Transformers: El último caballero, cierra una etapa.
Esta es, dicen, la última película de esta saga dirigida por Michael Bay, uno de los directores de Hollywood más criticados y, también, queridos. Bay y sus películas (La roca, Armagedón, 13 horas, entre otras) son por lo general criticadas negativamente, pero recaudan mucho. Por eso es que Bay es un realizador influyente que puede reunir el apoyo para las espectaculares y desmesuradas historias que presenta en la saga de Transformers, que empezó en 2007 con Shia LaBeouf y Megan Fox como protagonistas, pero hoy cuenta con Mark Wahlberg como cara (humana) más conocida. Pero claro: acá lo que importa son los enormes seres metálicos liderados por Optimus Prime, que tienen que batallar contra amenazas temibles. Y está Anthony Hopkins también, como para darle un poco de seriedad a todo el asunto. Un poco nomás.
En esta nueva aventura que se estrenó anteayer, los Automatons y los Decepticons se enfrentan una vez más poniendo en peligro al planeta mismo, porque cada vez que estos enormes seres pelean causan devastación.
El gran problema para los Automatons es que Optimus Prime no está para liderar el enfrentamiento, ya que este se ha ido al espacio. Además, hay que recurrir al pasado de la humanidad, más precisamente a la época del Rey Arturo y su Mesa Redonda.
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