaron arañas de caireles del antiguo teatro, antes de su reinauguración en 2004. Esto se combinará con pisos de parquet y texturas nobles. "La consigna fue generar un lugar refinado", dice Acosta.

Para acceder a la sala de eventos se deberá subir por el ascensor de cristal o la escalera de mármol en el foyer de entrada principal para el complejo. Siguiendo la ruta que en su momento marcó El Águila, como un lugar donde se cocinaban grandes emprendimientos empresariales, este salón está pensado para acoger lanzamientos de productos, cenas show, eventos sociales y corporativos. Acosta destaca la terraza con vista a la Plaza Independencia y a la nueva Torre Ejecutiva.

Los nombres detrás de este complejo son Guillermo Baz-zán y José Costa Valverde. En marzo de 2005 les fue otorgada la concesión por 25 años de esa esquina del Solís para operarla comercialmente. Tras cuatro años de planificación y obras, el domingo 10 comenzará a verse el fruto del esfuerzo.

"La finalidad es generar un lugar atractivo y sugerente a los sentidos del cliente donde se conjugue una moderna gastronomía, el entretenimiento, así como la organización de eventos corporativos, sociales y culturales para un mercado local e internacional de nivel socioeconómico medio y superior, en un entorno de edades de 28 a 75 años", resume Acosta como el objetivo de Rara Avis.

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