Se encuentra muy débil y se negó a ser revisado por médicos; Cancillería sigue buscando un país que lo reciba.
El refugiado sirio Jihad Diyab sufrió ayer un nuevo agravamiento de su salud y se negó a ser revisado por tres médicos que lo visitaron en las primeras horas la tarde, A su vez, el Ministerio de Relaciones Exteriores lo exhortó formalmente a levantar la huelga de hambre que realiza hace casi 50 días.
El ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, brindó una conferencia de prensa, junto al vicencanciller José Luis Cancela y otros altos funcionarios de su cartera tratando de aclarar la situación y ratificó que continúan las gestiones ante países musulmanes para que alguno reciba a Diyab.
"Hasta el presente, se han recibido algunas respuestas negativas y otras en el sentido de que el asunto se encuentra a estudio de las autoridades, sin precisión acerca de la fecha en que podrá haber novedades. Como resulta evidente, escapa a las posibilidades de esta Cancillería adoptar decisiones que son materia exclusiva y soberana de los estados concernidos", dice un comunicado del ministerio que Nin leyó.
El ministro historió todo lo que su cartera ha hecho para tratar de encontrar un país que reciba a Diyab, aclaró que Venezuela nunca mostró voluntad de permitir que el refugiado se quedase en su territorio (estuvo retenido incomunicado en las dependencias del Servicio Bolivariano de Inteligencia en Caracas) e incluso leyó una comunicación oficial venezolana que explicaba que se lo deportaba por no tener visa.
Si lo hubiese querido recibir, como Diyab argumenta, "hubiera hecho el planteo y no lo hubiera deportado", dijo el ministro. Nin incluso contó que Diyab amenazó con suicidarse e insultó a funcionarios de la embajada uruguaya en Caracas. El gobierno ha intentado facilitar la venida de la familia de Diyab e incluso entregó un Título de Identidad con visa para la madre de Diyab en la embajada de Uruguay en Líbano, informó el canciller. Diyab pidió que su esposa e hijos vinieran antes que su madre y luego se fue a Venezuela.
Ayer sobre las 13.45 dos médicas y un médico llegaron al apartamento en el que está Diyab respondiendo al llamado de las personas que lo acompañan porque se encuentra muy débil. Minutos después llegó, Christian Mirza, el interlocutor del gobierno con los refugiados que llegaron de Guantánamo en diciembre de 2014.
Diyab, como había prometido que haría cuando retomó la huelga "seca", se negó a ser revisado.
Mirza luego dijo a El País que "está delicado, muy débil", pero no en coma. Diyab fue visitado por integrantes de la Institución Nacional de Derechos Humanos.
En la conferencia de prensa participó Andrés Conteris, un activista amigo de Diyab, quien incluso hizo preguntas a Nin. Al principio la Cancillería vedó su ingreso al Palacio Santos, pero un funcionario hizo consultas y finalmente se permitió su entrada. Mientras el canciller hablaba, otro activista repartió un volante en el que se preguntaba "¿Dónde fue a parar aquello de Uruguay, país de asilo? (...) La única manera de devolver una fracción de la vida arrancada a Jihad es dejarlo en libertad y que pueda ir al reencuentro de sus hijos, su esposa y su madre. La única manera de no ser su verdugo es dejar de mentir, es dejar de hacerle los mandados a los del norte. La única y rápida salida es que el gobierno uruguayo diga al mundo y sus embajadas que Uruguay le da toda la documentación para que Jihad pueda ir a un país árabe", agregaba el volante.
Conteris acusó luego en la calle al anterior gobierno de no haber honrado su compromiso de que la familia de Diyab estuviera en Montevideo cuando llegó en 2014. "No es cierto que él sea malagradecido", sostuvo Conteris, en respuesta a Nin Novoa que había hecho comentarios en ese sentido. Conteris, que estuvo en Venezuela con Diyab, dijo que nunca escuchó que amenazara con suicidarse. Cerca lo escuchaba la activista Irma Leites.
Estudian el pedido de una serie de documentos.
La Comisión de Refugiados (CORE) estudiará próximamente el pedido de Diyab para que se expidan documentos para entregar a los países que quisieran recibirlo en los que se señale que Uruguay no se opone a su salida. El refugiado también quiere que se difunda el texto del acuerdo entre Estados Unidos y Uruguay por el cual el gobierno del ex presidente José Mujica aceptó recibir a los seis ex presos de Guantánamo en 2014.
REFUGIADO SIRIO RECHAZA ASISTENCIA