Entrevista con el presidente ejecutivo del Fonplata, la "caja chica" de los organismos internacionales.
El Fondo para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata) comenzó a operar en 1977 y está conformado por Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Cuatro años atrás apenas llegaba a prestar US$ 50 millones anuales. Ahora, tras recibir una calificación de riesgo bien por encima del grado inversor, su objetivo son dar créditos por US$ 400 millones al año. El presidente ejecutivo de Fonplata, el uruguayo Juan Notaro se refirió al fortalecimiento del organismo, la situación del Mercosur y la situación económica regional, en entrevista con El País.
—Tras estos pasos, ¿a dónde va Fonplata?
—En estos cuatro años avanzamos enormemente, no solo en haber tenido dos aumentos de capital (uno en 2013 por US$ 1.150 millones y otro este año por US$ 3.000 millones) sino en todo lo que significa la estrategia de la institución, que fue encontrar un segmento de mercado para proyectos pequeños y medianos donde los otros bancos multilaterales tienen menor actividad. Eso nos ha dado un espacio en la programación de los países muy interesante, que nos ha permitido ir creciendo desde una primera meta que era prestar hasta US$ 150 millones anuales, a ahora donde estamos apuntando a US$ 400 millones anuales. El otro resultado ha sido el cambio dentro de la administración y lograr niveles de eficiencia, por el cual por ejemplo en el caso de Argentina tuvimos una programación con el nuevo gobierno en febrero de este año y para fin de año ya vamos a haber aprobado seis operaciones de esa programación por US$ 150 millones. El tercer logro grande, ha sido el cofinanciamiento y trabajar en alianza con los otros bancos. Específicamente con la CAF ya tenemos varios cofinanciamientos en Paraguay en particular. El cuarto logro tiene que ver con la cercanía de Fonplata con los países, un tema de identidad que facilita la negociación. Estamos muy cerca de las agendas de los gobiernos. Ese ha sido un factor diferencial con otras entidades.
— En un contexto de tasas de interés bajas, ¿cómo entra Fonplata?
—El hecho de que S&P nos haya calificado con A- y Moodys con A2, cuando el promedio de los países miembros es BB (grado especulativo), es muy importante para que Fonplata pueda fondearse en los mercados en condiciones mucho más ventajosas, baratas, y poder trasladarle eso a los países. El que se fondea mejor es Uruguay, pero aun así no es lo mismo hacerlo con BBB que con A. En eso podemos ser muy útiles, en trasladarle esos beneficios.
—¿Cuáles son las primeras opciones para fondearse?
—En estos cuatro años, hemos aprobado en volumen más que lo que había aprobado Fonplata en los 35 años anteriores. Eso nos lleva a que tenemos que apalancarnos de otra forma, conseguir más recursos y poder trasladar eso a los países. Inicialmente vamos a buscar financiamiento con instituciones financieras y seguramente en tres años, salir al mercado con emisiones. De todas formas, no hay nada cerrado. Por ejemplo, fondearse (con emisiones) en los países miembros.
—¿Hay posibilidades de sumar países al organismo?
—Hay algunos países que han sondeado y preguntado y probablemente ahora que tenemos una calificación, pueda haber un interés mayor. Pero, los ministros (de Economía de los socios) entendieron que la prioridad en el corto plazo es consolidar los logros que ha tenido Fonplata, seguir fortaleciéndola y retomar en un año o un par de años el tema de la incorporación de nuevos países, una vez que hayamos caminado más.
—¿Qué países se han interesado?
—Países que pertenecen a otras instituciones, en particular España ha consultado qué está haciendo Fonplata y si en algún momento Fonplata estaría considerando nuevas membresías. Pero hasta ahora ha sido todo muy informal.
—La región evidencia problemas de integración, ¿cómo lo evalúa?
—Estamos trabajando en perfecta armonía y con proyectos de futuro. Lo que a veces los ministros ven, es un poco cómo ha funcionado esta transformación en Fonplata para trasladarla a algunos otros organismos más vinculados con Mercosur y buscar alianzas con el Fondo para Convergencias Estructurales (Focem). Sería muy positivo, porque básicamente somos los mismos países.
—¿Cómo ve este impasse que vive el Mercosur?
—Después de haber trabajado muchos años con (el expresidente del BID, Enrique) Iglesias, él siempre decía que este tipo de cosas son anécdotas en las historias de los países. Son episodios que ocurren en determinado momento y luego evolucionan. Estas crisis o mini-crisis, realmente para lo que sirven es para repensar el funcionamiento de las instituciones. Hay que tomarlo como una oportunidad de avanzar en un Mercosur que todos quisiéramos que funcionara mejor.
—¿Cómo ve a las economías de la región?
—En términos políticos-económicos, lo de Brasil era lo que nos tenía más preocupados en ese sentido y parecería que la incertidumbre política que existía de alguna manera se ha superado. Ahora el desafío que tiene es la recuperación económica, el ajuste de la parte fiscal. En Argentina, hay un proceso de reforma económica muy desafiante, muy difícil, pero va sorteando eso y las perspectivas son más optimistas que hace un tiempo. Los tres países más pequeños, más allá de todas las dificultades en el contexto regional, de commodities, Bolivia y Paraguay no han dejado de crecer a menos del 3,5% y Uruguay dentro de todo no ha caído en recesión y mantiene un crecimiento muy pequeño. En la medida que mejore la situación en los países vecinos, hay también señales a nivel internacional (aunque lo que hoy caracteriza la economía es la incertidumbre), es de esperar que gradualmente la situación vaya mejorando y ya hemos pasado el momento de peor sofocón.
—En el caso de Uruguay, que tiene otros desafíos como la inflación y el déficit fiscal, ¿qué debe atender?
—En lo que se vincula más a nosotros como institución, el gran desafío hoy es la inversión. Hay una decisión muy grande de tratar de aumentar significativamente la inversión en infraestructura y en lo que podamos, vamos a estar acompañando.
—¿Es un tema común a los socios de Fonplata?
—Es un tema muy común el déficit de infraestructura en Latinoamérica. En comparación a los países asiáticos hay una brecha enorme. Los asiáticos invierten un 6%, 7% del Producto Interno Bruto (PIB) en infraestructura y nosotros no llegamos al 3% del PIB en promedio.
La renovación del mandato que vence el año próximo
El cargo de presidente ejecutivo no existía hasta 2012 en Fonplata. Fue creado en un marco de reformas, para lograr sacar al organismo del estancamiento en el que estaba. El uruguayo Juan Notaro (por ese entonces prosecretario en el Banco Interamericano de Desarrollo) asumió por cinco años. ¿Buscará renovarlo en 2017? "Se han logrado una cantidad de cosas en pocos años y quedan más para completar. Es una decisión que tendrán que tomar los países. Estoy muy a gusto en la tarea que venimos llevando adelante", respondió.
"Avanzar en acuerdos comerciales"
—¿Alguno de los cinco países miembros de Fonplata está preparado para depender menos de materias primas?
En el corto plazo no estamos preparados, seguimos muy dependientes de ese tema. Es una preocupación en los países, hay que abordarlo, trabajar más en las cadenas productivas. Está en las agendas de los países, a veces lo que no hay es una concreción suficiente para poder avanzar y consolidar alternativas a ser solamente exportadores de materias primas.
—¿Los acuerdos comerciales pueden jugar un papel ayudando a esa diversificación productiva?
Eso sin duda, ninguno de los cinco países tiene dudas. Quizás el Mercosur permita algunas flexibilidades que antes no había. Especialmente para los países pequeños, hay que pensar en abrirse y estar en todos los mercados posibles. Hoy en inversiones estamos compitiendo con todos los países del mundo, entonces cuando un inversor quiere llegar, busca seguridad jurídica, política, estabilidad económica, y muchas veces esas cosas se negocian en los acuerdos. Entonces, tener acuerdos con muchos países facilita no solo el intercambio comercial, sino también la llegada de inversiones. Es una necesidad imperiosa que sigamos avanzando en esa línea.
JUAN NOTARO