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Menores de diez años son la quinta parte de contagios de COVID-19

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Una mujer y sus hijos usando tapabocas cerca de una fuente. Foto: AFP

LA MARCHA DE LA PANDEMIA

“Es probable que (el porcentaje) aumente, porque cada día nos enteramos de más niños positivos en escuelas en las que no había casos”, asegura directora de Servicios Médicos de la ANEP.

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El reporte diario de los nuevos infectados con el coronavirus que el Sistema Nacional de Emergencias publica cada tardecita ya no causa la expectativa de los tiempos en que el COVID-19 no se había convertido en una endemia. Hace dos meses y 20 días que Uruguay informa menos de 200 positivos por jornada y la circulación viral está bajo control. Pero hay quienes parecen “pagar los platos rotos” de esa supuesta calma, dice la profesora de pediatría María Catalina Pírez: los niños.

Porque entre los nuevos contagios que se informan cada día, los menores de 12 años, los cuales escapan a la campaña de vacunación contra el COVID-19, son cada vez más. Eran el 1,5% hace tres semanas; pasaron al 13,3% hace dos; y significaron el 19,7% la semana pasada, según surge de los informes que elabora el Ministerio de Salud Pública.

“Es probable que (el porcentaje) aumente, porque cada día nos enteramos de más niños positivos en escuelas en las que no había casos”, asegura Fabiana Carbajal, directora de Servicios Médicos de la ANEP. Solo ayer Primaria notificó 28 escolares positivos nuevos en escuelas públicas.

En algunos centros educativos, incluso, la suma de casos configura lo que los técnicos llaman “brotes”. La directora general de Primaria, Graciela Fabeyro, visitó ayer la escuela pública Estados Unidos, en la que había más de 10 niños positivos, un centenar de cuarentenados y en la que los padres exigían el cierre temporal del local.

Ante esta coyuntura, las autoridades de la enseñanza exhortan a que los hermanos de alumnos que estén a la espera del resultado de un hisopado no concurran a la escuela hasta que se confirme el alta médica. ¿Qué significa? En la escuela X hay un caso positivo de COVID-19 en tercer año A. Por protocolo se envía a todos los niños de ese nivel a hisoparse. El niño Fulano es uno de los que tiene pendiente el resultado de ese test, pero los padres optan por mandar a clase a sus hermanos. “Eso es lo que queremos evitar”, enfatiza la médica Carbajal.

La concentración de los contagios en niños responde a dos principales factores que, en Uruguay, se dieron casi en simultáneo: el 95% de los mayores de 12 años está vacunado o en vías de hacerlo, al tiempo que la variante Delta se hizo predominante. Esta variante de preocupación determinó un incremento de los contagios en menores porque, entre otras cosas, “es más transmisible en espacios cerrados como centros educativos”, según consignó el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

En este sentido, al menos ocho países ya autorizaron la vacunación en niños de edad escolar: Chile, Cuba, El Salvador, Argentina, Ecuador, Israel, China y Emiratos Árabes Unidos. Estados Unidos, a su vez, está en evaluación, a la espera de los datos que se liberarán el 26 de octubre, aunque la agencia local adelantó que “por cada millón de menores de 12 a 17 años vacunados en Estados Unidos, las vacunas podrían causar un máximo de 70 casos de miocarditis, pero evitarían 5.700 contagios, 215 hospitalizaciones y dos fallecimientos”. A su vez, se advierte que “los estudios también han demostrado que el riesgo de padecer problemas cardíacos después de la COVID-19 es mucho mayor que tras la vacunación”.

En Uruguay, por ejemplo, ya se constataron 40 casos de niños con síndrome multisistémico asociados al COVID-19, una situación que lleva a la internación del 60% de quienes lo padecen.

Pero a esa mirada más sanitaria se le suma la social, factor que ha sido clave en la decisión que adoptó Chile: “La consideración de la vacunación COVID-19 en niños debe tener en cuenta que si bien ellos están menos sujetos a los impactos directos de morbilidad y mortalidad de la infección por SARS-CoV-2 en comparación con otros grupos etarios, han sido afectados de forma significativa de otras formas durante la pandemia por SARS-CoV-2. Por ejemplo, la imposibilidad del aprendizaje presencial debido al cierre de escuelas, junto con la interrupción de los beneficios para el desarrollo que la experiencia social conlleva”.

Todos estos argumentos hacen que la pediatra Pírez concluya: “Los beneficios de la vacunación de niños y adolescentes superan los riesgos por potenciales efectos adversos”. Al respecto expondrá hoy en las jornadas científicas de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de Udelar.

El ministro de Salud, Daniel Salinas, aclaró al semanario Búsqueda que los escolares “no están generando contagios intrafamiliares, por tanto, al momento no son una preocupación para el MSP”.

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