Por: Mariángel Solomita
Hace unos años Federico Veiroj trabajó en la Filmoteca Española, en Madrid, y comenzó a escribir un guión que nombró Semana de turismo. La historia transcurría en una cinemateca madrileña y en otra en Montevideo, con un personaje uruguayo que debía viajar y volver a sus raíces. "La película tomó vida cuando uní la idea de esa historia con la cara de (Jorge) Jellinek. Ahí todo empezó a crecer considerablemente dentro mío. Hasta que exploté un día y le dije que estaba escribiendo para él y que si aceptaba yo quería hacer una película con él, y si no iba a dejar de lado el proyecto. Me la jugué confiando en que le iba a ganar, intuyendo que todo era una locura muy sana."
Locura porque Jorge Jellinek ejerce desde hace décadas como crítico sin vincularse jamás a la realización cinematográfica, y porque Veiroj se proponía filmar inmediatamente, evitando la búsqueda de financiación que implica de uno a dos años de espera.
Escribió un guión y sumó al director de fotografía Arauco Hernández al proyecto, en su cargo habitual pero también como co-guionista. "El proyecto lo estaba armando en mi cabeza y un mes y pico antes de filmar (2008) Inés (Bortagaray) se integró para trabajar en el guión. El proyecto fue hecho de manera muy libre, sobre la marcha, y recibí de amigos a los que me animé a mostrarles en lo que andaba trabajando, todo aquellos aportes acordes a su naturaleza."
Es que además La vida útil se filmó en dos etapas. "Habíamos filmado parte del guión y edité ese material. Nos dimos cuenta que el resto que faltaba filmar no era tan potente y atractivo como lo que ya teníamos hecho. Estuvimos unos meses pensando qué hacer con esta historia, escribiendo para un personaje que ya tenía cuerpo, cara, vida. Luego de muchos descartes recibimos un precioso aporte de quien fue un nuevo co-guionista, Gonzalo Delgado, que ayudó a destrabar esa situación en la que nos había metido nuestro personaje...A partir de ahí definimos el corazón del complemento de la película, que luego seguimos retocando y que filmamos en el 2009. Se podría decir que el proceso de confección en dos etapas afectó positivamente."
QUIJOTE. La vida útil es una película sobre el relacionamiento con el cine, que con sensibilidad se concentra en un momento de la vida de un hombre que ha vivido para él. Desde la universalidad del cine, Veiroj plantea una pequeña historia que tiñe de dramatismo cinematográfico, haciéndola interactuar permanentemente con la ficción más pura. Un hombre que emprende su propio cuento, que comienza a vivir...desde el cine.
Esta película se puede tomar también como una reflexión sobre la cinefilia, y de la esencia misma de esta expresión artística. Detrás de la industrialización Veiroj rescata la misma sorpresa que los primeros espectadores sintieron al verse en la primera proyección: observar su vida, y ser el protagonista de la (propia) historia.
"Me gusta pensar la película en relación con el Quijote de la Mancha, ver a Jorge como un Quijote moderno y metido en un mundo de cine; ya que es el personaje que se larga a vivir su propia película. La manera para que esto sucediese, fue profundizando en lo que el personaje de Jorge representaba, volcando hacia fuera y con mucha fantasía, todo lo que él tenía metido dentro, por lo tanto siendo fiel a su cinefilia".
- La película habla de la utilidad de estas vidas dedicadas a la admiración cinematográfica, pero también de una necesidad de salvarse, ¿te parece que sugiere peligro el vivir la vida como "cuento de cine"?
- (J.Jellinek): Creo que un tema de la película es algo que nos toca a todos, el final de una etapa en la vida, ya sea de las personas, las instituciones o las cosas. El cine nos instala en un mundo congelado, sin tiempo, pero la realidad cambia permanentemente. Cómo sobrevivir a esos cambios, cómo seguir adelante, es lo que nos plantea la película en la segunda mitad. Si bien su mundo se ha derrumbado el personaje puede salvarse reinventándose pero sin perder su esencia.
- (F. Veiroj): No tengo respuesta, estoy aprendiendo, buscando no sé qué; y de momento nada más me siento privilegiado de poder hacer las cosas que deseo. De todos modos, me gustan los peligros que tienden a un "buen fin" , sea el que sea.
Retratada en blanco y negro, la fotografía le da cierta atemporalidad a la historia - "fue una decisión puramente emocional, sabía que hacer una película así hoy otorgaría una sensación de anacronismo que me parecía que le iba a agregar una emoción especial"-, que está fuertemente enmarcada en Montevideo.
Los espacios en La vida útil adquieren protagonismo, llegando incluso, en el caso de la Cinemateca, a ser concebido como un personaje. "Creo que una cinemateca incluida en una película puede ser naturalmente vista como un personaje más, ya que aunque suene extraño, cada cinemateca tiene una personalidad muy marcada. Cinemateca Uruguaya fue mi segunda casa, durante muchos años colaboré con la institución, fui directivo, y sobretodo es el lugar donde comencé a ver películas de adolescente. Con tanta carga emocional era imposible trabajar en ella como si fuese un espacio físico cualquiera. Conocía el impacto visual que tenían algunos espacios, porque filmé en 2002 el documental 50 años de Cinemateca Uruguaya."
Otro elemento esencial para referir al carácter local de la película es la música. Esta además adquiere un valor narrativo que funciona como un monólogo interno del personaje principal, pero además viste con un tema muy bello la secuencia mejor lograda del film.
"La canción Los caballos perdidos de Leo Maslíah y Mucanaíma (escribió el poema que luego derivó en canción) se integró desde el guión. Es una canción que me emociona mucho y que estaba en perfecta sintonía con lo que queríamos mostrar en ese momento de la película. Las canciones de (Eduardo) Fabini se incluyeron cuando hice el montaje de la imagen. Ir descubriendo que algunos pasajes de la música alimentaban a la película de esa manera me producía un placer importante. Investigué muchas opciones y terminamos de plantear todo lo de Fabini con Daniel Yafalián (que conocía al dedillo las obras porque había trabajado en la edición del disco) en el armado del sonido final; ahí fue que terminé de entender la película que habíamos estado haciendo."
- ¿Por qué hacer una "película montevideana" partiendo de un tema universal como el cine?
- Se dio de esa manera porque los personajes, los lugares y quizás algunas situaciones, eran bastante representativas de Montevideo. Lo montevideano es algo que analicé más a fondo después de haber terminado la película, y sin dudas, me encanta. Sin embargo, fui consciente de querer utilizar música uruguaya más allá de las referencias que éstas podrían traer consigo, porque me parecía que algo en otro idioma o alguna música que remita a otros lugares podía atentar contra el clima general.
- Considerando el peso del trabajo de Arauco Hernández, ¿se podría decir que fue co-autor de La vida útil?
- Arauco realizó un gran aporte desde la fotografía e incluso ha pensado algunos importantes giros en el guión. Pero en este caso es co-autor porque fue mi primer aliado (las primeras pruebas a Jellinek las hicimos juntos y 2 años antes habíamos filmado algo en un cine que tenía relación con lo que es hoy La vida útil) por lo tanto se sentía muy metido en la película en todos los niveles, porque la entendía y le desafiaba el trabajo. Su presencia en el cuidado general y fundamentalmente desde la fotografía, hasta sus aportes al guión, al montaje e incluso al trailer, lo convierten en co-autor.
A medida que la historia avanza la forma en que se presenta se va acercando cada vez más al cine, como género. Fue Hernández quien mencionó la intención de Veiroj de "filmar para atrás": "Sería pensando en el regocijo que se puede llegar a sentir al ver buenas películas de otras épocas, en el puro disfrute. Sentir algo de eso hoy con una película podría asociarse con el retorno al pasado de cada espectador, o a algún momento particular de la vida de cada uno. Siendo una película que remite al cine tenía que intentar tener algo de ese disfrute", explica Veiroj.
No se realizó un casting. Los roles fueron escritos específicamente para quienes los interpretaron. Además de Jellinek, también actuó el crítico y figura clave de Cinemateca Manuel Martínez Carril, y la actriz Paola Venditto.
- ¿Protagonizar una película cambió tu manera de ver el cine?
- (J.Jellinek): Lo que me aporta esta experiencia es haber podido vivir un rodaje desde el lado del actor, una situación que no es transferible por más que uno vea mucho cine. Hay una multiplicidad de detalles, algunos imprevistos, que hacen el resultado final. Esto me permite ahora entender mejor algunas cosas cuando veo una escena, quizás captar lo que le podría estar pasando al actor en ese momento y valorar mucho más cuando uno está frente a una gran actuación. Pero no cambia mi perspectiva general sobre el cine, en todo caso lo reafirma y enriquece.
Para el realizador- que también se hizo cargo de la producción ejecutiva- fue esencial respetar a fondo el espíritu de lo que se quería contar. Considerando que se trató de un guión colectivo, que se trabajó con dos críticos ejerciendo de actores, y la metodología de filmar en dos etapas, hubo varias escenas escritas e incluso filmadas que no fueron incluidas en la película para no perder este objetivo. Veiroj explica: "creo que `filmar desde adentro` significa ser fiel y consecuente con las cosas que a uno le interesa contar, más allá de la cercanía o lejanía de las historias."