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Por: Analía Filosi

Sic es lo que es, no pretende ser más de lo que es. No estoy diciendo nada con eso, pero a la vez es lo que siento. Es un programa que fue pensado para el alcance que tiene y para contar lo que cuenta, y no pretende ser ni más ni menos que eso. Siento que funciona como realmente fue pensado, la gente se engancha del modo que nosotros hubiéramos querido con esas historias que te llevan por distintas sensaciones. El balance que hacemos es súper positivo". Así se siente Cecilia Bonino (32 años) a pocas semanas de cerrar el ciclo de Sic (Alguien lo dijo), un programa que en silencio se hizo un lugar en la pantalla nacional y no defraudó, al contrario, fue un oasis de sencillez e historias mínimas en medio de tanto baile, escándalo y ficciones importadas. Claro está que no surgió de la noche a la mañana, tuvo su proceso, hasta largo por demás.

Corría diciembre de 2006. Era el fin de Zona Urbana y Canal 10 no quería perder a los protagonistas del exitoso periodístico. Entonces les pidió a Ignacio Álvarez y a Cecilia Bonino que pensaran programas propios para el 2007. Ese mismo diciembre, marcharon los dos rumbo a Buenos Aires, en busca de posibles formatos, aprovechando la relación entablada entre Zur Infotainment y GP -la productora de Gastón Portal-, socios en el armado de Bendita TV. Cecilia no encontró nada específico, por lo que un mes después decidió comenzar una serie de reuniones en la productora "para tirar ideas, para ver cómo podíamos contar historias periodísticas desde un lugar diferente, que nos enganchara, que nos estimulara. Había mil formas que ya habíamos hecho en Zona Urbana y no queríamos seguir con lo mismo", recuerda la periodista. En una de esas brainstorming, el productor Rodrigo Guillenea tiró "por qué no, a partir de frases populares, enganchábamos distintas historias. Y nos empezamos a dar cuenta de que, a partir de cada frase, podíamos contar historias de todo tipo". Para encontrarlas "hicimos otras reuniones en las que participaron periodistas, periodistas amigos y amigos, entre ellos Javier Castro Albano, el guionista argentino del ciclo. Por cada frase, eran cinco o seis carillas de posibles historias". Así nacía Sic (Canal 10, jueves, 22 horas), una propuesta de doce entregas que demoró más de lo esperado en ver la luz.

Con el equipo de producción armado, empezaba otra ardua tarea, la de buscar todas esas historias que tan tentadoras aparecían en los papeles. En invierno de 2007 comenzó un trabajo de hormiga, que desembocaría en más de 80 entrevistas. "Grabamos muchas historias, muchas de ellas que tuvimos que recortar por tiempo. Se nos caían las lágrimas, por el esfuerzo que implicaron", señala Cecilia sobre la tarea de producción periodística, paralela a la otra, la de desarrollo de la idea de postproducción, gráfica y estética que se pretendía para el programa. Pero se llegó a tiempo y Sic estaba listo para debutar en la segunda mitad de 2007, llegando incluso a presentar un avance en Pan y circo, el programa de Ignacio Álvarez. Pero se juntaron otras producciones nacionales y Canal 10 prefirió postergarlas todas para arrancar con fuerza en 2008. La criatura terminaría haciendo su debut en la última semana de mayo de este año con la frase "El destino está escrito" como disparador.

DE AQUÍ Y DE ENFRENTE. A la hora de recopilar historias, funcionó tanto el buscar la historia que cumpliera con determinados requisitos, como el ir tras aquella que alguien conocía y que se adaptaba a la frase elegida. "Por ejemplo, en `La familia es lo primero`, no queríamos una persona sin familia -aunque después la fuimos a buscar porque nos dimos cuenta de que la necesitábamos-, y por otro lado una persona rodeada de familiares. Nos aburría ir a lo obvio, no queríamos caer en lo que la frase te dispara directo", destaca Cecilia. La empresa tenía sus dificultades, algunas derivadas del tamaño de Uruguay, lo que obligó extender la búsqueda a Buenos Aires. "Veníamos de cuatro años de Zona Urbana, de quemar nosotros mismos historias, historias, historias… entonces no queríamos volver al mismo entrevistado, aunque muchos de ellos cerraban para Sic. Además, no es lo mismo entrevistar tres veces a la misma persona que entrevistar por primera vez a otra, te mueven diferentes cosas". A esto hay que agregar un problema de idiosincrasia nacional. "Durante los cuatro años de Zona Urbana, las productoras estuvieron comunicadas con los Osos de Uruguay, pero nunca quisieron dar la nota. En cambio, los Osos de Buenos Aires estaban encantados de que fuéramos", recuerda la periodista sobre el caso del grupo de hombres felices de ser gays, gordos y peludos que ilustró el programa "De carne somos". Algo similar ocurrió con los swingers. "Si fuera por mí, habría viajado más veces a Buenos Aires, había otras historias fascinantes, pero no había presupuesto", se lamenta. De todas formas, ninguna superará, a juicio de Cecilia, el caso de María Victoria Moyano, la hija de desaparecidos que, al enterarse de su condición, fluctuó entre familia adoptiva y biológica de una manera que, si lo escribiera cualquier guionista de telenovela, lo acusarían de exagerado. Es de esas veces que la realidad supera a la ficción. "Fue, para mí, una de las historias más fuertes del ciclo. No sólo por ser hija de desaparecidos, sino por cómo era ella, cómo lo contó, cómo lo tenía procesado… me marcó pila. También la de la señora que no tenía familia, salías del lugar con ganas de buscarle una. O la de una mujer a la que le mataron el hijo en un intento de robo, esa gente humilde y con una dignidad impresionante. O ir a la morgue, estuve un mes y medio sin parar de hablar de esa visita. Las historias de vida me pegan fuerte siempre, me meto mucho con la historia de la persona".

Moyano pudo visitar Uruguay -país de su familia adoptiva- gracias a que Canal 10 le pagó el pasaje, una de las tantas repercusiones de Sic. Entre ellas también estuvieron el reencuentro con sus familiares de la señora que había perdido contacto con ellos del capítulo "La familia es lo primero" o la obtención de la medicación de la señora enferma de "El dinero no hace la felicidad". Esas pequeñas grandes satisfacciones que dio este programa y que serán contadas en la última entrega. Después están las que le quedaron a la conductora, "la cantidad de gente que conocí, la cantidad de historias de las que la audiencia recibe apenas una fracción, la acumulación de mundos en los que uno participa y de los que te dejan participar cada vez que te abren la puerta para una nota… eso, a mí, me encanta, me llena mucho. Son lugares a los que llegás por el trabajo… Es lo que me gusta de esto".

CONTRADICCIONES. A Sic le toca medirse en horario con gigantes argentinos: un tramo de Susana Giménez, la ficción de Pol-ka Por amor a vos y ShowMatch. "Siempre Tinelli te hace pelota, hacen un trabajo muy bueno de entretenimiento, es indiscutible, te guste o no. Uno tiene que saber con qué juega y ser consciente de las limitaciones. Ni acá ni en Argentina ya nadie compite realmente con Tinelli", analiza con lógica Cecilia. "Rescato de Sic que, si bien tiene un lado periodístico, también tiene su cuota de entretenimiento, por supuesto que sin el escándalo de las vedettes. Lo que quiero decir es que no es un programa que te complica la cabeza, a las 10 de la noche, con un ministro hablándote de macroeconomía; sino que te cuenta cosas que te llevan de un lado a otro y también, como todos los productos de Zur Infotainment, te informa y te entretiene", agrega sobre la última producción de la productora de Iván Ibarra para Canal 10. Luego, las circunstancias dirán, ya que lo que ata a Cecilia con Saeta son contratos puntuales, por programas. A ella le gustaría seguir haciendo TV, "me gusta mucho el medio y me siento muy a gusto con el equipo de Zur Infotainment, con el que siempre trabajé. Pero hay una parte mía que sufre mucho también. Hacer TV en este país es siempre un esfuerzo sobrehumano para que las cosas queden bien. Tenés un desgaste altísimo y una alta dosis de frustración. En el último año, la cantidad de frustraciones que he tenido por Sic son enormes. Satisfacción también, no voy decir que no", confiesa con cierta decepción. Aquí está también parte de la explicación de que Cecilia fuera una de las que se opuso a la vuelta de Zona Urbana cuando, a principios de este año, Canal 10 les hizo la oferta concreta, con contrato y sueldo, para el regreso. "Yo fui una de las que dijo que no siempre, antes de que me pusieran el papel arriba de la mesa. Estoy feliz de haber tomado esa decisión porque no están dadas las condiciones, ni política ni empresarialmente, para hacer Zona Urbana y no hay dos maneras de hacerla. Estuvieron dadas y me saco el sombrero con el apoyo que tuvimos del canal. Además, el canal está hoy en otro camino, creo que hoy no querría Zona Urbana".

Si pudiera soñar y disponer del presupuesto y las condiciones necesarias, Cecilia se dedicaría a hacer documentales, pocos por año. "Hay un montón de temas que me interesan, contar historias con mayúscula. Investigar también me fascina, pero cuesta caro y muy pocos países pagan por hacerlo, incluso en el Primer Mundo. La TV me parece un medio fascinante por la llegada que tiene, pero no es económicamente demasiado viable en este país. Soy reobsesiva, por eso vivo frustrada. De a poco voy a ir tratando de aprender a llevarlo", se desahoga.

También confiesa que la idea de dejar el país ha rondado la cabeza tanto suya como de su marido, "es un tema que está sobrevolando, creo que si no fuera por el embarazo, ya estaríamos fuera. Si pudiera recoger a toda mi familia y amigos y llevarlos, ya nos hubiéramos ido a otro lado con más posibilidades. Lo que nos mueve a los dos son las ganas de seguir haciendo cosas, seguir trabajando con gente que te aporte, acá o en cualquier lado. Si fuera acá, bárbaro".

Embarazada de siete meses, a veces es complicado proyectar profesionalmente cuando se está por dar a luz a un hijo. "Hace años que estoy en periodismo y años que me cuestiono si seguir en él. Soy muy crítica con la profesión, con lo que se puede hacer y no hacer, con las condiciones de vida que te impone. Estoy en un momento medio bisagra. Pienso seguir en la radio (Asuntos pendientes, por radio El Espectador), pero no sé si voy a estar toda la vida en periodismo, me gustaría… depende de cómo siga la ecuación satisfacción-frustración dentro de la profesión". Y si no es periodismo, ¿entonces qué? "Sinceramente, no lo tengo definido. Pero sí estoy muy tentada con otras cosas y no necesariamente que tengan que ver con el periodismo", cuenta quien ya pasó por una de estas crisis, renunció al diario El Observador -"mi segunda universidad"- y terminó trabajando en una galería de arte. "Renuncié en abril y en agosto estaba haciendo un curso en el Taller de García Márquez en Colombia con un profesor del diario El País de Madrid. No soy muy creíble (risas)… Me gusta, me apasiona el periodismo, me hace hervir la sangre. Me encanta estar todos los días en historias diferentes, en mundo diferentes, en casas diferentes, en vidas diferentes…"., sic, Cecilia Bonino lo dijo, saque usted sus conclusiones.

Nació en Montevideo, pero vivió hasta los 17 años en el Interior por el trabajo de su padre, un ingeniero agrónomo que falleció hace más de 8 años. "Aprendí a caminar en Paysandú, arranqué la escuela en Fray Bentos y llegué hasta 3° de liceo en Mercedes. No extraño, pero reconozco lo bien que la pasé. Viví en el campo-campo y en la ciudad. No soy muy campera, soy bastante citadina", confiesa la segunda de tres hermanos (entre Francisco, de 35 años, y Agustín, de 30).

Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica, ingresó al mercado laboral tipeando textos para las revistas de la TV cable. Entró como pasantía al diario El Observador y se quedó cinco años, hasta que renunció y empezó a trabajar en una galería de arte. Recomendada por Nelson Fernández, su tutor de tesis, hizo la prueba para ser parte de "Zona Urbana" y quedó. Después llegaría "Asuntos pendientes", en El Espectador, su primera experiencia radial -"la paso bien y aprendo un montón"- y ser la cara publicitaria de distintas empresas (Alianza Uruguay-EE.UU., Claro, Dove). "En la medida que las marcas me parezcan serias y me sienta conforme con su mensaje, lo hago. Me ofrecieron algunas que rechacé porque no me terminaban de cerrar".

Está casada con Iván Ibarra, director de Zur Infotainment, al que conoció en "Zona Urbana" y con el cual trabajó durante un año sin otro vínculo que el laboral. "Le pasaba teléfonos de amigas, al año siguiente nos enganchamos", cuenta. Espera a su primer hijo -seguramente se llame Felipe- para el 30 de setiembre, pero ya tiene a Manteca, su perra labradora regalo de su marido. "Es como un cable a tierra, me desenchufa, me río con ella, me tiro al piso a jugar. Da un trabajo impresionante, es todo un personaje y me hace feliz". Escucha radio AM "a matar", desde muy chica. Y, si hablamos de TV, prefiere el cable con las series "Dexter" y "Pushing daisies" como sus favoritas. "Puedo mirar elgourmet.com antes de irme a dormir, aunque no sé hacer ni un huevo duro, pero me encanta, me distrae. Soy muy de hacer zapping".

¿en qué sic encaja la historia de cecilia?

Conducción: Cecilia Bonino.

Programas: "El destino está escrito", "Lo que importa es lo de adentro", "El dinero no hace la felicidad", "La familia es lo primero", "El trabajo es salud", "Las apariencias engañan", "La carne es débil", "Hasta que la muerte nos separe", "Mirado de cerca nadie es normal", "Se roba por necesidad", "De carne somos" y "No somos nada".

Guión: Javier Castro Albano, supervisado por C. Bonino

Producción: Iván Ibarra (General), Analía Fugazot (Periodística), Patricia Gamio (Coordinación Periodística) y Susana Estavillo (Ejecutiva).

Producción: Mariana Gabetti. Post-Produc: Lasabraña

Edición: Federico La Rosa y Martín Etchebehere.

Fotografía: Milton "Mudo" Dujó.

Realización: Pablo Tambucho y Javier Hayrabedián.

Producción: Zur Infotainment.

Emisión: Canal 10, jueves, 22 horas.