El rechazo al TISA —un acuerdo de comercio de servicios al que Uruguay pidió ingreso en el gobierno de José Mujica— le abrió un nuevo frente al presidente Tabaré Vázquez. Una vez más, la coalición de izquierda salió fuerte a marcar sus diferencias con el Poder Ejecutivo, tal como lo había hecho antes con la esencialidad en la educación, la suspensión de la obra del Antel Arena y la reinstitucionalización del Fondes.

A esto se suma la reciente resolución de la bancada de apoyar a Elena Martínez como ministra de la Suprema Corte de Justicia pasando por alto la posición contraria de Vázquez.

Por 117 a 22 votos, en el Plenario de ayer triunfó la posición contraria al TISA que defendieron el Movimiento de Participación Popular (MPP), el Partido Comunista, el Partido Socialista, la lista 711 que lidera el vicepresidente Raúl Sendic, Casa Grande de Constanza Moreira, el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) y las bases. El Frente Líber Seregni, bloque que lidera el ministro Danilo Astori y al que pertenece el canciller Rodolfo Nin Novoa, y la Corriente Izquierda pidieron seguir negociando, pero quedaron en solitario.

En su resolución, el Plenario planteó "la inconveniencia de seguir participando de las negociaciones del TISA". Ahora, resta saber si el gobierno de Vázquez hace caso a esta resolución o decide seguir adelante. De todos modos en última instancia el acuerdo deberá ser aprobado por el Parlamento, donde el Frente tiene mayoría.

A juzgar por las declaraciones del canciller, Uruguay debería continuar negociando el TISA. A principios de agosto en una entrevista con El País TV, Nin Novoa dijo que Uruguay, Paraguay y Paquistán son los únicos que no han presentado ofertas y aseguró que "sería un papelón no hacerlo".

En esa misma oportunidad, recordó que el TISA "es una política de Estado que fue resuelta en el gobierno anterior" con la intervención de "todo el gabinete de Mujica". "Esto no es una cosa nueva —como se ha mostrado por algunos sectores—, desconocida, monstruosa ni peligrosa", concluyó.

Ayer, en el astorismo no le perdonaron al MPP ponerse en contra de una negociación que había sido promovida en el gobierno de Mujica por el excanciller y actual secretario general de la OEA, Luis Almagro (MPP), y cuestionaron a este sector por dejar sin apoyo político al gobierno de Vázquez.

"El TISA: una iniciativa que con Pepe Mujica era buena para el país ahora con Tabaré Vázquez se volvió mala. Cambia, todo cambia...", escribió con ironía en Twitter el diputado José Carlos Mahía (FLS). Consultado por El País, Mahía dijo que "no se trataba de firmar o no un acuerdo, sino de ser partícipe de una negociación". Aseguró que "en el fondo", la resolución adoptada por el Plenario implica "una desconfianza a la conducción del gobierno".

En términos aún más duros se expresó el operador político del astorismo, Esteban Valenti, en Twitter. "Que los chantas que acusan nos digan una vez qué votamos en contra en el gobierno de Mujica. Una sola vez", así expresó su malestar con la resolución del Plenario.

En la misma red social, el subsecretario de Economía, Pablo Ferreri, protagonizó un fuerte cruce con el diputado Pablo González de la lista 711. "No estamos diciendo No al TISA, estamos diciendo No a participar de una negociación. Un claro error que deja mal parado a Uruguay", sentenció Ferreri. A los pocos segundos le llegó una respuesta del legislador. "El debate fue largo, podías participar. No creo que aporte no decir nada en el Plenario y luego calificar de error", escribió González. Más tajante, Ferreri acotó: "Mi sector estuvo y expresó su posición. Y no te corresponde decirme qué, cómo, ni cuándo opinar".

El diputado socialista Roberto Chiazzaro señaló a El País que lo más destacable del Plenario fue la iniciativa de Váz-quez de consultar al Frente. "Estuvo bárbaro Tabaré en delegar y ahora hay que ver cuán vinculantes son las decisiones del FA para el gobierno. Sé que lo son, pero Tabaré lo evaluará, y calculo yo que tomará una decisión en concordancia con lo que opina la fuerza política", concluyó.

El senador Rafael Michelini (FLS), quien defendió en el Plenario la permanencia de Uruguay en la ronda de negociaciones del TISA, dijo que "no se puede tener temor de negociar". "Ahora, la fuerza política se ha pronunciado mayoritariamente en contra de la participación de Uruguay en el acuerdo y supongo que el gobierno actuará en consecuencia", admitió.

No son pocas las diferencias entre el FA y Vázquez. Todas ellas estarán sobre la mesa en un encuentro que tendrá lugar el próximo martes 8 entre el presidente y una delegación de la Mesa Política, que estará encabezada por el comunista Daniel Marsiglia.

Tras el Plenario de ayer, Marsiglia la restó trascendencia a las discrepancias y destacó que se "saludó fuertemente la propuesta de Vázquez de trabajar juntos en el tema TISA".

Sin embargo, y desde que Vázquez llegó a la Presidencia, las diferencias con el Frente se hicieron más visibles. El caso más claro es el de la educación. Salvo el astorismo, todos los sectores que componen la coalición salieron a cuestionar la esencialidad. Más aún, los diputados frentistas de la Comisión de Legislación del Trabajo (Óscar Andrade, Daniel Placeres y Luis Puig) votaron —junto al Partido Nacional— una resolución reclamando el levantamiento de la esencialidad. El tema no pasó desapercibido en la interna, donde se escucharon reproches a estos legisladores.

La falta de comunicación entre el gobierno y la bancada ha sido uno de los problemas más importantes que debió afrontar Vázquez. El presidente no consultó a su fuerza política antes de decidir la esencialidad, tampoco lo hizo cuando envió un decreto para institucionalizar el Fondes que había creado Mujica o cuando puso en suspenso la obra del Antel Arena.

En consecuencia, el malestar con Vázquez se hizo evidente en el bloque integrado por el MPP, comunistas y Sendic, más conocido como el "Grupo de los ocho". "Es bravo enterarse de las cosas por la prensa", expresó la senadora Lucía Topolansky (MPP) en referencia a estas dificultades con el gobierno.

Ahora, una nueva interrogante se abre con la discusión presupuestal, ya que desde el MPP se anunció la voluntad de redistribuir el gasto y "revisar artículo por artículo" el proyecto remitido por el Ejecutivo al Parlamento.

El TISA (Tratado sobre Comercio de Servicios, por su sigla en inglés) surgió en el año 2012 por un grupo llamado "Amigos reales de los servicios", conformado por dieciséis países, explicó el canciller Rodolfo Nin Novoa en la comisión de Asuntos Internacionales de Diputados hace unas semanas. Las negociaciones se iniciaron de manera oficial en el año 2013 y, actualmente, es considerado una ambiciosa negociación de servicios a nivel plurilateral, conformado por veinticinco miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Es liderado por Estados Unidos, la Unión Europea y Australia y no hacen parte de él ninguno de los países del Mercosur.

El día 23 de septiembre de 2013, Uruguay presentó nota formal a las delegaciones de Estados Unidos y Australia expresando el interés de ser parte de las tratativas en materia de servicios. Unos días después, el 7 de noviembre, Uruguay participó en carácter de "invitado" en una sesión con el resto de los países que negocian.

Luego de esa presentación, se mantuvieron reuniones bilaterales informales con varias delegaciones. Hasta que, el 3 de abril de 2014 el excanciller Luis Almagro envió nota al comisario europeo de comercio, Karel De Gutch, expresando entre otros aspectos que "Uruguay comparte los objetivos de las negociaciones del TISA y una vez incorporado a ellas y previa revisión de los textos actualmente en elaboración, estará en condiciones de aceptar lo negociado hasta ese momento", relata un documento elaborado por el Frente Amplio al que tuvo acceso El País.

Finalmente, Uruguay participó por primera vez en la ronda que tuvo lugar entre el 9 y el 13 de febrero de 2015, cuando aún estaba ocupando la presidencia José Mujica (MPP). De acuerdo a los plazos establecidos, Uruguay debería presentar en octubre de este año un listado de intereses a negociar y restricciones.

Actualmente, los miembros del TISA tienen amplias restricciones especialmente en sus servicios públicos con monopolios, siendo los países miembros de la Unión Europea algunos de los que mantienen mayores restricciones.

resolución de ayer reflotó diferencias entre el mujiquismo y el astorismo