El gobierno uruguayo planteó ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) su compromiso de reducir la inflación, tener prudencia en la política fiscal y el desafío de realizar inversiones en infraestructura donde el sector privado deberá jugar un "papel fundamental".
Esto fue planteado ayer en la reunión del Comité Monetario y Financiero del FMI y en reuniones que la delegación uruguaya en Washington, encabezada por el ministro de Economía, Danilo Astori, mantuvo con jerarcas de ambos organismos.
Estos encuentros se desarrollaron en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI y el BM.
En la tarde de ayer, Astori en diálogo con El País dijo que este ámbito fue propicio para hacer tres presentaciones "muy importantes".
Una de ellas fue ante la Corporación Financiera Internacional (CFI), un organismo del grupo del BM que se encarga de dar financiamiento y garantías exclusivamente al sector privado para proyectos de inversión (uno de ellos fue para la instalación de la planta de celulosa de Botnia).
Allí Astori planteó que Uruguay tiene el desafío de realizar "inversiones muy relevantes para el país como es en la infraestructura" y "poniendo el acento en el papel fundamental que tendrá que jugar el sector privado en ese ámbito, la modalidad de la cooperación público-privada y la necesidad fundamental de que haya espalda financiera para ese sector privado", según relató el ministro.
"Por la sencilla razón de que Uruguay tiene la necesidad de compatibilizar sus grandes desafíos en materia de inversión con su restricción fiscal", explicó.
Un informe elaborado por la consultora CPA Ferrere cifró en US$ 2.500 millones el rezago en infraestructura vial acumulado entre 2000 y 2013, y que se necesitarían unos US$ 550 millones de inversión por año para mantener el estado de las carreteras.
El gobierno quiere que "la CFI sea una de las posibles fuentes de apoyo financiero al sector privado que participe de estas inversiones importantes en nuestro país en los próximos años. Uno de los elementos que el privado tiene en cuenta para entrar a invertir en estos destinos, sea por la vía de Participación Público-Privada (PPP), sea por otra vía, es tener espalda financiera", señaló el ministro.
"Entonces lo que estamos buscando, acá y en otros orígenes como CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), el propio Banco Interamericano de Desarrollo y no excluyo a entidades financieras privadas" es que "también puedan ofrecer coberturas de este tipo a través de garantías, de nuevos productos. Uruguay necesita tener una gama de opciones, de alternativas, porque es mucho el esfuerzo que hay que hacer", añadió.
De hecho, el gobierno avanza en la conformación de un fondo de infraestructura con el apoyo de la CAF para que las AFAP puedan invertir.
Ahora, además, se suma la posibilidad de la CFI, ya que la respuesta que recibió Astori del organismo fue "muy positiva". Al punto que "incluso" ante "llamados que Uruguay haga para participación del sector privado", la CFI manifestó "su disposición a dar financiamiento a través de una comunicación escrita. Una comunicación de ese tipo, ya no una conversación, sino una nota, es muy importante", indicó.
"Vine a defender esa línea, que significa promover, desde la representación de Uruguay y la silla que hoy encabeza Uruguay en el BM, la línea de apoyo al sector privado y también de mayor fuerza en la institución Banco Mundial como institución crediticia, incluso con un aumento de capital.
Ese es un tema que divide mucho al BM, porque los países más poderosos no quieren seguir esta línea (de incremento de capital) y en esas reuniones, defendimos esos criterios", agregó.
Pero además, el ministro realizó otras dos presentaciones ante el subdirector gerente del FMI, Mitsuhiro Furosawa, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, Alejandro Werner.
"Analizamos en todos los casos un panorama general de la economía uruguaya y sus perspectivas de futuro", dijo Astori.
Precisamente, ante el Comité Monetario y Financiero del FMI, el presidente del Banco Central de Chile (que tiene la silla en representación de su país, Uruguay, Argentina, Bolivia, Paraguay y Perú), Rodrigo Vergara expuso la visión del gobierno uruguayo (esa parte del discurso la arma la delegación del país) sobre la economía.
Allí se señaló que el Producto Interno Bruto (PIB) creció a un "ritmo respetable" de 3,5% el año pasado y que junto con "las numerosas mejoras en los niveles económicos, sociales e institucionales que han apoyado y alimentado uno de las más impresionantes períodos económicos en la historia de Uruguay".
Se indicó que "la perspectiva del país sigue siendo positiva, aunque no exenta de riesgos sustanciales".
También se admitió que "es cierto que el déficit fiscal (de 3,3% del PIB), en el contexto de nuevas amenazas globales, es una cuestión fundamental que debe tenerse en cuenta en el próximo armado del presupuesto quinquenal y, en este sentido, las autoridades han subrayado constantemente la necesidad estricta de mantener políticas prudentes y, en general, la coherencia entre ellas".
Por otro lado, "las autoridades uruguayas han manifestado su firme compromiso de continuar reduciendo la inflación, llevándola al rango objetivo" de entre 3% y 7%, se dijo en el discurso.
"Los desafíos y los riesgos provenientes de la economía mundial y especialmente de la región son considerables; el mantenimiento de políticas prudentes y de los esfuerzos para fortalecer aún más las instituciones y las condiciones sociales siguen siendo esenciales", concluyó Vergara ante el comité.
Desacuerdo con la opinión de desaceleración estructural
El presidente del Banco Central de Chile, Rodrigo Vergara, dijo en su discurso (que representó también a Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay) ante el Comité Monetario y Financiero del Fondo Monetario Interna- cional (FMI) que "ponemos en duda la opinión (del organismo) de que la desaceleración de América Latina es en su mayoría de carácter estructural, lo que sugiere recientemente tuvo lugar una caída muy brusca en el crecimiento de la productividad. Más bien, sospechamos que el potencial de crecimiento ha sido menor del que se pensaba todo el tiempo, pero también algo más alto que las estimaciones actuales".
El jerarca agregó que "de 2006 a 2012, durante un período de condiciones externas excepcionalmente favorables, el Fondo hizo repetidas revisiones al alza de las estimaciones de crecimiento potencial en los mercados emergentes y en América Latina. Cuando las condiciones externas comenzaron a normalizarse en 2013, el potencial de crecimiento en los mercados emergentes fue reducido sustancialmente".
El presidente del Banco Central de Chile también afirmó en la víspera que "estamos de acuerdo con la necesidad de eliminar los cuellos de botella en infraestructura, mejorar las condiciones de negocios, hacer que los mercados de bienes sean más ágiles en la región, y que acelerar la reforma educativa abriría un valioso capital humano. Estos son objetivos loables, pero han estado en vigor desde hace décadas y no pueden explicar la reciente desaceleración".
Por otro lado y al referirse a la suba de tasas de interés en Estados Unidos, los seis países expresaron "el mantenimiento de un compromiso firme con la flexibilidad del tipo de cambio" lo que "también envía una fuerte señal de que los actores privados deben asumir el costo de la cobertura de sus exposiciones en moneda extranjera".
Habituales reuniones de primavera en Washington.
Las reuniones que hacen el FMI y el BM cada primavera son un encuentro entre autoridades económicas del mundo (ministros de Economía y presidentes de bancos centrales) con los funcionarios de ambas instituciones multilaterales. Para el ministro Astori esto "ayuda mucho a conocer los criterios de intercambio de reflexión. En nuestro caso eso último es válido para el Banco Mundial, no para el FMI, sin embargo las reuniones del artículo 4º que tenemos con el Fondo son muy útiles
Banco Mundial está dispuesto a apoyar proyectos de privados en el paísFabián Tiscornia