La senadora del Partido Nacional ha tenido una carrera política meteórica y eso, según ella, le puede haber generado el recelo de algunos compañeros del sector.
Alonso afirma que se equivocan y que la mejor manera de actuar no es estar permanentemente con la calculadora electoral sino “hacer cosas” y “construir”. Propuso un acercamiento entre Luis Lacalle Pou, a quien llama “el jefe” del Partido Nacional (molestando así a algunos compañeros) y el presidente Tabaré Vázquez para encontrar salidas a problemas como la educación. Alonso dice sentirse “muy cómoda” trabajando con el líder aliancista Jorge Larrañaga aunque cuestiona actitudes en la interna.
—¿Está cómoda en Alianza Nacional? Hay legisladores que están molestos con algunas actitudes suyas, y dicen que ejercita cierto tipo de perfilismo.
—Estoy muy cómoda en Alianza y con Jorge Larrañaga en particular. Capaz que a algunos compañeros no les gusta mi forma de trabajar. Tenemos distintas formas de entender y hacer política. Quizás algunos quieran provocar un enfrentamiento que no existe.
—Según se ha informado hay molestias por su cercanía política con Luis Lacalle Pou, siendo que usted pertenece al otro bloque. Y además porque en una entrevista con Búsqueda se refirió a él como "el jefe", término que en general entre los blancos se usa para un caudillo como Aparicio Saravia.
—¿Cómo, molestias por eso? Claro que tengo cercanía con él. Hoy en el Partido Nacional hay dos líderes pero uno es el jefe. Lo decidió la gente. Ese jefe es el que tiene la mayor responsabilidad. Lo ha dicho el propio Larrañaga, está un paso más adelante. Cercanía tengo con Lacalle Pou y con Jorge Larrañaga. Lo mío no es en contra de nadie sino a favor del partido. Hay que elevar la mira porque a veces vivimos mirándonos el ombligo.
—¿Le parece que hay una situación de celos en torno a usted o que no se quiere que tenga tanto protagonismo?
—No sé si son celos. Creo que hay distintas formas de entender la política. Hay compañeros míos que consideran que la estrategia es la crítica, la patada, el palo en la rueda. Y otros creemos que hay otra forma de hacer, que se puede construir. La oposición debe tener la capacidad de instalar agenda en el debate. Pero es más fácil lo otro, ser hinchada, pegar es fácil. Algunos resisten esa forma de entender la actividad política y consideran que cuanto peor, mejor. Yo no actúo así.
—Cuando se sumó a Alianza Nacional dijo que Jorge Larrañaga era quien podía ganarle a Vázquez. ¿Sigue pensando que Larrañaga es el mejor candidato blanco para 2019?
—Falta mucho para eso. Más allá de lo que yo piense, la que decide es la gente. Es muy temprano y a mí me molestan profundamente quienes hoy solo están con la calculadora electoral en la mano. Hay gente cuya única estrategia pasa por lo electoral y se equivocan. Lo más importante es hacer, mostrarle a la gente que en tal sector, partido o candidato hay quien hace cosas. Siento que a todo el sistema le falta madurez política y eso provoca grietas como ya se vio en Argentina y como lo están sufriendo en Venezuela. No podemos darnos manija en el enfrentamiento, en la división. Fíjese que Mujica nos descalificaba por pensar distinto, nos insultaba, y eso no lo quiere nadie. No lo quiere Vázquez ni Lacalle Pou. Tenemos que poner paños fríos a situaciones que se generaron en la campaña electoral. Capaz que por orgullo o por ego no se facilita que los líderes puedan sentarse en torno a una mesa a dialogar sobre los verdaderos problemas.
—¿Cómo debe ser la relación entre gobierno y oposición? Usted propuso un acercamiento entre Vázquez y Lacalle Pou. ¿Lo cree posible?
—La tensión siempre existió en la relación. Es la lógica de un sistema democrático. Cuando hablo del jefe de la oposición hablo del jefe del partido mayoritario. Más allá de dos líderes hay un jefe como ya dije. Más allá de la investigación sobre Ancap y las comisiones que puedan venir, eso no debe amputarnos la posibilidad de dialogar. Ancap nos divide y nos enfrenta, pero, por ejemplo, hay que poner arriba de la mesa el problema de la educación. El 2016 es el año del diálogo. En 2017 va a haber otra discusión presupuestal y después ya va a estar todo el mundo con la calculadora electoral. En necesario sentarse y pensar juntos más allá de que antes pudo no haber funcionado.
—Insisto con lo de las críticas en la interna de Alianza. También fue objeto de comentarios por participar en la comisión sobre el alcohol que formó el presidente Vázquez. ¿Qué tiene para decir?
—Ya había explicado que el presidente del Directorio del Partido Nacional, Luis Alberto Heber, estaba en conocimiento de que yo iba a participar de esa comisión. Insisto en que quizá haya algunos que sienten, quizás, celos. Son solo algunos compañeros. Somos mayoría en el partido que queremos otra forma de hacer política. Cuando a veces uno dice que los adversarios están adentro del partido, posiblemente sea así. Pero así no construimos. No quiero entrar en la crítica hacia ningún compañero en particular. Digo que ellos entienden de manera diferente la forma de hacer política. Yo no quiero pegarme a las viejas prácticas, a las que critiqué siempre. Cada uno recorre su camino. No quiero sentarme a poner el palo en la rueda, simplemente a pegarle a todo lo que pasa. Si me hubiera quedado con el consejo que daban algunos compañeros de que ir a la comisión del presidente Vázquez significaría compartir los eventuales fracasos pero no ser parte de los logros, hoy no tendríamos una ley que dice que vamos en camino a una política nacional sobre el alcohol. Tampoco tendríamos una ley sobre tolerancia cero ni seguiríamos trabajando en políticas sobre ese problema
—Hay quienes opinan que fue invitada a la comisión para generar roces en la interna.
—Cada uno puede pensar lo que quiera. Si la comisión lleva a buenos resultados para todos, el gobierno, la oposición y la gente, no sé si es tan importante eso otro.
—¿Cuál va a ser su futuro político? ¿Dónde se ve en 2019, en el Senado o como candidata?
—Hoy yo pienso en hacer las cosas bien ahora. En el Senado hay mucho para hacer, para dialogar y generar leyes. Quiero convencer a mi partido de que esta es la mejor estrategia. Todo tiene su tiempo, lo electoral también. Hacer las cosas bien ahora lleva a la próxima instancia electoral. Esa es la mejor estrategia.
Verónica AlonsoDANIEL ISGLEAS