Redefiniendo el concepto de recesión

| Una alternativa son los datos de desempleo que, aunque imperfectos, no están generalmente sujetos a revisión y se conocen más rápido

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Ha habido un estallido desagradable del síndrome de la "palabra R". Los periódicos están llenos de historias sobre cuál de las grandes economías va a ser la primera en hundirse en una recesión, como resultado de la contracción del crédito. La respuesta depende en gran forma de lo que signifique "recesión". La mayoría de los economistas asume que implica una caída del PIB real. Pero esto ha creado mucha confusión: la definición de recesión necesita repensarse.

En el segundo trimestre de este año, el producto de Estados Unidos aumentó a una tasa anualizada sorprendentemente robusta de 3,3%, mientras que en el área del euro y Japón cayó, y el de Gran Bretaña permaneció estable. Muchos economistas estiman que tanto Japón como el área del euro pueden haber tenido un segundo trimestre de caída, en los tres meses hasta septiembre. Esto, de acuerdo a una regla muy utilizada, los colocaría en recesión, un destino que Estados Unidos hasta ahora ha evitado. Pero según mediciones diferentes del PIB, Estados Unidos ha sido la economía rezagada en el último año.

La gráfica muestra distintas formas de juzgar la severidad del enlentecimiento económico desde el comienzo de la crisis crediticia en agosto de 2007. En crecimiento del producto, Estados Unidos ha superado a Europa y Japón. El desempleo, sin embargo, cuenta una historia muy diferente. La tasa de desempleo en Estados Unidos alcanzó el 6,1% en agosto, desde un 4,7% un año atrás, y a muy poca distancia del pico de 6.3% que tuvo durante la última recesión, posterior a la quiebra de las dotcom. Según los datos a julio, las tasas de desempleo de otros países apenas se han movido durante el último año. La de Japón creció sólo un 0,2%, el área del euro cayó levemente (aunque en términos absolutos todavía es un poco mayor que la de Estados Unidos). Otro criterio, el PIB per cápita, toma en cuenta el hecho de que la población de Estados Unidos está creciendo rápidamente, mientras que la de Japón ha empezado a disminuir. Desde el tercer trimestre de 2007, el ingreso promedio per cápita de Estados Unidos apenas aumentó; el de Japón ha disfrutado las mayores ganancias.

Para la persona promedio, un incremento grande en el desempleo significa recesión. En contraste, la regla de los economistas de que una recesión se define por dos trimestres consecutivos de caída del producto es tonta. Si una economía crece un 2% en un trimestre y luego se contrae un 0,5% en cada uno de los dos trimestres siguientes, se estima que está en recesión. Pero si el PIB se contrae un 2% en un trimestre, crece un 0,5% en el siguiente, y luego cae otro 2% en el tercero, se escapa, incluso a pesar de que la economía obviamente está más débil. De hecho, el producto de Estados Unidos no declinó dos trimestres consecutivos durante la recesión de 2001.

Sin embargo, no es solamente la regla de los "dos trimestres" la que es defectuosa; las cifras mismas de PIB pueden ser engañosas. El primer problema es que están sujetas a grandes revisiones. Un análisis de Kevin Daly, un economista de Goldman Sachs, revela que desde 1999 el crecimiento trimestral del producto en Estados Unidos ha sido revisado a la baja en 0,4 puntos porcentuales en términos anualizados en promedio entre la primera estimación y la última. En contraste, las cifras en el área del euro y en Gran Bretaña fueron revisadas al alza en un promedio de 0,5% puntos porcentuales. De hecho, hay buenas razones para creer que el reciente crecimiento de Estados Unidos va a ser revisado a la baja. Una medida alternativa, el ingreso interno bruto (IIB) debería, en teoría, ser idéntico al PIB. Sin embargo el IIB real ha crecido apenas un 0,1% desde el tercer trimestre de 2007, muy por debajo del 1% de aumento en el producto. Un estudio de economistas de la Reserva Federal encontró que el ingreso interno bruto es generalmente más confiable que el PIB para detectar el comienzo de una recesión.

EL DESEMPLEO. Estas son buenas razones para no apoyarse demasiado en el producto al tratar de detectar una recesión, o al comparar enlentecimientos entre economías. El Business Cycle Dating Committee, del National Bureau of Economic Research (NBER), el árbitro oficial de Estados Unidos a la hora de poner fechas a las recesiones, en cambio, juzga basándose en información mensual de producción industrial, empleo, ingreso real, y comercio mayorista y minorista. Pero incluso el enfoque más sofisticado del NBER es muy simplista por cuanto define una recesión como un declive absoluto en la actividad económica. Esto puede ocasionar problemas al intentar comparar la profundidad de las caídas en ciclos diferentes o a través de países diferentes. Supongamos que el país A tiene una tasa de crecimiento potencial de largo plazo de 3% y el país B de solamente el 1,5%, debido a un crecimiento más lento de la fuerza laboral. Un crecimiento anual del PIB de 2% provocaría un aumento del desempleo en el país A -haciendo que se sienta como una recesión-, pero provocaría una caída en el país B. De la misma forma, si un crecimiento más rápido de la productividad empuja hacia arriba la tasa de crecimiento de largo plazo de un país, como ha hecho en Estados Unidos desde mediados de los noventa, un bajón económico es menos probable que cause una caída en la producción en términos absolutos.

Esto sugiere que tiene más sentido definir una recesión como un período en que el crecimiento cae significativamente por debajo de su tasa potencial. El FMI estima que Estados Unidos y Gran Bretaña tienen tasas de crecimiento de largo plazo más elevadas que Japón o el área del euro. La gráfica muestra que desde el tercer trimestre del año pasado, el crecimiento ha estado por debajo de la tendencia en las cuatro economías, pero Gran Bretaña ha tenido la mayor caída, relativa a su potencial.

Pero incluso si ésta es una mejor definición de recesión, las tasas de crecimiento potencial son endiabladamente difíciles de medir, y las revisiones de las estadísticas del producto todavía son un problema. Una solución es prestarle mucha más atención a los números de desempleo, los que, aunque imperfectos, no están generalmente sujetos a revisión y se conocen más rápido. Un crecimiento en el desempleo es una buena señal de que el crecimiento ha caído por debajo de su potencial. Mejor aún, coincide con la definición que la gente común utiliza. Durante el último medio siglo, siempre que la tasa de desempleo de Estados Unidos creció en medio punto porcentual o más, la NBER más tarde -generalmente bastante más tarde- declaró una recesión. Las empresas europeas son más lentas para despedir, por lo que el desempleo puede ser un indicador rezagado. Pero incluso así, la tasa de desempleados normalmente ha comenzado a aumentar algunos meses después del comienzo de una recesión.

Como dice el viejo chiste: cuando tu vecino pierde su trabajo, se le llama enlentecimiento económico. Cuando tú pierdes tu trabajo, es una recesión. Pero cuando un economista pierde su trabajo, se convierte en una depresión. Los economistas que ignoran el reciente crecimiento en el desempleo merecen perder su trabajo.

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