Un vigente héroe del rock británico

Compartir esta noticia
"La literatura permite divagar y sumergirte en el mundo que quieras"
SAM ESTY RAYNER

Una charla con el exlíder de The Smiths que el jueves 17 actúa en el Teatro de Verano.

Aún recuerdo la primera vez que escuché Morrissey. Era un adolescente en la Montevideo de aquellos 80, cuando en Concierto al Sol, el programa de Alfonso Carbone, pasaron “William It Was Really Nothing”, la primera canción de The Smiths que se escuchó en Uruguay. Fue un shock: sonaba como nada antes que ella, la guitarra era potente pero controlada y el cantante tenía una entonación peculiar. Era un pop pegadizo y raro. Estaba buenísimo.

Por esa clase de cosas que venga Morrissey es una especie de acontecimiento. Aunque en Uruguay puede parecer limitado a un público cautivo de cuarentones o jóvenes enterados, el exlíder de aquellos Smiths es una de las grandes estrellas de la música mundial. Quizás no sea de los grandes vendedores de discos (aunque siempre consigue hacerlos interesantes) pero sus actuaciones en vivo siguen siendo un rito rockero para fanáticos que suelen treparse a abrazarlo.

Ahora sus seguidores uruguayos podrán hacerlo cuando el jueves 17, suba al escenario del Teatro de Verano.

Stephen Morrissey nació en Manchester en 1959 y entre 1982 y 1989 integró (junto con Johnny Marr, Andy Rourke y Mike Joyce) The Smiths, que resaltaron la música británica con su combinación de actitud punk, ambiguedad sexual y sensibilidad pop. Hicieron canciones bien reconocibles de su época como “Girlfriend in a Coma”, “Panic”, o “There’s a Light That Never Goes Out”.

Desde comienzos de la década de 1990, Morrissey inició una carrera solista que le ha permitido mantenerse vigente y volverse, a pesar suyo, en una celebridad del rock mundial: sus memorias, por ejemplo, se convirtieron en un best seller. Y ahora viene al Teatro de Verano a presentar un disco elogiado.

Antes de eso, contestó vía mail un cuestionario de El País.

-Escribió sus memorias y ahora una novela. ¿Qué encuentra en la literatura que la composición de canciones no le está dando?

-Las letras de canciones se limitan a ritmo, respiración, pulmones y sincronización. La literatura permite divagar y sumergirte en el mundo que quieras.

-Usted ha hecho declaraciones bastantes fuertes recientemente algunas sobre la política estadounidense y respondiendo a ciertas críticas que recibió su novela. ¿Aún mantiene intacta la misma pasión (o aquella ira) de cuando era joven?

-No es inusual que se hagan declaraciones fuertes: muchos sienten una rabia profunda por la política. Algunas de las cosas que yo digo quedan impresas pero esa es la única diferencia. No soy alguien agresivo. Simplemente me opongo a cualquier injusticia social, como la monarquía británica y el abuso animal. Ambas cosas hacen aflorar lo peor del espíritu humano.

-Cuando empezó era un verdadero entusiasta de la música. ¿De qué artistas se sentía en la vereda opuesta? ¿Quiénes eran sus enemigos de aquella época en la música?

-¡No creo que me gustase ninguno! Pero eso es típico de ser joven y estar motivado, ¿no?. Querés que llegue tu momento y por lo tanto esperás que los artistas establecidos se hagan a un lado y te dejen el lugar. A medida que fui creciendo y empecé a conocer a muchos de esos artistas establecidos, me sorprendió que la mayoría, en realidad, estaba haciendo lo mejor que podían. Podían no gustarte, pero no podés esperar que todo esté diseñado para encajar con tu propio gusto. En música, la mayoría siempre se equivoca: las megaestrellas son siempre feas, escalofriantes y buenas para nada. Los cantantes y bandas que me dieron fuerza nunca vendieron mucho.

-¿No se encontró nunca pensando “Oh, Dios mío, estoy haciendo la mismas cosas de estrella de rock que juré que jamás haría”?

-No. Nunca fui una estrella de rock o una celebridad. No tengo absolutamente nada que ver con la industria de la música. Hago giras muy exitosas, sin ningún management, sello o promoción. No tengo nada que ver con la maquinaria que ayuda a la mayoría de los otros artistas.

-Parece estar en todos lados. ¿Está cómodo con esa clase de exposición?

-No soy una celebridad. No tengo una sonrisa profesional. No vivo acicalado y solo le pido a la gente que me tome tal como soy. No quiero ningún premio por hacer la música que amo. Todo eso es una pavada sin sentido. Me da tristeza ver a alguien parado con un Grammy, como si esa fuera la gloria suprema. No lo es. Actuar frente a un público que se trepa a las butacas para poder tocarte: eso vale mucho más que mil Grammys.

-Precisamente, usted recibe mucho cariño de sus seguidores. ¿Por qué cree que eso pasa?

-Quizás me equivoque pero pienso que me ven como una persona real. Saben bien que todo lo que tengo me lo gané solito. La prensa británica me declaró acabado muchas, muchas veces por pero acá sigo. Uno debe andar reforzando su autoconfianza porque no esperes que nadie lo haga por tí. A no ser, claro, que seas una marioneta.

-Usted es el producto de un ecosistema de la música pop totalmente diferente. ¿Cómo ve el estado de la industria musical en la actualidad?

-Obviamente es muy triste y nadie dice que está en buena forma. Conozco muchos que trabajan en los grandes sellos y son infelices. Bajar cosas de internet está destrozando las listas musicales porque bajar es básicamente una actividad de niños que ven horribles shows de talento y quieren estar activos con sus iPhones y por lo tanto bajan cualquier cosa. La pérdida del disco físico también es muy triste porque los amantes de la música quieren comprar y conservar una pieza de arte. No quieren una canción que existe solo en el intocable y etéreo aire. La música es tanto sobre tocar y ver como cualquier otra cosa.

-Ranqueó los shows de su gira europea. Los primeros fueron Budapest y Bucarest. ¿Cómo tiene que ser el show de Montevideo, o cualquiera de sus shows para figurar al tope de esa lista?

-No tiene nada que ver conmigo: es el público. Muchos de ellos quieren subirse al escenario, algo que, es sabido, no le pasó a Bowie, Madonna o Michael Jackson.

Noche mágica

Morrissey llega a Uruguay como escala en la gira mundial World Peace Is None of Your Business. Actúa en el Teatro de Verano, el jueves 17. Las entradas salen 1.900 y 2.500 pesos y quedan pocas.

-¿Va a hacer el set list pensando en que nunca lo vimos en vivo?

-La verdad que no.

-¿Qué canción no debe faltar en su repertorio, entonces?

-Sólo “Meat is Murder” por los millones de animales que viven en campos de concentración a los que le van a cortar el pescuezo y necesitan ayuda. Si puedo ayudarlos lo haré. Y además es una gran canción.

SABER MÁS

Cuatro estaciones para entender al artista

THE QUEEN IS DEAD - THE SMITHS (1986)

Probablemente el gran disco de Smiths. Acá hay varias grandes canciones que definen su música: “Bigmouth Strikes Again”, “The Boy With The Thorn in His Side”, “Some Girls Are Bigger Than Others”.

YOUR ARSENAL (1992)

Le costó un par de años y tres discos afianzarse como un artista independiente de Smiths y de Johnny Marr su socio/némesis en la banda. Y lo consiguió con este disco producido por su admirado Mick Ronson.
 
YOU ARE THE QUARRY (2004)

 Fue el disco que lo hizo volver del ostracismo. Instalado en Los Angeles y con productor punk (Jerry Finn) se lo ve revitalizado y decidido a que lo tomen en serio. Qué buena es “First of the Gang to Die”

WORLD PEACE IS NONE YOUR BUSINESS (2014)

Es el disco que motiva la gira mundial que lo trae al Teatro de Verano y que va a conformar buena parte del repertorio, así que, si no lo conoce y va a ir, le conviene ir escuchándolo.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
"La literatura permite divagar y sumergirte en el mundo que quieras"

MORRISSEYFERNÁN CISNERO

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Teatro de VeranoMorrissey

Te puede interesar