Rock N´ Roos

"Candombe, murga y rocanrol": así se llama el próximo show que dará Jaime Roos en el Teatro de Verano...

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Por: Martín Cajal

El nombre del show tiene como antecedente a un disco de 2004 que se llamó igual. "En la compañía Sony querían un título que definiera mi estilo, querían hacer un trabajo con mis canciones más típicas para presentarlo por distintos países de América Latina. Y le puse Candombe, murga y rocanrol", cuenta. "Con la gente de candombe toqué en innumerables oportunidades: la Cuerda de tambores de Ansina, Morenada, la propia Rosa Luna, distintos tríos de tambores... Con la gente de murga, Falta y Resto estuvo durante los años 80` en la mayoría de los discos, también Contrafarsa, Curtidores de hongos, Canario Luna, Los Mareados y una largo etcétera. Nunca había invitado en un concierto a la gente del rock, por el sencillo motivo de que no había una verdadera movida, sólida, hasta principios de 2000. Esta vez el rocanrol tiene el énfasis", cuenta Jaime acerca de su próximo show en el Teatro de Verano, donde invitó a una serie de autores de la movida del rock contemporáneo uruguayo, "a quienes admiro como artistas y aprecio como personas". Los invitados: Emiliano Brancciari de NTVG, los hermanos Gabriel (Buitres) y Guillermo Peluffo (Trotsky Vengarán), Christian Cary de La Triple Nelson, Federico Lima de Socio, Mateo Moreno (ex NTVG) y Martín Buscaglia. "Invité también a Sebastián (Teysera) de La Vela Puerca, pero ese mismo día toca en el Pepsi Music de Buenos Aires. Pero si llegamos a hacer un segundo concierto, él va a estar presente", aclara el músico. Cada invitado interpretará un tema suyo."La idea es que cada uno se apropie de la canción y la cante con su estilo, con su sentir. Como mi repertorio es lo suficientemente vasto y variado, hay canciones que le quedan bien a los distintos invitados. El asunto fue encontrar el tema que encajara con el estilo de cada uno, porque una canción de otro compositor para un intérprete tiene que ser como una camisa a medida".

El espectáculo, entonces, estará pautado por la entrada de cada uno. "Al final, todos juntos vamos a cantar una composición que no es mía". Y prefiere omitir qué canción será y de quién: "Será surprise, surprise, como la cara B del Satisfaction de los Stones".

El año que viene retomará el ciclo "Hermano te estoy hablando", agregará temas "semiocultos" y completará los capítulos de La Margarita. Este ciclo de shows comenzó el año pasado, cuando el compositor mostró una propuesta bastante atípica dentro de su carrera. Dejó la tropa de músicos sobre escenario, optó por un formato de cuarteto y para ello reclutó a Hugo Fattoruso, Gustavo Montemurro y Nicolás Ibarburu. Con esa formación ofreció una serie de espectáculos basados en canciones `escondidas`, infrecuentes en sus toques en vivo. "Hermano te..." lo presentó en Montevideo y también en la Argentina, y fueron instancias en donde el músico se volvió a sentir "tan pendejo como las primeras veces que tocaba arriba de un escenario. En los primeros tres shows de `Hermano...` el abrazo que nos dimos con los músicos detrás del escenario al finalizar el concierto, fue realmente juvenil", confiesa.

A la vez, este proyecto en vivo engendró un nuevo material del compositor, el registro en CD de esas canciones re-descubiertas y renovadas. Pero en todo este tiempo su banda grande, Contraseña, no se desarmó, desarrolló una actividad en paralelo. "Toqué en Rosario por el 80º Aniversario del nacimiento del Ché Guevara, toqué en un festival de Córdoba, en eventos privados en Uruguay. Contraseña siempre estuvo sonando. Pero a nivel de conciertos abiertos para el público en Montevideo, hace mucho tiempo. Creo que desde 2007 que no nos presentamos. De ahí, también, lo de este concierto del 7 de noviembre en el Teatro de Verano".

A diferencia de otros autores locales de similar poder artístico como él, Jaime tuvo la suerte y la justicia de recibir un reconocimiento en vida. En su largo y notable trayecto ya podría hablarse de sus canciones perfectas. "Tengo una colección de cinco o seis canciones que creo que son perfectas: Brindis por Pierrot, Colombina, Si me voy antes que vos, Good Bye (El Tazón de Té) y Milonga de Gauna. Son canciones que no tienen, a mi entender, una nota de más ni de menos; y que no tienen una coma de más en las letras". Esa podría ser la definición de una composición óptima, redonda, "porque atenti, la canción no es música, ni literatura: la canción es una conjunción, en donde la perfección pasa por la forma de vinculación entre letra y música; entre ambas se las arreglan para crear un mundo cerrado en sí mismo y peculiar, que sólo existe dentro de esa canción". Pero también declara que, en general, no escucha sus trabajos anteriores, "unicamente cuando le muestro ciertas cosas a gente que nunca me escuchó, o cuando con algún amigo muy fanático, muy tarde en la noche, decimos: `Che ¿y si escuchamos tal tema de tal disco?`. Y de repente nos escuchamos el álbum entero. Hay veces que pienso: `Esto es fantástico`. Y otras veces digo: `Ojalá hubiera estudiado más música, ojalá hubiese aprendido a cantar`. Es curioso cómo uno puede tener una sensación tan opuesta, dependiendo del día, en cuanto a lo que uno hizo. Y también en relación a terceros. Una vez me acuerdo que el Revolver de los Beatles me pareció un disco malo, mal grabado, y no se lo dije a nadie, porque es un sacrilegio. Otra vez lo escuché y me pareció una cosa increíble. Es más, es de mis álbumes favoritos de ellos. Pero bueno, no me volvió a suceder aquello (risas)".

Uno de los principales méritos de la música de Jaime Roos consiste en el nivel de accesibilidad y comunicación que logra en gran parte de sus canciones, sin por ello renunciar a exigencias artísticas ni a intenciones expresivas. Hoy en día, el concepto de accesibilidad se desnaturalizó: se prioriza la recepción rápida, el golpe fácil, el potencial radial, la entrada a MTV... Al respecto, Jaime opina: "Hay un límite que se llama sinceridad y dentro de ella, hay un aspecto muy importante que es la negación, desde el vamos, del marketing; apartarse de lo que se llama mainstream o corriente dominante. Hacer de cuenta de que las modas, que siempre las hay, no existen y, sumado a todo ello, tener una base musical determinada y al mismo tiempo tener una ideología estética, tener ideales y también ideas, cosas distintas que empiezan igual. En el momento de componer no es que no me interesen las compañías, ni qué va opinar las radios y televisoras de mi producto; a mí no me interesa ni siquiera la gente. Lo único que me importa es que me guste a mí, tengo la esperanza, siempre, de hacer algo que pueda compartir con la gente. Pero eso una vez que ya está terminada la obra. Creo que el artista tiene que ser absolutamente individualista. Esto no quiere decir egoísmo ni soberbia. Tiene que hacer algo en lo que realmente cree y que cree por fuera de la moda".

Quizá, un riesgo que puede tener el legado musical de Jaime pasa por las versiones livianas que en lo futuro (y en el presente) podrán hacerse en base a su repertorio de sonidos propios. Pero a él no le interesa: "Creo que hay un juez que se llama el tiempo. Pasa el tiempo y las paredes se descascaran, pero ves los muros incas del Cusco y están intactos. Que hagan lo que quieran. Después de Piazzolla vinieron doscientos tangueros a hacer cosas iguales. Sin embargo, cuando escuchás al auténtico Piazzolla ese es el bueno, decís `ah, mira. No hay caso`. Es como un jean de marca y otro que es trucho, siempre hay algo por lo que te das cuenta".

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