Grupo de 100 obreros de la construcción profirió frases “subidas de tono”.
Unos 100 trabajadores de la construcción se movilizan en la puerta del Hotel Sheraton desde hace una semana. Cada día, durante dos horas, se ocupan de golpear con sus cascos el vallado y el cerco metálico que cubre la obra que se está desarrollando enfrente.
Cuando aparece una mujer todo cambia. En ese momento cesa el repiqueteo de los cascos y los cánticos reivindicativos toman otro estado.
Se hace un silencio, y la mujer que se anima a pasar de inmediato recibe "piropos" y comentarios subidos de tono por parte de los obreros afiliados al sindicato de la construcción (Sunca), según confirmaron a El País distintas mujeres que padecieron esa situación y varones que estaban en el lugar.
En la mañana de ayer el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, participó de un evento que tuvo lugar en el hotel. Decenas de periodistas, empresarios y políticos fueron a escucharlo.
Las mujeres la pasaron mal. Mariana Sequeira, cronista de radio Sarandí, contó ayer a El País que al pasar por la entrada al hotel sintió silbidos y gritos hacia su persona.
"Eran muchos alrededor de una sola persona faltando el respeto de todas las maneras posibles. Cada vez que entraba o salía una mujer olvidaban los reclamos sobre sus derechos y pasaban a ser hombres ordinarios", explicó la periodista.
Sequeira señaló que les dijo a los manifestantes que tenía intención de informar sobre el conflicto que mantienen y ofreció hacerles una entrevista.
"Intenté explicar que lo que estaban haciendo era violento y muy fuera de lugar pero solo sirvió para que se rieran. Se acercó uno de ellos con un volante. Le dijo a los otros que no cantaran más y se rieron. Otros decían no somos todos iguales pero la omisión es una acción también. Fue un momento muy indignante", afirmó Sequeira.
La periodista aclaró que no tiene nada contra los trabajadores. "Esto no es un palo para los obreros, ni para el Sunca, justo se dio así podrían haber sido otros, es un llamado a la reflexión. Empecemos por respetar al que está al lado y de esa forma será más fácil pelear juntos por los demás", afirmó.
Por su parte, el cronista de Canal 4 Emilio Izaguirre, también presente en el hotel señaló en las redes sociales que "obreros de la construcción se movilizan en reclamo de sus derechos. Pero paran los cánticos para meterse con una mujer".
El periodista contó que cuando el canciller estaba haciendo declaraciones se sentían los cánticos de los obreros del Sunca y que se detenían cuando pasaba una mujer.
Ingreso.
El encargado de seguridad del hotel, Leonardo González, señaló a El País que se habilitó una puerta alternativa para que los huéspedes, y en particular las mujeres, no tuvieran que atravesar por esa "situación incómoda". "Hay mucha gente que viene de otros países y no espera encontrarse con estas cosas", indicó.
El funcionario destacó que se ha colocado un vallado en la entrada del hotel para evitar que se acerquen al ingreso.
Sequeira señaló que la seguridad del hotel le ofreció utilizar la salida alternativa pero ella tenía que tomar un taxi que la esperaba en la calle donde estaba la protesta, por lo que tuvo que pasar por ese sitio.
En la tarde de ayer El País intentó sin éxito localizar a los principales dirigentes del Sunca. Tampoco se ubicó a los responsables de la comunicación.
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