Permanecen casi 7.000 desplazados por la creciente en Salto, Artigas, Paysandú y Rivera.
Aquí nadie festejó nada, comimos lo que nos trajo el Ejército", dijo ayer a El País Fabiana Rodríguez, madre de 11 hijos, que está alojada en un refugio montado en un galpón de la Asociación Agropecuaria salteña, a unos 10 kilómetros de su casa en el barrio Salto Nuevo.
La mujer y sus hijos pasaron la Nochebuena en el mismo edificio que otras 15 familias. Por la solidaridad de personas anónimas los niños pasaron un poco mejor que los adultos.
"Mucha gente nos acercó cosas ricas para los niños, refrescos y hasta hielo porque no tenemos heladera", contó.
Una de sus hijas mayores que cuidaba de su hermana más pequeña se lamentó de que no pudieron salir a bailar.
"Aquí enfrente anoche hubo tremendo baile, pero cobraban trescientos pesos la entrada por lo que nos conformamos con escuchar la música acostadas en el galpón con mis otras hermanas", dijo la joven.
Distinta es la situación que están viviendo las familias que se han negado a ser trasladas y acamparon en la calle. Hay muchas carpas que no cuentan con energía eléctrica y que siguen sin baños químicos ni agua potable.
"En la Nochebuena teníamos solo pan, ni un refresco para compartir, pero por lo menos dormimos en un colchón seco y hoy nos alcanzaron algo para comer y quedaron de ponernos una canilla de la OSE para tener agua potable, porque del río es lo que sobra", dijo Rosa que está instalada en la vereda de la calle Guaraní.
El último dato del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) indica que se mantienen unas 6.608 personas desplazadas en Salto, Artigas y Rivera. Los efectos de la creciente han dejado fuera de sus hogares a 2.174 personas en Artigas, 1.291 en Paysandú, 1.051 en Rivera, 2.090 en Salto y 2 en Florida.
Arbolito.
En Paysandú una madre llevó un arbolito de Navidad y lo instaló en el gimnasio de la Escuela N° 2. No encontró entre sus pares muchas razones para celebrar, por eso poco después de colocarlo optó por guardarlo.
"Estamos bastante tristes pero vamos a salir adelante más que nada por nuestros niños que son los que nos mantienen en pie entre tanta desgracia", dijo a El País, Catalina Machado, una de las tantas madres que fue ubicada en ese refugio.
"Tengo una hija que está muy triste porque tenía la ilusión de festejar la Navidad con sus amigos del barrio y ahora terminamos todos alejados. Yo le digo: Aguante mhija porque solo la mano de Dios dirá cuándo podemos volver a casita", dice la madre que se ve en la obligación de poner buena cara y sobrellevar la situación.
En el mejor de los casos, el retorno recién se producirá en un mes.
"Francamente tuvimos que salir para no permanecer entre el agua. Hay muchas enfermedades y una de mis hijas se ataca fácilmente del pecho", contó Catalina que está sola con sus cuatro hijos.
"Dentro de las dificultades, entendemos que la situación está bajo control. Aquí todo el mundo salió desde las 7 de la mañana sin importar que fuera Navidad a ayudar a las familias que necesitan evacuar", indicó Marco García, coordinador del Comité de Emergencia.
Ayer García estimaba que había unos 1.400 evacuados en Paysandú pero dijo que sabe que "son muchísimos más los que se van por sus propios medios y no dan cuenta".
Recreación.
En las últimas 48 horas el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, recorrió por aire y tierra los departamentos de Artigas y Salto para conocer de primera mano la situación de los desplazados.
"ANEP y el Mides están preparando abordajes de otro tipo, entre ellos los relacionados con la recreación. Eso importa mucho porque tenemos una población afectada muy grande de niños y adolescentes a los que estas situaciones les impactan mucho. La idea es minimizar el efecto psicológico", dijo Roballo a El País.
Durante la Navidad, el Comité de Emergencia de Paysandú, dispuso que distintos equipos sociales trabajaran junto a los damnificados en actividades deportivas e incluso montaron una pantalla para entretenerlos con cine.
Otros, quedaron acostados o sentados en sus colchones y con la mirada perdida. Simplemente intentaban comprender lo que les ha tocado vivir.
Cine para pasar la creciente
El dolor de perderlo todo por las inundaciones y las horas de incertidumbre se pasan de mejor manera frente a una pantalla. Las autoridades departamentales y nacionales han previsto un plan de apoyo a niños y adolescentes que incluye actividades de recreación. En Paysandú se instaló un cine móvil; ANEP y el Mides coordinan acciones en Salto y Artigas. En Rivera, el cantante Lucas Sugo ofreció dos conciertos, uno para recaudar fondos y otros directamente para los evacuados.
LA AYUDA EN TIEMPOS DUROS
Lucas Sugo colaboró con vecinos
Entre los vecinos de Rivera que salieron a dar una mano, se pudo ver al cantante Lucas Sugo, quien al retornar de una de sus giras, el martes se puso "a las órdenes" de la Intendencia para colaborar "con las familias afectadas por ésta inundación". El miércoles recorrió los barrios afectados y el jueves, antes de su recital benéfico, fue con su guitarra al club Sarandí Universitario.
Voluntarios sanduceros en barrios
En Paysandú los voluntarios están dando una mano grande. "Por lo que veo aquí se necesita más gente. Sobre plaza Artigas, las familias pueden remediarse de una u otra manera, pero en los barrios más humildes la cosa se complica", dijo Gabriela, quien sensibilizada por lo que vive su ciudad, optó por abandonar la comodidad de su hogar para salir y "echar una mano a sus semejantes".
Inscribirse para recibir más ayudas
El prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo, pidió a los llamados "autoevacuados" que se inscriban en los registros de desplazados para que puedan recibir la ayuda del Estado. El funcionario de gobierno recordó que los beneficiarios de cualquiera de los planes del Mides podrán recibir el doble de lo que perciben en la actualidad como ayuda.
LA CRECIENTE NO DA TREGUA A LOS DESPLAZADOSDANIEL ROJAS / LUIS PÉREZ