PROTESTA EN EL BARRIO IDEAL
Protestas y quema de cubiertas por ola de robos en barrio de cooperativas.
Decenas de vecinos de una zona conocida como Barrio Ideal, entre Maroñas y Malvín Norte se manifestaron ayer reclamando mayor seguridad en una protesta que se llevó a cabo con quema de cubiertas, bombos y cacerolas.
Los manifestantes residen en cuatro cooperativas de viviendas que han sufrido una ola de robos y rapiñas en los últimos meses.
La gota que rebasó el vaso de la paciencia de los vecinos fue la violenta rapiña que sufrieron Yamila, una joven madre de 20 años, y su pequeño hijo de 15 meses cuando regresaban a su casa el miércoles pasado, tras descender de un ómnibus en la esquina de las calles Cambay y Campoamor.
"Dentro del complejo de viviendas donde vivo, no hay un vecino que no haya sido robado al menos en una ocasión", contó Yamila a El País. "Hace poco, unos tipos en moto asaltaron a mi madre cerca de casa y tres días después le pasó lo mismo a mi hermana", narró.
La rapiña que sufrió Yamila fue violenta a tal extremo que su pequeño hijo fue herido en el pecho con un objeto punzante. Estuvo internado en el Pereira Rossell. No fue la primera vez que su integridad estuvo en riesgo, recordó Yamila.
A mano armada.
Claudia, otra vecina del barrio contó que "hay dos o tres robos por día y siempre son las mismas personas. Incluso roban a menores a mano armada, a veces con arma blanca y otras veces con armas de fuego", contó. "Hoy (por ayer) mientras realizábamos la quema de cubiertas, en otra zona del barrio una persona fue robada. Queremos que haya más presencia policial o que se instalen cámaras de seguridad, para que los niños puedan jugar afuera o te bajes de la parada de noche y puedas venir caminando hasta tu casa, algo que en este momento es casi imposible hacer", agregó.
Eran las 19:30 horas del miércoles 29 de noviembre cuando Yamila regresaba de la casa de su mejor amiga, con su hijo de quince meses en brazos. Acababa de descender del ómnibus de la línea 306, en la parada ubicada en Cambay y Campoamor. Mientras bajaba divisó a un hombre que estaba de pie en la parada, con las manos en sus bolsillos, un canguro rojo y la capucha puesta.
"No le presté atención. Pensé que era un joven que estaba esperando el óminbus". Cuando la madre comenzó a caminar hacia su casa, ubicada a una cuadra de distancia, el hombre la tomó del brazo y la amenazó.
"Me dijo que le diera plata porque si no mataba a mi hijo", contó. Como la joven no tenía dinero le ofreció las pertenencias que llevaba: su celular y su mochila donde tenía los pañales y otros objetos de su bebé. "Me dijo que no quería eso, volvió a insistir que quería plata".
Súplica.
Cuando el rapiñero se puso más agresivo, la joven le suplicó que no le hiciera nada a su hijo; que si iba a hacer algo que se lo hiciera a ella.
"A mí no me vas a decir lo que tengo que hacer", le contestó el delincuente.
Acto seguido, con el arma —que según pudo ver la madre era una trincheta— le efectuó al bebé dos cortes en el pecho. "En ese momento comencé a caminar rápido. No me respondían las piernas. Cuando me di vuelta y vi que él venía atrás mío, empecé a correr", contó.
Antes de que lograra entrar en la cooperativa, el delincuente la agarró y le hizo un corte en el brazo.
"Cuando levantó la mano para herirme de nuevo atiné a pegarle y logré tirarlo al suelo. Se levantó me dijo que nos íbamos a volver a ver. Luego se fue", narró la joven.
El niño y la madre fueron trasladados hasta una policlínica cercana. Luego el pequeño fue derivado al Pereira Rossell, donde fue atendido y a las pocas horas dado de alta. "Le dieron 8 puntos entre las dos heridas y está con calmantes por el momento. A mí me dieron 15 puntos en el brazo", explicó.
Otra amenaza.
No es la primera vez que madre e hijo sufrieron situaciones similares. Hace un tiempo, en otra parada cerca de su casa la asaltaron y al niño le apuntaron con un arma y amenazaron con matarlo.
"Tengo miedo de salir a la calle luego de estas experiencias", dijo asustada.