El 41,5% de los niños uruguayos entre 0 y 3 años es víctima de inseguridad alimentaria y el 4,3% padece inseguridad severa (hambre), según la Primera Encuesta Nacional de Salud, Nutrición y Desarrollo Infantil.
El estudio oficial, al que accedió El País y que será publicado por completo la semana próxima, advierte que el 8,9% es víctima de una inseguridad alimentaria moderada. El 28,3% de una falta de seguridad leve. Y solo 56,8% entró en el casillero de "seguridad" (un 1,7% no sabe o no contesta).
Los hogares con inseguridad leve son los que se mueven entre estas dos premisas: "existe ansiedad y preocupación por los suplementos alimenticios" y "se hacen ajustes en el presupuesto del hogar, lo que afecta la cantidad de la dieta". La inseguridad moderada, se mueve entre este último concepto y otro que advierte que "los adultos limitan la calidad y la cantidad de los alimentos que consumen". Y, por último, la severa, se coloca entre este último punto y otro que señala que "se afecta la calidad y la cantidad de los alimentos consumidos por los niños".
El estudio establece que, basándose en los parámetros de la FAO, "al profundizarse la severidad de la inseguridad alimentaria, los ajustes afectan a la cantidad de alimentos consumidos, se disminuyen las raciones que ingieren o se saltan tiempos de comida. Más adelante el hambre se hace presente sin que se puedan satisfacer. Finalmente, cada una de estas dimensiones llega a afectar a los niños, después de que ha afectado a los adultos. Es decir, los niños son protegidos, especialmente por la madre, hasta que la inseguridad alimentaria alcanza niveles de severidad que hacen imposible protegerlos".
"Hay varias preguntas que se hicieron al respecto que tienen que ver con si un niño menor a cuatro años pasó hambre, si se salteó una comida porque los recursos en la casa no alcanzaban, o dejó de comer en todo un día por falta de recursos en el hogar. Esto arrojó que 4,3% padece inseguridad alimenticia severa", precisó a El País la responsable del Área de Generación de Conocimiento de la dirección de Uruguay Crece Contigo (UCC), del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Florencia Cerruti, quien presentó parte de este estudio ayer en la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM).
El trabajo, además, advierte que cuando se "analizan los hogares en pobreza, un 67% de las familias percibe algún nivel de seguridad alimentaria, mientras que en los hogares no pobres esta prevalencia desciende al 32%".
Por otra parte, señala que el "82% de los hogares en condiciones de indigencia manifestó tener algún nivel de inseguridad alimentaria".
El documento también advierte que en aquellos hogares donde se detectaron niños de 0 a 3 años con "retraso de talla, 19,3% de las (madres) entrevistadas percibe un nivel de seguridad alimentaria moderada o severa, mientras que el valor entre los niños sin retraso correspondió a un 12,8%".
El estudio fue elaborado por la Organización de Planeamiento Presupuestal (OPP), la Facultad de Ciencias Económicas de la UdelaR y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Para el trabajo, se seleccionaron hogares ubicados en áreas urbanas que incluían niños de cero a tres años.
Las familias fueron entrevistados por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) entre febrero 2012 y noviembre 2013. Se entrevistó a 2.265 hogares, los que totalizaron 3.079 niños.
Los jóvenes y el hambre en Uruguay.
La semana pasada los docentes del liceo de Parque del Plata denunciaron que 50 de los 300 alumnos que van al turno de la mañana llegan al centro con hambre. Los profesores a diario llevan viandas y bolsas de leche para aquellos estudiantes que llegan con la panza vacía. El problema radica en que mientras Primaria le da de comer a 250.000 niños por día (a costa de una inversión de 300.000 dólares por jornada), cuando los jóvenes pasan al liceo se quedan sin esta prestación. A decir de los sindicatos de la Educación esta realidad —que advierten que es común en Canelones y centros de la periferia de Montevideo— tiene un impacto directo en el rendimiento de los alumnos. En sexto de escuela repite el 6% de los alumnos; en primero de liceo la cifra pasa a un 40%.
El 10,7% de los nacimiento son prematuros, según estudio oficial.
La Primera Encuesta Nacional de Salud, Nutrición y Desarrollo Infantil, que se presentará la semana próxima, señala que el 10,7% de los niños de entre 0 y 3 años nacieron en edad prematura.
"La media del peso al nacer por recordatorio al entrevistado o registrado del Carne de Salud del niño fue de 3.276,3 gramos y la incidencia del bajo peso al nacer correspondió a 7,7%, valor levemente menor al reportado por el MSP (2012) el cual fue de 8,1%. El 18% de los niños se ubicó entre 2.500 y 2.999 gramos, lo que se denomina peso insuficiente, ya que este grupo presenta mayor riesgo de alteraciones de salud que aquellos que nacen con 3.000 gramos o más. El porcentaje de niños macrosómicos fue de 7,7%. No se encontraron diferencias significativas por tramo de edad del niño, situación socioeconómica de los hogares y región de residencia", advierte el estudio.
El trabajo también analizó el bajo peso al nacer en referencia a la edad de la madre. En mujeres menores a 20 años es de 7,7%, en las que están entre 20 y 34 años es de 5,6% y de entre las que son mayores de 34 es de 10,4%.
El trabajo también advierte que el 5% "de los niños encuestados de 0 a 3 años presentó retraso de talla para su edad". Y que "si se excluyen del análisis los niños menores de dos años que nacieron prematuros, en el entendido que es el tiempo de lograr alcanzar al resto para situarse en condiciones óptimas y lograr el crecimiento normal, el valor de retraso de talla baja a 4,5%".
El problema crece a un 82% en los hogares en condición de indigencia