Agricultura, ganadería y minería son algunos de los rubros en los que se utiliza esta tecnología.
«Los drones bienvenidos sean, porque van a generar nuevos negocios, servicios, puestos de trabajo en todo el mundo», afirmó en una videoconferencia el gerente regional de América Latina de SenseFly, José Marchetti.
El evento, que se denominó «Oportunidades en el aire Integración de Drones en la trama Productiva y de Negocios» y lo organizó el Proyecto de Internacionalización de la Especialización Productiva (PIEP), reunió a varios expertos que presentaron las normas, aplicaciones y bondades que tienen los vehículos aéreos no tripulados (VANT).
El concepto que se repitió a lo largo de la jornada entre los expositores es que este tipo de herramientas llegó para quedarse. Dentro de unos años será difícil imaginar la agricultura como otras tantas actividades productivas sin hacer uso de drones. Este tipo de tecnologías transformó el modo de cultivar la tierra al proporcionar nuevas técnicas de control y monitoreo, señaló Marchetti.
«Los drones van a ser cada vez más fáciles de usar, más seguros, confiables y una inversión más efectiva para cualquier profesional», continuó. La empresa de origen suizo SenseFly comercializa sus productos desde 2009 y se puede obtener un avión no tripulado de mapeo de última generación (eBee SQ) a un precio que ronda los US$ 25.000 en Uruguay.
El modelo eBee SQ tiene una cámara multiespectral que permite tomar fotografías en distintas bandas espectrales y, por ende, analizar los cultivos y tener noción de lo que está pasando antes de lo que el ojo humano pueda hacerlo, detalló el gerente regional de América Latina de SenseFly.
Añadió que un relevamiento realizado por uno de sus clientes agrícolas en California demostró que con los drones tardó cuatro meses menos de tiempo para realizar su tarea y la mitad del costo.
Más allá del campo
El uso de drones excede el agro. En el último tiempo, se los ha ido incorporando en muchas industrias y sus implementaciones son infinitas. Uno de los sectores en los que se percibe un latente potencial es en la industria ganadera. En Brasil, por ejemplo, la empresa Sky Drones desarrolló un sistema para que se logren leer desde la altura las caravanas electrónicas que se les colocan a las reses, según explicó en la ocasión el director de DJI Latinoamérica, Manuel Martínez.
La herramienta que hoy permite escanear la información a 10 metros de altura está incursionando en un nuevo sistema para funcionar sin importar la posición del ganado. «No siempre colaboran las reses con ponerse en pie para trabajar», bromeó Martínez.
DJI es una compañía de tecnología china, líder en la industria de drones civiles. Con un enfoque más doméstico, sus precios de comercialización son más bajos que los de SenseFly: uno puede obtener un VANT básico por desde US$ 760.
En la actualidad, otro de los rubros en los que este tipo de tecnología tiene cabida es en la minería. Varias compañías con las que trabaja SenseFly hicieron un testeo y corroboraron que su uso acarrea grandes ventajas, tanto para incrementar la seguridad de su personal como en la rapidez en obtener datos para mejorar su eficiencia, retorno e ingresos. Los usos de este tipo de tecnología variarán en el tiempo, pero lo que está claro es que su incorporación en la industria no tiene retorno.
Ayuda para los momentos de crisis
El 15 de abril de 2016 un severo torneado azotó a la ciudad de Dolores. El director de Inteldrones, Pablo Sandoval —en apoyo a la Asociación Uruguaya de Drones (AUD) y la Intendencia de Soriano—, utilizó esta tecnología para hacer un relevamiento de las víctimas y daños ocasionados. Los aviones no tripulados recorrieron la ciudad captando imágenes. En dos horas y 40 minutos pudieron localizaron los daños y visualizar la estructura de los techos con riesgo de derrumbe para finalmente iniciar el proceso de recuperación de la zona. «El dron tiene un claro rol en el futuro», aseveró Sandoval.
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