Leonardo Haberkorn
Varios lectores se comunicaron con Qué Pasa a propósito de las dos notas dedicadas en la edición pasada al aviso de cigarrillos Nevada en el que aparecen los músicos uruguayos Jaime Roos, Ruben Rada, los hermanos Fattoruso, los Ibarburu, Francis Andreu y las bandas de rock Cursi y Hereford.
A partir de los comentarios e inquietudes de los lectores, surgieron las siguientes noticias obtenidas por los periodistas de esta redacción.
Malena Muyala y Laura Canoura también fueron contactadas por los productores del aviso, que intentaron que ambas aparecieran en el comercial. Las dos prestigiosas artistas se negaron.
"Malena dijo que no aceptaba, por tratarse de cigarrillos", relató un funcionario de su oficina de producción. Los publicistas y fabricantes de Nevada intentaron convencerla. Le pidieron que sugiriera un precio adecuado para aparecer. También le dijeron que no necesitaría nombrar la marca.
Muyala se negó siquiera a considerar la oferta y no sugirió ningún precio. "Nos parecía muy raro una publicidad de este producto grabado por artistas. Ellos trabajan con la voz, con la garganta, y ya sabemos los efectos que tiene el tabaco. No tenía ningún sentido", explicó su vocera.
En la edición anterior, se le había preguntado a un funcionario de relaciones públicas de la tabacalera Monte Paz, fabricante de Nevada, si también habían intentado contratar a Malena Muyala, a lo que éste respondió que no podía recordarlo.
El mismo vocero de la tabacalera dijo que el aviso respetaba el horario de protección al menor. Un lector se comunicó para desmentir esa información. Aseguró que vio el aviso antes del comienzo de esa franja.
Otro lector escribió preguntando por qué la Intendencia de Montevideo permite que se usen lugares de la ciudad —como el teatro Solís o la esquina de 18 y Cuareim— para publicitar un producto que mata 5.400 uruguayos cada año.
Martín Papich, responsable de la oficina de Locaciones de la Intendencia, dijo que el municipio, cuando le piden usar un espacio público para hacer publicidad, no se cuestiona respecto a qué producto se está promocionando, mientras sea legal. Pueden ser galletitas o picanas eléctricas, a la Intendencia le da lo mismo.
Así, el teatro Solís se alquiló a los realizadores del aviso en la módica suma de 800 dólares. En cambio, la esquina de 18 y Cuareim fue cedida gratis. El tráfico de ese importante cruce fue cortado durante varias horas de una tarde de febrero para un fin tan loable como promocionar una droga tan adictiva como la cocaína y la heroína, que mata 15 uruguayos cada día. ¡Eso sí! Los productores del aviso se hicieron cargo de pagarle a los inspectores que cortaron el tránsito.
Contratar a los músicos resultó más caro. La banda Hereford —presumiblemente uno de los cachet menos elevados— recibió una suma de "entre 5.000 y 8.000 dólares", dijo una persona involucrada en la producción.
Otro lector escribió para hacer notar que esta semana TV Ciudad repitió un programa originalmente emitido en invierno en el cual Jorge Drexler cuenta que dos veces se negó a grabar avisos para cigarrillos.
En efecto, entrevistado por Mauricio Rosencof, Drexler dijo: "yo tuve dos ofertas para una propaganda de tabaco. Una aquí en Uruguay que ni siquiera llegamos a hablar mucho y otra más grande en Costa Rica, hace como cuatro o cinco años, que me pedían una canción mía que se llama La edad del cielo para hacer una propaganda para Latinoamérica. Yo no había trabajado nunca en publicidad y no tengo ningún problema con la publicidad, pero no quería asociar una canción con una marca de tabaco, porque aunque yo ya no ejerzo y me olvidé casi de todo, soy médico de profesión. En mi familia hay muchos médicos y estuve dos años en un servicio de otorrino, donde el 70% de las camas son de oncología, cáncer de laringe sobre todo. (...) Es tan abrumador el número de pacientes que ingresan en un hospital por los efectos del tabaco, no sólo en oncología...".
Uno de los hermanos de Jorge Drexler, Diego, es integrante de Cursi, que sí grabó el aviso de Nevada.
Roos, Rada, los Fattoruso y los Ibarburu tampoco respondieron esta semana a los mensajes que les habían dejado los periodistas de Qué Pasa.
Algo similar le ocurrió también al programa La Brújula de radio El Espectador, que también dedicó un espacio al aviso de Nevada. Sin embargo, en La Brújula sí consiguieron entrevistar a Hugo Fattoruso, que explicó en gruesos términos por qué decidió participar en el comercial.
Dijo: "nosotros somos trabajadores, estamos prácticamente trabajando a salario. Yo fumo hace 45 años. Los hijos de puta son los que venden cigarrillos, porque ni tabaco es; es anilina, repollo, lechuga, y una cantidad de porquerías que te hacen adicto. Entonces, si vos te fumás un porro te cagan a patadas en el culo, pero si vos te fumás dos paquetes de cigarro por día está todo bien, estamos en una sociedad un poco dispersa, que no tiene foco. Pero de cualquier manera, a mí vienen... mirá yo no soy una prostituta. Vinieron, me dijeron ‘éste es el anuncio de Nevada’ y yo les dije: yo no voy a decir ni una palabra. Me dijeron que no, que nosotros tocábamos una introducción de tres segundos y medio. Y bueno, a mí me importa un carajo si es de cigarro, si es de chantilly o si es de duraznos en almíbar. Además, yo fumo hace 45 años, soy viciado en tabaco. Así que, nada, pamplinas. Para mí el tabaco tendría que ser clandestino, tendrían que prohibirlo, porque cualquiera puede en cualquier esquina de este puto planeta comprar 50 marcas diferentes de cigarros. Y realmente hace mal, hace mal".
Lo dicho por Fattoruso se comenta solo y lleva a comprender mejor el silencio de sus socios en tal particular empresa.
Sólo habría que puntualizar que la lechuga no crea adicción. Y que no son lo mismo duraznos en almíbar, chantilly y cigarros (aunque Fattoruso y la Intendencia de Montevideo piensen que sí).
Fattoruso tiene razón en dos cosas. El cigarro hace mal. Y estamos en una sociedad dispersa, que no tiene foco. Dinero mediante, muy fuera de foco.