Uruguay quedó en posición incómoda luego de que los países sudamericanos integrantes de la Unasur más afines al gobierno chavista de Nicolás Maduro obtuviesen que la reunión de cancilleres del bloque que analizará la situación de Venezuela se realice mañana sábado en Quito, Ecuador, y no en Montevideo como estaba previsto originalmente. 

Uruguay es el presidente pro témpore del bloque y el encuentro iba a hacerse ayer en Montevideo. Aduciendo motivos de agenda, la Cancillería informó que el encuentro se postergaba y se barajó inicialmente el lunes 23, siempre en Montevideo.

Sin embargo, algo ocurrió ayer que llevó a un cambio de planes. Temprano en la tarde, el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño escribió en su cuenta de Twitter que la reunión se realizará el sábado en Quito, sede de la Unasur.

Más de seis horas después, la Cancillería de Uruguay confirmó la realización del encuentro que ya había adelantado Patiño. En cuidado tono diplomático, el comunicado dice que el encuentro "tendrá por finalidad presentar los resultados de la reciente visita que la Comisión reducida de Cancilleres de Unasur realizó a Caracas el pasado viernes 6 de marzo, así como analizar la reciente Orden Ejecutiva del Gobierno de los Estados Unidos declarando una emergencia nacional respecto de la amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos que supone la situación en Venezuela".

Todo indica que Ecuador incidió para adelantar la fecha del encuentro. Patiño, tras anunciar la reunión en la red social, escribió otro Twitter que decía sugestivamente: "Ante una situación tan grave como la que vivimos, como dijo el Viejo Luchador, Eloy Alfaro (expresidente ecuatoriano), "EN LA DEMORA ESTÁ EL PELIGRO" (mayúsculas del original).

Además, Ecuador no quiere que el encuentro sirva simplemente para analizar el informe de los cancilleres. Claramente, quiere un encuentro para respaldar a Maduro y cuestionar a Estados Unidos. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ya advirtió que la reunión tendría como finalidad "dar la respuesta correspondiente a esta grotesca, ilegal, descarada, inaudita, injustificada injerencia de Estados Unidos en asuntos internos de Venezuela".

Evidentemente, el gobierno de Correa consideró mejor que la reunión de cancilleres de la Unasur se haga en territorio "amigo" para Maduro. El presidente venezolano esta semana llamó "cobarde" al vicepresidente uruguayo Raúl Sendic porque dijo que no tenía elementos para asegurar que Estados Unidos estaba interviniendo en Venezuela. Esto provocó que la Cancillería uruguaya emitiera un comunicado en el que calificó de "inamistosas" las declaraciones del presidente de Venezuela, porque afectaban "no solo a la persona a la que están dirigidas sino a la investidura que representa y a la institucionalidad que la respalda".

A la postura de Sendic se suma la del canciller Rodolfo Nin Novoa quien, incluso antes de asumir, había dicho que no había "pruebas" de una injerencia extranjera en la crisis venezolana

Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil se han negado sistemáticamente a condenar los encarcelamientos de dirigentes opositores venezolanos y la represión de manifestaciones contrarias a Maduro. Tampoco lo ha hecho Uruguay, pero el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de esta semana marca un punto de inflexión. Parece poner punto final a varios años de cercanía entre los gobiernos de Uruguay y Venezuela. El anterior canciller, Luis Almagro, hoy candidato a la secretaría general de la OEA, nunca quiso condenar explícitamente la acción del gobierno de Maduro.

El viraje que el gobierno de Tabaré Vázquez parece estar adoptando frente a Venezuela no es acompañado por el expresidente José Mujica (ver nota aparte), que carga las tintas contra Estados Unidos. Este matiz no pasa inadvertido para Maduro, quien ayer retuiteó desde su cuenta un mensaje que decía: "PEPE MUJICA ¡Qué los venezolanos resuelvan sus problemas! ¡Déjenlos tranquilos!", y otro de Jacquline Faría, una militante del Partido Socialista Unido de Venezuela, que decía: "No joda Estados Unidos". Dice Pepe Mujica".

En paralelo, la situación venezolana extiende cada día un poco más la polémica entre el gobierno y parte de la coalición de izquierda oficialista.

En el mismo tono que se expresó Mujica lo hará hoy la Mesa Política del Frente Amplio.La presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier, adelantó ayer a El Espectador que este organismo no se expresará sobre el cruce de declaraciones entre Maduro y Sendic, "porque la Cancillería ya lo hizo".

El senador Leonardo De León (711), perteneciente al grupo de Sendic, dijo a El País que en su opinión "lo central" es la crisis de Venezuela y la injerencia de Estados Unidos y no el entredicho entre Maduro y el vicepresidente. "Nosotros lo que creemos es que hay que poner arriba de la mesa como tema central la situación de Venezuela. Hay una situación clara de injerencia que no es nueva, ya hay muchos antecedentes en relación a eso y no solo en Venezuela", señaló De León. Agregó que "lo central no son los dichos de Maduro sobre Sendic, donde el presidente venezolano hace comentarios desconociendo, o sin estar informado, de la posición del vicepresidente con respecto a Venezuela". Y opinó que las declaraciones de Sendic "fueron sacadas de contexto" y que "no tiene que dar pruebas de su visión respecto a la integración latinoamericana".

En tanto, en una resolución del Ejecutivo Partido Comunista (PCU) se sostiene que "el imperialismo yanqui se ha quitado la máscara y que de las acciones más o menos camufladas y más o menos indirectas para desestabilizar económica y políticamente a Venezuela se ha pasado a la intervención directa".

El PCU repudió la orden ejecutiva del presidente estadounidense Barack Obama, por la que declaró la situación en Venezuela como una "amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos".

Los comunistas llaman a "rodear a Venezuela, en todos los planos, desde la Unasur, la Celac, el Mercosur, es decir desde los gobiernos y los organismos de unidad latinoamericanos". Y restan trascendencia "a las polémicas", que no desconocen, pero "no son ni pueden transformarse en lo central".

Sin embargo, Esteban Valenti, operador del ministro de Economía, Danilo Astori, quien se ha mostrado crítico con Maduro, marcó matices a través de mensajes de Twitter. "La declaración de que Venezuela es un peligro para la seguridad de EE.UU es ridícula y peligrosa para toda la región. Si por un comentario como el de Sendic, Maduro reacciona con violencia, preocupan sus reacciones con los que opinan diferente en Venezuela", advirtió.

"Diferenciemos, los gringos tratan siempre de meterse, en Venezuela en particular, eso no quiere decir ser acríticos", agregó Valenti.

El expresidente José Mujica se distanció ayer de las declaraciones del vicepresidente Raúl Sendic y del canciller Rodolfo Nin Novoa respecto a la injerencia de Estados Unidos en la crisis de Venezuela.

"No preciso informes ni pruebas de que los americanos se meten. La novedad sería que no se metieran", señaló Mujica en una entrevista con FM Gente de Maldonado.

Y añadió: "Acá estamos podridos de que se metan. Yo creo que es un error, porque hay que ver el contexto de lo que pasa en América. Cuando empieza a distenderse la relación con Cuba, cuando el gobierno de Colombia suspende los bombardeos a las FARC. ¡Que no joda Estados Unidos!"

Mujica hizo referencia a la orden ejecutiva del presidente estadounidense Barack Obama en la que declaró la situación en Venezuela como una "amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos".

"¿Dónde estamos parados? Cualquiera que mire el mapa, para decir que Venezuela puede ser una amenaza tiene que estar pasado de manija. Venezuela tiene problemas y debe solucionarlos entre los venezolanos. Déjenlos. Siempre que se meten de afuera es peor, mire lo que pasó en Libia, en todos lados. Déjenlos tranquilos", insistió Mujica.

Minutos después, en declaraciones a los periodistas, Mujica definió el episodio como "pamento va, pamento viene" y añadió que espera que "los venezolanos, entre ellos, puedan resolver los problemas que tienen".

"Tienen una Constitución maravillosa. La más audaz de toda América Latina. A nosotros nos conviene una Venezuela independiente y de cogote levantado", finalizó Mujica.

Iba a ser ayer, luego el lunes 23, y ahora mañana en QuitoJ.P CORREA / V.GIL