El carlista de la penúltima hora

| Bordaberry profesa una doctrina ultra católica llamada Carlismo. Su líder es Sixto de Borbón, quien dice ser el rey de España. Estuvo aquí en 2004 con el ex dictador. Al mismo tiempo, el "usurpador" Juan Carlos I visitaba al presidente Tabaré Vázquez.

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LA EXIGENCIA CONSTITUCIONAL de convocar a elecciones en noviembre de 1976 nos hizo ver que no había otro camino que consolidar institucionalmente la situación de paz y orden que estaba viviendo el país. Y en esa situación había autoridad, no había partidos políticos, no había sufragio universal, había libertad, pero no para difundir el error y el mal. Es decir, no había vigencia de los fundamentos liberales de nuestro sistema político. Creo que el pueblo uruguayo estaba maduro para aceptar este cambio. No lo estaban en cambio los mandos militares, inficionados por la masonería, que rechazaron mi propuesta". Así resumió el ex dictador Juan María Bordaberry, en junio de 2002, su salida del gobierno de facto, según una carta publicada en el sitio www.hispanismo.org . Que Bordaberry no cree en el sistema de partidos políticos no es novedad, pero lo que hay detrás de esa convicción seguramente es bastante desconocido para la mayoría de los uruguayos.

El mismo hombre que asumió como presidente constitucional en 1971 por el Partido Colorado, que disolvió las cámaras legislativas en junio de 1973 y que ahora está procesado por co-autoría de los homicidios de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw, hoy duerme tranquilo en Cárcel Central. Sí, tranquilo. Es que "el martirio es camino de santidad", según le dijo a su hijo, Santiago Bordaberry, quien lo contó en una carta que envió al sitio www.carlismo.es, horas después del procesamiento. "Me explicó que no nos preocupáramos por él, que con el corazón en Cristo y con la compañía de Nuestra Santísima Madre no hay que temer nada", recordó Santiago.

¿Carlismo? Así se llama la doctrina antiliberal y ultra católica que profesa el ex dictador. Es poco conocida pero su voz se puede escuchar en internet. Luego del procesamiento de Bordaberry, en los sitios web mencionados y en otros (www.panodigital.com de Panorama Católico Digital o www.edicionescatólicas.com) se reprodujeron mensajes de defensa al ex dictador. Hay de todo, quienes piden la libertad de Bordaberry y quienes llaman a quejarse por su enjuiciamiento ante la embajada de Uruguay en España, por ejemplo.

Allí parece que el hombre procesado por la justicia uruguaya es casi un santo. Todo porque Bordaberry fue nombrado Caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita el 3 de mayo de 2006 por el Carlismo. Por eso Santiago termina la carta en la que denuncia la "injusta encarcelación" de su padre saludando "Viva Cristo Rey". Se trata de tradiciones que los unen con la España absolutista y las milicias franquistas. La adhesión al Carlismo los coloca en un mundo que condecora a Bordaberry, que lo hace parte de una cruzada religiosa.

El Carlismo nació en España en el siglo XIX como una lucha por la sucesión del trono del rey absolutista Fernando VII, quien murió en 1833. Poco antes de morir, Fernando VII tuvo una hija, Isabel, y derogó la ley Sálica, que excluía del trono a las mujeres, para que pudiera ser su sucesora. Carlos, hermano del rey se proclamó, sin embargo, como el legítimo heredero. Las guerras carlistas duraron siete años, en los que las fuerzas liberales, que limitaban el poder del rey, apoyaron a Isabel II, mientras que los grupos que defendían la monarquía absoluta y el tradicionalismo católico se aliaron tras Carlos V. Su lema era "Dios, Patria, Fueros, Rey".

Desde entonces, el Carlismo ha mantenido una línea de sucesión "legítima", que a partir de 1936 deja de ser consensuada. La rama que hizo caballero a Bordaberry es la que actualmente proclama como heredero a Sixto Enrique de Borbón, el hijo menor de Javier I, quien abdicó en favor de su hijo mayor, Carlos Hugo.

Cristo Rey y la masonería

Las milicias del Carlismo, los "requetés", apoyaron el levantamiento de Franco. De ellas surgió el grito de lucha "Cristo Rey" que usaron los grupos paramilitares franquistas. Sin embargo, tras apoyar al bando ganador de la guerra civil, parte del Carlismo se opuso a varias medidas del franquismo y fue perseguida. Derivó hacia opciones políticas de autogestión, federalismo y socialismo, y Javier y Carlos Hugo fueron expulsados del país.

Tras la muerte de Franco, Sixto agrupó a los sectores tradicionales del Carlismo y a franquistas formando la Comunión Tradicionalista Carlista. Según la página web www.carlismo.es, Sixto se distingue por "su gran cautela" al otorgar la cruz de la Legitimidad Proscrita, sólo "a los casos en los que los recipiendarios ostentaban méritos sobresalientes". Virtudes como las de Bordaberry, quien en la carta de junio de 2002 afirmó: "Y es en el Carlismo donde sentimos nuestro punto de llegada. DIOS, porque no puede haber instituciones que no se fundamenten en el derecho natural, lo que supone rechazar las soberbias construcciones del hombre que lo contradigan. PATRIA, porque la sociedad de los hombres tiene que profesar un amor profundo y permanente a su lar, de donde extraerá la fuerza para resistir los embates del mal. Y REY, porque, ¿quién puede imaginar sin espanto una autoridad que no tenga que rendir cuentas a Dios?".

Bordaberry publicó un par de artículos en la revista de la Hermandad Tradicionalista Carlos VII, Custodia de la Tradición Hispánica. En uno de 2003 titulado Vigencia de la Hispanidad, criticó "la insistencia en la leyenda negra que ha oscurecido exitosamente la aventura más admirable emprendida por hombre o Reino alguno en nombre de la Fe", refiriéndose a la conquista española de América; y afirmó que en el proceso de independencia "la España americana fue despedazada, con la decisiva ayuda de las potencias masónicas de la época".

Santiago Bordaberry encontró apoyo en el Carlismo. En abril de 2006 ingresó al foro de www.hispanismo.org un uruguayo con el seudónimo de Baqueano, por la estancia de su padre, y el gentilicio de "San Pedro de Durazno". Presentó su pensamiento así: "creo en el único Dios Todopoderoso (...) Creo que el liberalismo masónico es el peor de los males que sufrió la humanidad en su historia, y que todo lo derivado de él es pecaminoso desde que sustituyó a Dios del centro de la vida, por el hombre y su raciocinio. En especial las formas políticas como la diabólica democracia".

Últimamente, Baqueano agradeció el apoyo demostrado en la página hacia su padre con la misma carta que publicó Santiago Bordaberry en www.carlismo.es. En ella afirmó que su padre, "propuso a las fuerzas armadas la creación de un estado y una organización de la sociedad en base a los principios cristianos, hecho que es el verdadero motivo por el cual hoy se le toma venganza. Venganza de la izquierda, pero como todos ustedes se imaginarán, con la intervención en la oscuridad de la inmunda masonería, tan fuerte en éste país".

Varios integrantes del foro le mandaron sus mensajes de apoyo. Un cibernauta admirador de su padre concluyó: "Mi solidaridad con Bordaberry; quizá el único político decente que quedaba por estos pagos ".

El apoyo del Carlismo es claro. Sixto visitó personalmente a Bordaberry en 2004, mientras el hijo del "usurpador" (el rey Juan Carlos) asistía a la asunción de Tabaré Vázquez, dice la página web carlista.

En enero de 2001 Sixto sufrió un gravísimo accidente de automóvil en Argentina. Desde entonces apenas apareció en la vida pública, limitando sus acciones a cartas públicas. En una de ellas en 2002, mostró su apoyo al líder ultraderechista francés Jean-Marie Le Pen.

Sixto y Bordaberry comparten una filosofía y parecen estar bastante aislados de las corrientes de pensamiento dominantes en sus países. Cuando todavía era presidente, en diciembre de 1974, Bordaberry dirigió un discurso a las autoridades militares de la época en el que afirmó: "Pienso que pretender juzgar por los clásicos procedimientos de la democracia la conducta de las Fuerzas Armadas de defender lo más natural, lo más esencial de la nacionalidad, sería como pretender juzgar a un hombre que ha violentado normas jurídicas formales por defender a su madre, en este caso, la patria".

Hoy la democracia lo juzgó. A él y a varios de los destinatarios de aquel discurso de hace más de 30 años.

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