"Mayor riqueza nacional o alto gasto en educación no garantiza mejor desempeño de los alumnos. Entre las economías de altos ingresos, el monto gastado en educación es menos importante que la manera en que usan los recursos".

La afirmación pertenece al grupo de expertos en educación de OCDE, y si bien parece una obviedad, los resultados de las Pruebas PISA demuestran que dicha reflexión es necesaria para las ordenadores del gasto.

Entre las economías moderadamente ricas, cuyo PIB per cápita se sitúa en US$ 20.000 como Estonia, Hungría, la República Eslovaca y Croacia- cuanto mayor es la riqueza del país, el resultado medio en la prueba de lectura de PISA es más alto. Por ejemplo, en Polonia, el PIB per cápita es al menos el doble de alto que el de Azerbaiyán y Perú, y sus resultados medios en la evaluación de lectura de PISA son más de 100 puntos más altos, según un informe de OCDE.

En las Jornadas de Economía el economista Ignacio Munyo cruzó presupuestos y resultados. Así, Uruguay invierte en educación 4,5% del PIB y solo el 45% de sus estudiantes logran superar el nivel 1 de las Pruebas PISA. Los alumnos que no superan este nivel "tienen riesgo de no poder afrontar con suficiente garantía de éxito sus retos formativos, laborales y ciudadanos posteriores a la educación obligatoria".

Con un presupuesto que oscila entre 5 y 5,5% del PIB, Estados Unidos logra que el 75% de sus alumnos supere el nivel 1, y Estonia, Canadá, Suiza y Corea rondan el 90%.

Entre 5,5% y 6% destina Israel a la Educación, objetivo que ahora Uruguay se plantea para 2019. En ese horizonte de gasto, Israel logra que el 65% de sus alumnos supere el nivel 1 de PISA, un objetivo que también podría alcanzar Uruguay con el nuevo presupuesto, sostiene Munyo.

OCDE advierte, no obstante, que "el gasto acumulativo de la economía de un país en la educación es el monto total en dólares gastado en educar a un estudiante desde la edad de 6 años hasta la de 15 años. Después de un umbral de alrededor de US$ 35.000 por estudiante, ese gasto no tiene relación con el rendimiento. Por ejemplo, los países que gastan más de US$ 100.000 por estudiante de las edades de 6 a 15 años, como Luxemburgo, Noruega, Suiza y Estados Unidos, muestran niveles de desempeño similares a los de países que gastan menos de la mitad de ese monto por estudiante, como Estonia, Hungría y Polonia".

Mientras, Nueva Zelanda, que está al tope del rendimiento en PISA, gasta un monto inferior al promedio por estudiante en las edades de 6 a 15 años.

Entre los países de altos ingresos y economías, los que tienen los mejores rendimientos tienden a invertir más en docentes. Por ejemplo, los docentes de secundaria de los años previos a preparatorios, en Corea y la economía socia de Hong Kong-China dos sistemas de alto rendimiento en las pruebas de lectura de PISA- ganan más del doble del PIB per cápita en sus respectivos países. En general, los países que se desempeñan bien en PISA atraen a los mejores estudiantes a la profesión docente al ofrecerles salarios más altos y mayor estatus profesional. Sin embargo, esta relación entre desempeño y los salarios de los docentes no se sostiene entre países con economías con menos riqueza. En todos los países y economías participantes de PISA, los sistemas educativos que invierten en salarios más altos de los docentes tienden a tener clases más grandes. A nivel de países, PISA halló que el tamaño de la clase no guarda relación con el desempeño general del sistema educativo del país. En otras palabras: los países de alto rendimiento tienden a priorizar la inversión en los docentes sobre clases más chicas.

Aunque la clave, según la OCDE, más allá del dinero invertido, es que los sistemas educativos exitosos no permiten que fracasen los estudiantes con dificultades: no los hacen repetir el año, no los transfieren a otros centros de enseñanza, ni los agrupan en clases diferentes sobre la base de su capacidad.

Uruguay podría llegar en PISA al nivel alcanzado por Israel