Con fuertes críticas al funcionamiento de la Justicia y asegurando que no hay paz social sino que subsiste la "patológica lucha de clases" en Uruguay, el coronel retirado Carlos Silva estrenó su presidencia del Centro Militar con motivo de un homenaje al fallecido general Pedro Barneix, quien hace un mes se quitó la vida cuando iba a ser procesado por un caso de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura (1973-1985).
La muerte de Barneix "fortaleció nuestra unidad", y "pone en evidencia la estigmatización de las Fuerzas Armadas perpetrada por una minoría violentista, ideológicamente retrógrada y reaccionaria", dijo el nuevo presidente del Centro Militar que agrupa a oficiales activos y en retiro, marcando un perfil más duro que la postura de sus antecesores.
Barneix "falleció antes que finalizara el restablecimiento de la paz social y terminara la lucha de clases", agregó, y dijo que fue "perseguido" por organizaciones "dedicadas a cobrar venganza y a lucrar con una creciente industria jurídica de reivindicaciones económicas que deshonra a la noble profesión del Derecho".
Según Silva, "la venganza y el ensañamiento los sufrió estoicamente hasta el final: presiones, ataques y maltratos deliberados, inmerecidos e injustificados perpetrados por personas llenas de odio y rencor".
"La lucha sigue".
Según afirmó el coronel Silva, los hechos "parecen indicar que la lucha sigue" y que "el acatamiento al Estado de derecho, el silencio y la actitud subordinada de las Fuerzas Armadas no fueron suficientes para finalizar con ella".
"La sed de venganza e intolerancia exige a algunos seguir la guerra, después de más de 30 años. La patológica lucha de clases, delirio ideológico conscientemente cultivado sigue y atormenta a una sociedad a la que no dejan vivir en paz", afirmó el militar.
Luego se refirió a la ley de Caducidad. "Debemos recordarles a quienes pretenden seguir la guerra, que hubo dos plebiscitos en que la ciudadanía mandó terminar con estos odios y enfrentamientos. Ambos pronunciamientos estuvieron separados por muchos años, lo que reafirma que la mayor parte de la ciudadanía está a favor de sus Fuerzas Armadas y de terminar con esta situación anómala para regresar a una paz definitiva".
Para Silva, "la situación general indica que algo no está bien en nuestra patria. La Justicia no es eficiente y su credibilidad es cuestionada por las autoridades que reconocen que no se cumple con los procedimientos doctrinarios y aceptados tradicionalmente".
Recordó en ese sentido que "hubo declaraciones concretas de la exministra de Defensa Nacional, Azucena Berrutti, sobre las condenas de militares", y que el "expresidente José Mujica también se refirió a la estigmatización y venganza contra las Fuerzas Armadas".
Inseguridad.
Silva reclamó a la Justicia que investigue las denuncias hechas por el extupamaro Héctor Amodio Pérez "que confiesa que sus excompañeros perpetraron asesinatos, en plena democracia y después de 1985".
Respecto a la situación de inseguridad, el presidente del Centro Militar sostuvo que "las autoridades judiciales y políticas del Ministerio del Interior se critican mutuamente para atemperar responsabilidades relacionadas a la inseguridad. El Poder Judicial es censurado por actuar con mano blanda contra los delincuentes", dijo.
"Parecería que es más fácil para ciertos operadores judiciales ensañarse con algún camarada que defendió las instituciones que proteger la paz social en una situación de crisis", indicó.
A los que denunciaron al general Barneix, Silva les envió también un mensaje: "Sobre ellos pesará, si tienen conciencia, lo que hicieron con un hombre bueno".
Barneix "fue un soldado que prefirió morir de pie a vivir de rodillas. Ejemplo de estoicismo en una época de valores relativizados. Fue un referente para una sociedad en crisis y para quienes integramos las Fuerzas Armadas".
Suicidio.
El 3 de septiembre, Barneix (69) se suicidó cuando un policía llegó a su domicilio de Pocitos para conducirlo porque había sido procesado por la jueza Beatriz Larrieu por el delito de homicidio político de Aldo Perrini, ocurrido en 1974.
El general había vuelto a declarar unos días antes luego de que la Suprema Corte de Justicia (SCJ) rechazara un recurso de inconstitucionalidad que su defensa presentó en el año 2012 y que había congelado el proceso judicial en su contra.
En ese entonces la fiscal Ana María Tellechea había solicitado el procesamiento de Barneix y otros tres oficiales del Ejército (José Puigvert, José Baudean y Washington Perdomo), por el homicidio político de Perrini.
El sepelio del militar fue el día 4 de septiembre en el panteón del Ejército en el Cementerio del Norte. La fuerza castrense le brindó los honores correspondientes a su jerarquía.
Subsiste la “patológica lucha de clases” en parte de la izquierda, dicen