Las fotos de hoy, el terror de mañana

Compartir esta noticia

Por: Luis Ventura

La historia vuelve a repetirse. Una vez más, como pasó antes, se reitera ahora y como seguirá ocurriendo mañana. Porque la carga de la culpa siempre será del mensajero, y en este caso a los periodistas que asumimos los riesgos de ejercer dignamente nuestra profesión siempre nos señalarán como los peores. Porque publicar la verdad en muchos casos duele, compromete, involucra y deja sin respuestas a los que evaden, eluden y se escapan de las preguntas.

Hoy surgen dos casos testigos de lo que digo y son "La Hiena" Barrios por un lado y Ricardo Fort por el otro. ¿Qué culpa tenemos quienes mostramos lo que ellos hacen de manera de colectiva, sin ningún ánimo de privacidad?

Vayamos por partes… El campeón de boxeo hace tiempo que no puede controlar sus adicciones, algo que es moneda corriente en el medio y hábitos que desde el silencio y la inoperancia compartimos todos los que estamos en tema. Pero tuvo que ocurrir el trágico accidente automovilístico que provocó la muerte de una joven mujer, embarazada, con una lista de heridos, para que tomemos conciencia del peligro que era "La Hiena" al volante.

Yo lo quiero a Rodrigo Barrios, es un buen muchacho, pero quién le devuelve las vidas a la madre muerta y al bebé que jamás nació… Entonces se empieza a confundir, abogados que diagraman estrategias judiciales que obligan al cliente a declarar una cosa cuando pasaron otras. Y cuando aparecen esas fotos que parecían olvidadas y demuestran el estado de reviente que "La Hiena" horas antes de la tragedia, los periodistas que la publican son vigilantes, buchones y basuras.

¿Por qué no lo pensaron antes? ¿No era más fácil que algún familiar de los que estaban en el mismo lugar o algún amigo previsor le sacara las llaves de su auto y llevara a Barrios a su casa? ¡Tan fácil y tan sano!

Lo mismo que pasa con el mediático Ricardo Fort, que hoy sufre cuando le preguntan o hacen referencia de su sexualidad. Eso lo eriza, la intimida, lo irrita y lo pone a la defensiva. ¡Es por su familia! Al menos es su argumento, su excusa… ¿Pero no lo pensó antes? Cuando asistía a marchas gay en New York, cuando participaba de movimientos homosexuales que registraron sus imágenes. ¿Qué hacemos con esos centenares de fotos que llueven a redacciones, mails, producciones periodísticas que cuentan la historia que Fort pretende esconder hoy debajo de la alfombra?

Para mí el empresario chocolatero sigue teniendo el mismo respeto, valor e importancia que antes. Su sexualidad no me mueve un pelo a favor ni en contra, pero frenar una verdad que él mismo se encargó de difundir se torna tan difícil como pararse al pie de una montaña nevada pretendiendo detener el alud blanco.

Por eso insisto que antes de matar a los mensajeros, analicemos quien el es dueño del mensaje porque ahí está la responsabilidad de lo que hoy sale a la luz. Chau, hasta el Sábado… Show.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar