Tras siete años de gestiones y paciente búsqueda de apoyos, Uruguay logró en la mañana de ayer el apoyo de 185 países para integrar durante dos años, a partir del 1° de enero, el Consejo de Seguridad de la ONU y acceder así a un órgano clave para la solución de conflictos a nivel mundial. Uruguay será, junto a Venezuela, el representante latinoamericano.
Solamente Senegal lo superó en apoyo, lo cual parece indicar un reconocimiento al profundo involucramiento que Uruguay tiene con las Naciones Unidas y con sus misiones de paz en las que han participado más de 40.000 militares y policías. Los candidatos necesitaban al menos dos tercios de votos favorables.
Los diez miembros no permanentes responden a regiones: cinco a África y Asia, dos a América Latina y el Caribe, uno a Europa Oriental y dos a Europa Occidental y otros estados.
La votación fue seguida en directo por la plana mayor de la cancillería en el viejo Palacio Santos. El ministro Rodolfo Nin Novoa afirmó que "es un día muy importante" y que sentía "una gran emoción". Uruguay, dijo, llevará "sus valores, sus principios, su experiencia, su sentido humanista, su equidistancia y su ecuanimidad". Reconoció que sufrirá "presiones políticas" y que se avecina "una ardua tarea, que será responsabilidad de todo el país".
Uruguay enfatizará en su gestión la búsqueda de soluciones para el conflicto sirio y para Medio Oriente en general. La misión uruguaya ante la ONU será reforzada.
La embajada estará a cargo de Elbio Rosselli, diplomático de carrera de vasta trayectoria, a quien secundará Luis Bermúdez, quien tiene experiencia en Medio Oriente. Rosselli sustituye a Gonzalo Koncke de quien Nin Novoa destacó "su sentido profesional y patriótico altamente destacable". En el momento del anuncio lo acompañaba la plana mayor de la cancillería. El subsecretario José Luis Cancela estaba en Nueva York siguiendo la votación.
Nin Novoa recordó que Uruguay tiene una larga tradición de adhesión al Derecho Internacional y que en 1921 fue el primero en adherir a la Corte Permanente de Justicia Internacional.
Uruguay había estado en el Consejo de Seguridad entre 1965 y 1967 cuando el Partido Nacional tenía la mayoría en el gobierno colegiado del momento. En 1965 Estados Unidos invadió República Dominicana y Uruguay votó en el consejo para que se lo condenara, sin éxito. El embajador uruguayo, Carlos María Velázquez, se enfrentó al embajador estadounidense Adlai Stevenson y sostuvo que la acción norteamericana era una "agresión".
Está claro que ninguno de los miembros no permanentes tendrá la influencia de los integrantes del consejo que tienen derecho a veto. Ese derecho refleja la relación de fuerzas que emergió de la Segunda Guerra mundial y pese a que Japón, Brasil e India quieren ser integrantes permanentes, no parece que lo vayan a conseguir en el corto plazo. Pero los "no permanentes" podrán utilizar su posición para marcar sus prioridades o criticar a países que quieran cuestionar.
Ucrania, que festejó mucho su ingreso, buscará que Rusia rinda cuentas por el derribo de un vuelo civil de Malaysia Airlines el año pasado con un misil que aparentemente el gobierno de Vladimir Putin entregó a separatistas ucranianos pro-rusos. Y Japón podría desafiar a China, que también tiene derecho a veto, para plantear las violaciones a los derechos humanos del régimen de Corea del Norte, protegido del gigante asiático. Egipto será el representante de la región árabe cuando la guerra civil en Siria y Yemen y el viejo conflicto palestino-israelí reciben la atención del Consejo de Seguridad.
Las delegaciones de los países que acceden a un cargo no permanente deben esperar presiones. Chile vio postergada la firma de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos por su postura contraria a la invasión de Irak en 2003, cuenta Gustavo Álvarez, exrepresentante alterno de Uruguay en la ONU, en su libro El Uruguay y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. También cabe esperar un incremento de la cooperación de las potencias mundiales. En el caso de Estados Unidos se calcula que aumenta un 59%.
Elbio Rosselli, el elegido para la silla de Uruguay.
Para el embajador Elbio Rosselli, puede considerarse que la embajada ante la ONU, cuando Uruguay pasa a integrar su Consejo de Seguridad, es un "broche de oro" a su carrera que comenzó hace cuatro décadas. Tiene 69 años, está casado y tiene tres hijos, es abogado y doctor en diplomacia. Ya fue embajador ante la ONU y fue el representante uruguayo ante la Organización Mundial de Comercio, la Unión Europea, la Aladi y Bélgica. También fue primer secretario en la embajada ante Estados Unidos, director de Integración y Mercosur y de Asuntos Políticos en la cancillería. Su figura concitó apoyo y elogios de todos los partidos cuando fue nombrado embajador ante Canadá en 2010. Recibió un master de la Escuela Fletcher de Derecho y Diplomacia de la universidad de Tufts, Estados Unidos.
Lo secundará Luis Bermúdez, otro diplomático de larga trayectoria. Fue embajador en Sudáfrica, cónsul general en Qatar y también estuvo destinado en Argentina, Paraguay, Bolivia, Honduras, Arabia Saudita, Turquía y Emiratos Árabes Unidos.
La delegación de un país que no es miembro permanente tiene la oportunidad de ejercer la presidencia del consejo por lo menos una o hasta dos veces durante el bienio. Puede incidir en la agenda y en la dirección de los debates y votaciones y durante un mes entero actúa como portavoz del consejo. Los miembros no permanentes pueden plantear nuevos temas para la agenda siempre que hayan sido conversados previamente con los países que tienen derecho a veto que en general se muestran reacios.
El consejo puede modificar los mandatos de las diferentes misiones de paz.
Los miembros no permanentes pueden participar en las consultas informales del consejo que se realizan en la sala anexo a la de ese cuerpo con sus delegados acreditados.
El Reino Unido capacita a militares uruguayos.
Se puede decir que los miembros poderosos Consejo de Seguridad de la ONU ya están cooperando con Uruguay. Ayer el Reino Unido entregó los diplomas a 39 militares de las tres armas, policías y diplomáticos que participaron de un Programa de Liderazgo Estratégico, curso que fue dictado por la Academia de Defensa del Reino Unido, en una ceremonia realizada en la Escuela Nacional de Operaciones de Paz. Andy Hankock, agregado militar británico en Argentina y concurrente en Uruguay, dijo a El País que el escenario internacional "es más complejo y con más desafíos para más países y se plantean conflictos por recursos naturales", por lo que es importante tener "un rumbo adecuado y mejorar el desempeño" de las fuerzas uruguayas.
Uruguay participa en misiones de paz y de observación desde 1952. Sus militares y policías han estado en Mozambique, Angola, Camboya, Tajikistán, Liberia, Ruanda, Nicaragua, Guatemala, Costa de Marfil, Congo, la península del Sinaí y Cachemira (conflictiva región donde hay un movimiento que busca independizarse de la India).
Más de 40.000 efectivos pasaron hasta ahora por las misiones. Uruguay confirmó el envío de 200 militares adicionales, perros detectores de explosivos y unidades potabilizadoras de agua a República Centroafricana, donde hay enfrentamientos desde 2013 entre el grupo rebelde Seleka y el gobierno.
Seguramente este aporte incidió en la amplia votación votación a la candidatura uruguaya al Consejo de Seguridad. De todas formas, para terminar de convencer a los delegados, los diplomáticos uruguayos obsequiaron pelotas de fútbol a algunos representantes informó The New York Times. Egipto tuvo un detalle similar, pero lo que entregó fueron mazos de cartas con imágenes de sus principales pirámides.
Nin dijo que Uruguay tendrá “ecuanimidad” y “equidistancia” en Consejo de ONUJUAN PABLO CORREA