Las verdaderas tumbas de la gloria

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El sábado, el arquitecto Montemuiño dirigió la visita guiada por el cementerio. Foto: D. Castro

Este año se cumplen 105 años de la primera vez que la Selección Uruguaya de Fútbol utilizó la camiseta celeste. Fue el 15 de agosto de 1910, en la cancha de Belvedere, que en aquella época pertenecía al Montevideo Wanderers.

Buena parte de esa historia, que puso los cimientos del fútbol uruguayo, se encuentra en las tumbas del Cementerio Británico. Entre viernes y sábado, en el marco de los ya tradicionales "Encuentros a la puesta del sol", esa historia cobró vida gracias a una exposición del comentarista deportivo Alfredo Etchandy y una posterior recorrida de casi una hora por todo el cementerio, bajo la guía del arquitecto Eduardo Montemuiño, asesor cultural del proyecto.

El recorrido comenzó ante la tumba de Percy Sedgfield, un inglés que llegó a nuestro país a principios de la década del 80 del siglo XIX, y fue el primer socio y presidente del Club Atlético Peñarol.

Soy Celeste.

El uso de la camiseta celeste tiene su origen en un partido amistoso, entre el uruguayo River Plate FC y el poderoso Alumni, club argentino al que los equipos uruguayos no podían vencer.

Como el color de ambas camisetas era similar, a bastones rojos y blancos, para no confundirlas River Plate jugó con una camiseta de color celeste. El equipo oriental ganó por dos a uno, dándose de esta forma la primera derrota del Alumni contra un equipo uruguayo.

Fue entonces que Alfredo Le Bas, delegado de Wanderers, propone el uso de la camiseta celeste para Uruguay. "Antes se habían utilizado distinto diseños de camisetas, hasta uno similar al de la selección argentina", dijo durante su exposición Alfredo Etchandy.

"El fútbol fue la primera disciplina en utilizar el celeste en su camiseta, aunque luego todos los deportes terminaron adoptando ese color", afirmó el comentarista deportivo.

Pero la recorrida, denomi-nada Cortita y al pie: por las huellas del fútbol uruguayo no estaba vinculada solo a la camiseta de la selección, sino que también se visitaron las tum-bas de varias de las leyendas de la primera época del fútbol uruguayo.

En esa recorrida se llegó a la tumba de John Harley, un escocés, dibujante de profesión y que hacia 1908 jugaba en Ferrocarril Oeste, en Argentina. Tras un partido entre Peñarol y el equipo porteño, José Piendibene, delantero aurinegro, solicitó a los directivos de su club la contratación de Harley.

"Este escocés cambió la forma de jugar al fútbol en nuestro país. Es el inventor de jugar la pelota cortita y al pie. Antes de Harley se apelaba al pase largo y al juego aéreo, sobre todo por el estado de las canchas inglesas", contó Montemuiño.

Harley fue el primer jugador extranjero en nacionalizarse uruguayo para defender a Uruguay. También fue técnico de la selección. El 19 de junio de 1951, Harley se retiró del fútbol. Ese día, el jugador y técnico escocés fue ovacionado por más de 50.000 personas en el Estadio Centenario.

Las figuras de Enrique Lichtenberger y William Leslie Poole, considerados los padres del fútbol uruguayo, también tienen sus tumbas en el Cementerio Británico.

Lichtenberger fue un joven uruguayo que con 16 años fundó el primer club de fútbol, llamado Football Association. No obstante, debido a que no se podía utilizar el nombre del deporte para bautizar un club, el mismo pasó a llamarse Albion.

Poole fue capitán del Albion y el segundo presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol.

Otro de los históricos cuya tumba está en el Cementerio Británico es Samuel Lafone, creador del Pueblo Victoria, cerca de su saladero en La Teja. Allí, en 1894, Lafone fundó el primer club de fútbol de nuestro país, el Victoria Cricket Club, en homenaje a la Reina Victoria.

El Curcc fue el primer campeón.

La Asociación Uruguaya de Fútbol fue creada el 30 de marzo de 1900. Su primer presidente fue Pedro Charter y de inmediato se hicieron los arreglos para celebrar el primer campeonato uruguayo en el que participaron el CURCC, el Albión, Uruguay Athletic y Deuschter. El campeón, invicto de ese año fue el CURCC. También ganó el campeonato siguiente.

POCA PRENSA.

El primer encuentro y las crónicas perdidas.

Si bien el Victoria (1874) fue el club pionero en la práctica activa del fútbol, el primer partido entre dos clubes fue en 1881, cuando se enfrentaron en dos ocasiones el Montevideo Rowing y el Montevideo Cricket, ganando este último ambos encuentros.

Una de las grandes quejas de los deportistas de esta primera época del fútbol uruguayo es que la prensa de entonces no daba cabida a la difusión de estos partidos. En una entrevista citada por Eduardo Montemuiño durante la charla de ayer, y publicada en la revista Mundo Uruguayo el 17 de julio de 1930, Enrique Lichtenberger, jugador del Albion, cuenta que el club elaboraba volantes anunciando el partido, e incluso se los hacía llegar a la mayoría de los periódicos que se editaban en la época. "En la última década del siglo XIX era muy difícil que la prensa le diera espacios a la cobertura de un evento deportivo como el fútbol", afirmó Montemuiño. "El propio Lichtenberger cuenta en la entrevista que un día se le ocurrió la idea de empezar a escribir las crónicas de los partidos que jugaba el Albión", contó Montemuiño. No obstante, el joven jugador no tuvo los resultados esperados: en varias ocasiones, secretarios de redacción y editores le tiraron las crónicas a la basura delante de sus ojos. "Por eso no hay registros periodísticos de esa época", señaló.

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El sábado, el arquitecto Montemuiño dirigió la visita guiada por el cementerio. Foto: D. Castro

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