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¿Por qué el popular videojuego "FIFA" podría perder su nombre el año que viene?

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Videojuego FIFA 22. (Foto: Shutterstock)

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La empresa tecnológica EA y el ente del fútbol pondrían fin a una lucrativa alianza después de casi 30 años

Videojuego FIFA 22. (Foto: Shutterstock)
Videojuego FIFA 22. (Foto: Shutterstock)

El mundo de los videojuegos se prepara para un hito: luego de casi 30 años, el «FIFA», el simulador de fútbol más popular del mundo, probablemente cambie su nombre. ¿La razón? Las diferencias de enfoque sobre el negocio en torno a la saga entre el ente rector del fútbol y la desarrolladora del juego, Electronic Arts (EA). En esas diferencias están en juego nada menos que cientos de millones de dólares.

El presidente ejecutivo y director general de EA Sports, Cam Weber, dijo en una carta que la compañía explora la idea de «renombrar» sus juegos de fútbol. De hecho, el gigante de los videojuegos ya registró la marca «EA Sports FC» en la Unión Europea y EE.UU.

El videojuego es cosa seria. Su más reciente edición «FIFA 22» es jugado por 9,1 millones de personas en el mundo (a través de versiones oficiales del juego). Más impactante aún es su valor económico anual, estimado por encima de los US$ 2.000 millones para EA, según indicó el sitio Front Office Sports, especializado en el negocio del deporte. Lanzado por primera vez en 1993, el juego le ha generado ingresos a la compañía con sede en California por más de US$ 20.000 millones, reportó The New York Times.

El valor del videojuego de fútbol para la empresa EA se ubica en los US$ 2.000 millones anuales. La FIFA, en cambio, cobra US$ 150 millones al año por prestar su licencia y pretende duplicar la cifra

Mientras, FIFA obtiene US$ 150 millones al año por permitir el uso de su licencia en el videojuego, lo que convierte el acuerdo comercial en el más lucrativo para sus arcas. Sin embargo, el organismo pretende duplicar el valor de ese monto.

El pago no es el único punto de desencuentro entre ambas partes; también tienen diferencias sobre el alcance del acuerdo de exclusividad que los liga desde 1993 y que caducará el año próximo.

La FIFA busca limitar la monetización de EA más allá del juego y dar participación a más empresas tecnológicas para facturar a través de distintas aristas de su marca en el campo de los videojuegos y los e-sports.

«Ha quedado claro que se trata de una industria que no debería estar copada por una sola entidad que controle todos los derechos», sentenció el ente rector del fútbol el lunes en un comunicado. En la nota señala que existe una «gran competencia» entre empresas tecnológicas y de telefonía para asociarse a la FIFA en esa clase de negocios.

Kylian Mbappé, la cara del FIFA 22.
Kylian Mbappé, la cara del FIFA 22.

Incluso, algunos medios y blogueros dedicados a la industria de videojuegos especulan con que la FIFA podría estar trabajando ya para desarrollar su propio simulador.

EA, en cambio, sostiene que debería poder acceder a explorar otras actividades dentro del ecosistema del juego FIFA como momentos estelares de los juegos verdaderos, torneos de videojuegos en estadios y productos digitales comotokens no fungibles (NFT), según informó The New York Times.

Algunos analistas de la industria gamer creen que la ruptura no afectará severamente a EA. La compañía tiene más de 300 acuerdos de licencias con ligas, organismos (como UEFA y Conmebol) y FIFPro, el sindicato de jugadores, lo que le permitirá seguir utilizando el nombre y apariencia oficial de 17.000 jugadores, más de 700 clubes, más de 100 estadios y 30 ligas.

¿Qué implica entonces el quiebre de EA con la FIFA? Por un lado, perder la licencia de la Copa del Mundo, el máximo evento del fútbol a nivel global. A su vez, supone tener que construir desde cero una nueva marca luego de casi 30 años en los que el «FIFA» cautivó a varias generaciones.

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