Sin Pantalla

| Omar Gutiérrez no arregló hasta ahora con el 4 y tal vez acuerde con otro canal. Se declara como un "jugador libre", sin equipo donde jugar.

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Por: Miguel Bardesio

Si no fuera por los compromisos que tengo con mi equipo, pensaría en el retiro de la televisión". "Quiero trabajar en un lugar que no me enloquezca todo el tiempo por el rating". Son frases de Omar Gutiérrez, el dueño por 20 años de los mediodías de Canal 4 con De igual a igual. Son palabras duras, pero que el conductor, fiel a su estilo, larga con una expresión cercana a la sonrisa, siempre tranquilo y amable y "sin rencores", como aclara.

Los hechos: Gutiérrez terminó su ciclo en diciembre pasado y desde entonces negocia con el Canal 4 su regreso. Por un lado, la emisora no lo quiere todos los días, sino un programa más largo los días sábados. Y por otro lado, su posición: "No acepto eso. Y menos en este año, que es electoral y nosotros, lo digo desde la humildad, podemos hacer las entrevistas desde un enfoque distinto. No digo que los demás no lo hagan, pero nosotros preguntamos lo que la gente se pregunta".

La diferencia no ha podido superarse hasta ahora y Gutiérrez evalúa dos alternativas. Según allegados, tuvo conversaciones con Canal 10 y con la señal de cable VTV, pero al cierre de esta edición, ninguna había prosperado. Y De igual a igual está, por primera vez en dos décadas, sin pantalla que lo emita hasta el momento.

-Estamos en el quinto mes del año, y no arregló con Canal 4, ¿Qué pasa?

-El Canal, en todo su derecho, tiene su estrategia para este año y me han dicho que no marcamos muy bien en el ciclo anterior. Todo el mundo está loco con el rating minuto a minuto, cosa que no comparto, pero respeto. Entonces, me ofrecieron hacer un programa semanal, los sábados, y no solo de música. Pero yo no estoy de acuerdo. Este es un año muy jugoso para las entrevistas con nuestro estilo.

-¿Qué tan mal le fue en rating?

-No sé, yo no entiendo de rating. Desconozco cómo lo miden, qué hacen. Sé que una empresa nos daba mal y otra no tan mal. También sé que por muchos años fuimos los primeros lejos y ahí tampoco lo dije, ni canté victoria. Nunca en mi vida hablé de rating. Pero ahora veo mal que haya toda esta locura por las mediciones. Se supone que las empresas se guían por eso para pautar, pero yo sé que en nuestro programa había firmas que publicitaban no por lo que medía, sino por lo que el programa era. No sé... Lo seguro es que yo no quiero trabajar en un lugar donde me enloquezcan todo el tiempo con el rating.

-¿Se cerró la puerta de Canal 4?

-Creo que no, si bien ellos están firmes en su decisión y yo también. Y tengo -además de esta discrepancia- una deuda de gratitud con el lugar que me dio la oportunidad de crecer, desarrollarme y de trabajar con total libertad durante estos 20 años.

-¿Cree que el formato de su programa se agotó?

-No. Es cierto que tenemos que hacer autocrítica y buscar siempre la forma de reinventarnos. Y yo creo que tenemos ideas, más allá de mi persona, para poder hacerlo. Queremos hacer humor político, por ejemplo, que es algo que no se hace en televisión uruguaya. Pero ahora me siento como un jugador de la Mutual: estoy libre, esperando que algún equipo me contrate. Debería encontrar un técnico que entienda mi manera de jugar y me ponga en el cuadro. Porque hoy, con su estrategia, Canal 4 me quiere hacer jugar en un puesto en el que no voy a hacerlo. Ojo, respeto mucho, pero no comparto.

-¿Hay de esos técnicos?

-Capaz que sí. No lo sé.

-¿En un canal abierto o de cable? Se habló de VTV...

-No sé, no hay nada cerrado. Lo seguro es que para mí no va a ser fácil cambiar y empezar de nuevo. Pero yo tengo compromisos con la gente que trabaja conmigo, que está en el seguro de paro, y tengo que cumplir con ellos. De alguna forma lo voy a hacer, aunque no salga en ningún lado. Te digo más: capaz que si no fuera por ellos, por esos compromisos, yo pensaría en retirarme de la televisión, al menos por un tiempo, hasta que las cosas aclaren.

-Habla de retiro, de cosas duras y se lo ve bastante tranquilo.

-Estuve un tiempo preocupado, pero ahora me lo tomo con más calma. Soy optimista además. Creo que en algún lado vamos a salir. Además, a esta altura como que me mojaron la oreja y quiero demostrar que no es tan así como pensaban, que podemos hacer el programa con éxito.

-¿Cómo ve a la televisión uruguaya en general?

-Hay que mejorar la producción nacional. A los programas argentinos muchos los critican, pero la gente los ve. Pero yo creo, con todo respeto, que habría que incentivar la producción nacional, con rebaja de impuestos, cosas así, para que puedan competir en igualdad con los argentinos. Hubo experiencias: Zona Urbana se la plantó a Tinelli en su momento y no lo fue mal. Hoy, la programación de la televisión uruguaya está basada en lo que acontezca con los programas argentinos acá. Es más: hay ciclos que se ponen tal o cual día porque no está Tinelli. Eso es demasiado porque influye en nuestra manera de ser y pensar. Entonces, un incentivo no estaría mal. Yo no digo prohibir a los permisarios -porque los canales no son los dueños de la señal- que traigan lo que quieran, pero habría que motivar lo uruguayo. Como se hace en cine, podría hacerse un fondo para la televisión nacional.

-¿Mira el programa de Tinelli?

-Poco, pero miro sí. Él es un hombre muy inteligente y creativo, lo que discuto, con todo respeto, es que estemos tan pendientes de eso. Otra cosa que me llama la atención: el estilo que está teniendo la crónica policial ahora en la televisión. Eso es la urgencia por el rating, el exagerado consumismo, en el cual me incluyo, ojo, porque nadie está alejado de eso.

-Si mañana empezara el programa, ¿a quién llamaría para entrevistar?

-A todos los precandidatos. Capaz que aceptan venir todos juntos. Una vez lo hicimos y nos faltó Pacheco nomás. ¿Por qué no todos juntos? Somos un país tan chiquito, que solos no llegamos a ningún lado. Entonces, ¿cuesta tanto ponernos de acuerdo en cuatro o cinco puntos fundamentales? Yo soy frenteamplista, todo el mundo lo sabe, pero puedo sentarme con cualquiera y llegar a un acuerdo.

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