Bellos, seductores e inmortales, los vampiros son los nuevos favoritos de las pantallas. En los últimos tiempos, tanto la TV como el cine parecen haber redescubierto la atracción que ejercen los misteriosos personajes de leyenda en el público. Desde Nosferatu, de F. W. Murnau, hasta el Drácula, de Francis Ford Coppola, con muchas estaciones en el medio, los chupasangre fascinan y eso se traduce en rating, taquilla y tendencia. Así, con el enorme empujón de la saga de los libros creados por Stephenie Meyer, Crepúsculo -cuya versión cinematográfica se estrenó en Uruguay el pasado 2 de enero-, ahora los vampiros están en todas partes y se multiplican sin necesidad de morder a nadie.
Mañana, a las 22 horas, por HBO comenzará True Blood, la nueva serie de Alan Ball (el creador de Six Feet Under), que pasó de tener a enterradores como protagonistas a retratar a seres que se niegan a permanecer en sus tumbas. Además, para su programación de enero, Telefé anuncia Gabriel, una miniserie en la que Chayanne y José Luis Rodríguez interpretan a un par de longevos vampiros. Y esto es apenas la punta del colmillo.
En 2009, además de la segunda parte de Crepúsculo, Luna Nueva, se filmarán dos películas de Hollywood que giran alrededor de integrantes de la raza que popularizó Bram Stoker: Let The Right One In, la remake norteamericana de un film danés que conquistó el mercado del cine independiente, y Priest, una nueva adaptación de un cómic para el cine que utiliza el western para contar la historia de la lucha entre los humanos y los vampiros.
Como si hicieran falta más ejemplos de la compulsión vampírica del mundo del entretenimiento, en febrero se estrenará la tercera parte de Inframundo (La Rebelión de los Licántropos), una fantasía que agrega licántropos al universo de las criaturas mitad humanas y mitad demonios. De hecho, esta vez el film funciona como una "precuela" de lo que se vio en las dos primeras entregas y se ocupará de explicar el origen de la guerra entre hombres lobo y vampiros.
Para completar el círculo, Guillermo del Toro, uno de los más respetados autores cinematográficos del género fantástico, presentó este año The Strain, la primera parte de su trilogía literaria sobre vampiros, que se editará alrededor de abril en América Latina, y de la que promete una futura adaptación a la pantalla grande.
SANGRE, AMOR Y LÁGRIMAS. Desde que salieron las novelas de Stephenie Meyer protagonizadas por Bella Swan, una adolescente común y corriente enamorada perdidamente del vampiro Edward Cullen, toda una nueva franja de público comenzó a interesarse por estos personajes tan temibles como seductores y tan irresistibles como románticos. Al menos así reza el punto de vista de la autora, que vendió casi tres millones de copias de Amanecer, el final de la saga, sólo en los Estados Unidos.
La adaptación cinematográfica de su primer libro, Crepúsculo, es uno de los más impresionantes éxitos de taquilla de los últimos tiempos. Aunque a los críticos de cine les cueste entender su atractivo (tanto como a sus contrapartes literarias el de las novelas), el público se enganchó tanto con el relato de amor adolescente que en poco más de un mes la película recaudó casi 250 millones de dólares alrededor del mundo, una cifra enorme que se vuelve gigantesca cuando se agrega el dato de que el film contó con un presupuesto de menos de 40 millones. Claro que el camino al éxito no fue fácil.
No bien los fanáticos -en su mayoría chicas jóvenes en diferentes momentos de su adolescencia- se enteraron de que su querida serie de libros llegaría al cine, entraron en un pánico que se volvió desesperación cuando el casto y perfecto Edward Cullen consiguió actor que lo representara.
Robert Pattinson, conocido por interpretar al malogrado Cedric Diggory en las películas de Harry Potter, fue criticado hasta que el desprecio se transformó en un amor tan desmedido como el que Bella siente por su vampiro, un bello ejemplar de chupasangre que elige no cazar humanos. Perseguido por sus fans preadolescentes, el británico Pattinson se transformó en ídolo de multitudes aún antes de que la película se estrenara, y cuando las chicas vieron a su vampiro favorito encarnado, su popularidad estalló.
El muchacho, de 22 años, mencionado en todas las listas de las nuevas estrellas de Hollywood, apenas puede salir a la calle sin que alguien le pida que la muerda para transformarse en su compañera eterna. Todas quieren ser Bella (Kristen Stewart en el film, la chica de La habitación del pánico y Entre mujeres, reciente estreno en el cable) y a ninguna parece molestarle que bajo el romance de los libros y el film se esconda un mensaje de represión, sacrificio y depresión adolescente. Es que en Crepúsculo, lejos del estereotipo asociado con los vampiros desde Drácula en adelante, el sexo no forma parte de la ecuación. Exactamente lo contrario de lo que sucede en True Blood.
ROJA PASIÓN. Casi no hay una escena en el primer capítulo de la nueva serie éxito de HBO donde alguien no esté pensando, practicando o hablando de sexo.
Tan explícita como divertida, True Blood pertenece al género que inauguró Anne Rice con sus vampiros sureños. Claro que si los chupasangres de Rice viven en la clandestinidad, los de Charlaine Harris, autora de la serie de novelas en que se basa el ciclo televisivo, lograron salir del ataúd para caminar entre los humanos sin ocultar su origen ni su dieta.
Es que en la serie, gracias a la tecnología japonesa, que desarrolló una bebida artificial que suplanta la sangre humana, los vampiros ya no necesitan ocultarse. Al menos eso es lo que creen, porque son transformados de depredadores en presas cuando los hombres descubren que la sangre de un vampiro funciona como la mejor droga combinada con el más potente de los afrodisíacos.
Protagonizada por Anna Paquin (la nena ganadora de un Oscar por La lección de piano, ya convertida en mujer) como Sookie Stackhouse, una moza con poderes extrasensoriales, todo en esta serie enfatiza la relación entre la sexualidad, los bebedores de sangre y los excesos de una sociedad en busca de la próxima perversión. Entretenimiento puro que ya consiguió una segunda temporada en la TV norteamericana. Además, la primera temporada fue reconocida con el Globo de Oro a Mejor Actriz para Anna Paquin y la nominación a Mejor Drama de TV.
ODIO SER VAMPIRO. De vida más corta pero con la misma temática, Gabriel es una miniserie que protagoniza el cantante Chayanne como el vampiro del título, que odia su naturaleza inmortal porque mientras él está condenado a seguir en la Tierra por siempre, su gran amor fue asesinado por su rival, Pizarro, interpretado por José Luis "El Puma" Rodríguez.
NUEVOS HÉROES. Enamorados, en celo o a la caza del próximo almuerzo, los vampiros ejercen una fascinación sobre los espectadores que en los últimos meses parece haber cobrado nueva fuerza. El mercado audiovisual necesita de nueva sangre para soportar la crisis que se viene, y quién mejor para proveerla que los primos modelo siglo XXI del conde Drácula.
A partir del éxito de taquilla de Crepúsculo, una película que ninguno de los estudios grandes quiso producir (una decisión que ahora lamentan), su continuación pasó de posibilidad a realidad. De hecho, ya hay fecha tentativa de estreno para los Estados Unidos. Si todo sigue como hasta ahora, Luna Nueva llegaría a los cines el próximo 20 de noviembre. Claro que ya no estará al frente del film la directora de Crepúsculo, Catherine Hardwicke.
Es que la realizadora no aceptó apurar la producción según las necesidades del estudio, y por eso fue reemplazada por Chris Weitz, el mismo de La brújula dorada y Un gran chico. Y ése no será el único cambio del nuevo film que exigen sus ahora muy ricos productores.
En la segunda parte de la historia de amor de Bella y el vampiro Edward, éste tiene poca participación. Quien comparte el protagónico con la chica es su amigo Jacob, que en Crepúsculo es interpretado por Taylor Lautner. Ahora los responsables del casting no están convencidos de que el actor sea el indicado y buscan reemplazo. La controversia entre las fanáticas recién comienza y las mantendrá ocupadas hasta el estreno de Luna Nueva.
Natalia Trzenko
(La Nación - GDA)
LOS STACKHOUSE Y SUS AMIGOS
Sookie Stackhouse (Anna Paquin). Perdió a sus padres de pequeña, poco después de enterarse de que tenía la habilidad de leer los pensamientos de los demás. Su poder telepático ha sido una constante maldición y la ha aislado. Pero ahora se enfrentará a alguien a quien no puede leerle la mente y eso la turbará bastante.
Jason Stackhouse (Ryan Kwanten). El hermano de Sookie trabaja en la construcción durante el día, pero sigue su verdadero llamado en las noches, seduciendo metódicamente a cada mujer atractiva en Bon Temps. Los chismes viajan rápido y su hermana se entera de muchos en el Bar de Merllote, donde trabaja.
Tara Thornton (Rutina Wesley). Aunque no vaya a ganar ningún premio de simpatía, ha sido la fiel amiga de Sookie desde su niñez. Ha creado un fuerte caparazón y puede que haya encontrado el empleo perfecto en la taberna de Merllote, donde su carácter sirve para controlar a clientes difíciles. Está enamorada de Jason.
Adele House Stackhouse (Lois Smith). La abuela de Sookie y Jason se hizo cargo de los hermanos luego de la muerte de sus padres. Conoce el don de su nieta de leer las mentes y la impulsa a usarlo correctamente. También se ocupa de consolar a Sookie cuando las chicas de su edad no la entienden.
EL VAMPIRO, UN BAR Y EL ODIADO POLICÍA
Bill Compton (Stephen Moyer). Durante sus 173 años de vida, este vampiro ha presenciado mucha violencia y crueldad, tanto de humanos como de vampiros. Vuelve a su hogar en Bon Temps esperando reconectarse con su lado humano. Nunca imaginó que se enamoraría y menos de una humana, tan rara para aceptarlo como es.
Sam Merlotte (Sam Trammell). Como dueño y operador del bar local, se entera de todos los dramas del pueblo de primera mano. Introvertido, se mantiene fuera de la vida personal de sus empleados, excepto de Sookie, quien ocasionalmente lo involucra en los extraños eventos que comienzan a ocurrir en su bar.
Lafayette Reynolds (Nelsan Ellis): No es el típico cocinero de comida rápida, sino que prepara sus hamburguesas maquillado y vestido con atuendos nocturnos. Pero cualquier cliente de Merllote que confunda su sentido de la moda con una insinuación sexual, no sabe lo que le espera. No le teme a las peleas.
Andy Bellefleur (Chris Bauer). Es el sheriff de Bon Temps, descendiente de una familia de rancio abolengo. Es consciente de que su trabajo no lo ayuda a mantener su viejo status y sabe que la gente no confía en él. Su personalidad tampoco ayuda a que lo quieran mucho. Utiliza su autoridad para saldar cuentas.
TB
Del creador de Six feet under, Alan Ball, mañana se estrena en HBO, True Blood (22 horas), una nueva serie de doce episodios que cuenta la relación entre seres humanos y vampiros en un pueblo chico de Louisiana. El relato se realiza desde el romance que viven una mesera llamada Sookie Stackhouse (Anna Paquin) y un guapo vampiro de 173 años conocido como Bill Compton (Stephen Moyer).
"Es una película para personas inteligentes", dice Ball de esta historia que explora el mundo tejido por la novelista Charlaine Harris. Ésta imaginó un mundo en el que un científico japonés ha llegado a la invención de la sangre sintética, permitiendo así que los vampiros evolucionaran de monstruos legendarios a ciudadanos comunes. Y, aunque los ciudadanos han sido retirados del menú, muchos humanos están todavía preocupados porque estas criaturas están "saliendo de su ataúd". Líderes religiosos y oficiales de todo el mundo han elegido su bando, pero en el pequeño pueblo de Bon Temps, Louisiana, el consejo no ha tomado aún una decisión.
Y Sookie sabe lo que es sentirse diferente porque tiene la "maldición" de leer los pensamientos de los demás y por ello su mente está abierta a la integración con los vampiros. El problema es que aparece un extraño -Bill Compton- y con él una serie de misterios que ponen a prueba la tolerancia en este pequeño pueblo. Uno de esos misterios es que Sookie no logra leerle la mente al recién llegado. En los primeros episodios veremos además que, mientras Sookie desespera ante la nueva situación, su mejor amiga Tara renuncia a su trabajo para trabajar en el bar de Sam Merlotte. Por otro lado, Jason, el rebelde hermano de Sookie, se mueve en aguas turbulentas cuando una vampiresa con la que ha intimado llega a un trágico final.
TRUE BLOOD