En Internet se puede comprar cualquier cosa. Un docente de informática de UTU de Sarandí Grande (Florida) dio con un mercado negro donde se puede adquirir desde los servicios de un sicario hasta armas de grueso calibre.
Con veleidades de hacker, el docente adquirió en esa "Internet profunda" una base de datos con números de tarjetas de crédito y de débito robadas en el exterior, según informaron a El País fuentes del caso. Las tarjetas fueron expedidas por empresas internacionales de primer nivel.
El docente pagó la base de datos con bitcoins (moneda virtual). Junto con un cómplice, un funcionario administrativo de la UTU de Sarandí Grande, ingresaron al sitio web de una empresa de comercio electrónico. La sede de la firma se encuentra en el barrio Carrasco.
El docente y el funcionario administrativo de UTU intentaron realizar 78 compras por $ 320.000 utilizando diversas tarjetas de crédito y de débito. La gran mayoría de las compras fueron rechazadas por las casas matrices de las compañías internacionales de crédito por haber sido robadas en el extranjero.
Según fuentes del caso, solo fueron aprobadas cinco compras por $ 14.720. Esa mercadería fue enviada por correo a Sarandí Grande y retirada en la agencia.
Dado este patrón de compra y de que los usuarios efectuaron múltiples intentos y fueron rechazados, uno de los directores de la empresa de comercio electrónico se comunicó con el Área de Seguridad de una compañía internacional de crédito. Allí le informaron que era posible que los compradores estarían usando, en forma fraudulenta, copias de tarjetas emitidas en el exterior.
Ante esta situación, la empresa de comercio electrónico resolvió presentar una denuncia en el Departamento de Investigación de Delitos Financieros de la Dirección General de Lucha contra el Crimen Organizado e Interpol.
Según las fuentes, la empresa deberá asumir las pérdidas por las compras efectuadas por los estafadores usando una conocida marca de tarjetas de crédito. No deberá afrontar las adquisiciones efectuadas con otro plástico.
En la denuncia presentada ante la Dirección General de Lucha contra el Crimen Organizado, la empresa dejó una copia de las direcciones IP (identidad de una computadora) utilizadas por el docente y el funcionario de UTU. También entregó una lista de las tarjetas utilizadas por ambos usuarios en distintas compras. Ante la Policía, la empresa uruguaya reconoció que no tiene ningún tipo de alerta en su sitio para evitar este tipo de situaciones y advirtió que confía en que las compañías madres autoricen o no las compras.
Incautación.
Investigadores policiales allanaron las casas de los dos delincuentes e incautaron documentación referida a los números de tarjetas de adquiridas en la web.
La jueza penal Julia Staricco resolvió procesar a ambos sin prisión por un delito continuado de estafa. La magistrada decidió no remitirlos a la cárcel porque eran personas que carecían de antecedentes penales.
Fueron procesados por estafa docente y funcionario de UTU